Mathan

4.2K 266 12
                                    

—¡No me retes! —exclamé tapando mi rostro con mis manos. Ethan me miró apretando los labios como si se estuviese aguantándose mil palabras que me quería escupir. Finalmente se levantó del sillón y puso sus manos en sus caderas.

—Me alegra que nunca estuviste con Marc. No te lo mereces. —bufó.

—¡Hey! ¿Qué quiere decir eso?

—Es que Emma, ¿Irte con él? ¿Para siempre? ¡¿Te dejó sola de repente y aún así confías en él tan ciegamente?! No lo logro entender. —se fue por el pasillo con pasos firmes y luego volvió negando con su cabeza reiteradas veces.

—No será para siempre... —refunfuñe—. ¡Además aún ni siquiera le respondo! ¡¿Por qué te enojas así?! ¡Te lo cuento para que me des consejos como mi amigo!

—¡¿QUIERES QUE TE DE UN CONSEJO?!

—¡SI!

—Déjalo ya. —pronunció esas palabras resignado, dejando caer sus brazos como si le pesaran—. No me gusta él. Nunca me gustó. Cuando estabas con él cambiaste. Te olvidaste de mi y de Marc. Parecía que ya no te importaba nada más.

—Eso no volverá a pasar. —Me miró rodando los ojos. Me levanté y tomé su mano justo cuando estaba por darme la espalda—. Ethan... sé que en ese entonces me comporté como una idiota. Todo en él era tan magnífico que me absorbió por completo. Y no era culpa suya, sino mía. Pero ya no soy la misma. Sé bien lo que me importa. Quienes son los que más me importan. Y no cambiaré eso jamás. Confía en mí por favor. —supliqué. Sus ojos negros se veían vidriosos. Le molestaba en el alma, y lo sé. Pero no había nada en esos momentos que pudiera decir o hacer para que me creyera. Me miró atento y suspiró. Estaba por decirme algo, cuando la puerta se abrió.

—¡EMMMMAAAAA! —Marc entró con sus brazos en el aire para saludarme. Se detuvo a mitad del camino al vernos las caras—. ¿Paso algo...?

Nos sentamos los tres en su enorme terraza a tomar cerveza. Me sentí bien al ver lo felices que estaban. Lo bien que se llevaban aún compartiendo piso. Sentí también que ya no seriamos los tres. Que es imposible tener todo en este mundo. Esta decisión me daría algo, y me alejaría de otra cosa que también es importante.

—Enserio me asusté cuando entré. —Admitió Marc mientras abría otra lata de cerveza—. Pensé que te habías enojado por lo que Ethan y yo.

—¡¿Por qué me enojaría por eso?! —exclamé entre risas.

—No sé, porque "arruinaríamos la amistad" o algo por el estilo.

—Lo dice el que estuvo enamorado de Emma por un año completo... —resopló Ethan escondiéndose en su vaso. Marc pateó su canilla por debajo de la mesa haciéndolo quejarse del dolor—. Pateas duro ¿eh?

—Soy futbolista...

Se golpearon entre ellos juguetones. Sonreí con nostalgia. Miré hacia la maravillosa vista de la ciudad que tenían y me terminé mi vaso de un sorbo. Les exigí que me contaran cómo su bromance se convirtió en romance. Ethan se tapó los oídos avergonzado y Marc comenzó a reírse.

—¿Qué tiene? es Emma. Puedo decirle ¿No? —le preguntó a su novio de lentes quien parecía demasiado avergonzado como para mirarnos a la cara. Abrí los ojos expectante—. Ethan lloró. —dijo Marc con una enorme sonrisa. Al instante Ethan se levantó y se fue. ¡No puedo con esto! —exclamó a lo lejos. Me quedé con el ruliento conversando hasta que la noche se presentó. Me contó que los primeros días se sentía nervioso por el equipo, sus compañeros eran mucho mejores de lo que imaginó. Por primera vez se sintió ansioso y preocupado por su habilidad. Ethan le levantó el ánimo para que siguiera adelante. Y en eso que Marc lo abrazaba y le daba las gracias, se puso a llorar. Entonces le dijo que lo quería. Que lo quería más que a un simple amigo. Y sentía culpa si eso arruinaría todos los años que han estado juntos. La conversación terminó allí. Marc no podía creerlo. Se quedó pensando la noche entera y por la mañana fue a su habitación. Se dio cuenta de que siempre fue él el que lo ayudó. El que lo acompañó y apoyó cuando más lo necesitaba. Ethan quiso huir, pero Marc lo detuvo. Y cómo son hombres, y todo lo hacen con acciones y no con palabras, lo besó allí mismo. Y desde entonces que su nueva relación empezó.

Me emocionó escuchar la forma en la que Marc me contó todo. Cuando terminó, y Ethan volvió a la mesa con nosotros, noté que lo miraba a cada paso, cada detalle. Entonces entendí lo mucho que lo tenía presente. Evité preguntarme a mí misma cuándo fue que noté que estos dos no eran heteros. La verdad es que había sido hace mucho, y tampoco le tomé importancia. Pero ahora me sentía feliz que sean ellos dos. Nadie tiene mejor química que Mathan. (Marc + Ethan, sí inventé ese nombre hace casi un año, a veces se los decía en broma)

Mi celular comenzó a sonar y me levanté para buscarlo dentro del departamento. Me sorprendió ver el nombre de Jack. Hace semanas que no me llamaba, y ahora me sentí mal de no haber visto la conferencia de prensa.

—¿Jack? —pregunté insegura, mirando hacia donde se encontraban los tortolitos. Por el momento a Ethan se le había olvidado el enojo, si se entera que estoy hablando con él, de seguro me grita.

—Emma. 

EMMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora