Jack se bajó del auto para ayudar a los rubios con sus bolsas. Mía le dio las gracias y lo abrazó. Yo me quedé en el auto mientras veía a Ryan alejarse. Volteó a verme con una sonrisa melancólica, al mismo tiempo Jack volvía al auto y yo desviaba la mirada. Algo me molestó en mi pecho. No lo vería más. Quería despedirme y no podía hacerlo. Tuve que reprimir todas esas ganas porque estaba mal. No debía sentir eso por él. Y repetí eso en mi cabeza mil veces para tratar de convencerme.
Llegamos al hotel y Maya nos recibió tan emocionada que se hizo pipí en la alfombra. La abracé con fuerzas. Jack la tomó en brazos y jugueteó con ella. Me dejé caer en el sillón con un suspiro.
—Dale las gracias a Alex y Charlotte por cuidarla. —pedí.
—Los invitaré a cenar.
Se sentó a mi lado y tomó mi mano. Maya rápidamente saltó al sillón con nosotros.
—¿No es algo raro que tu amigo de infancia sea tu próximo oponente? —pregunté curiosa. Jack levantó las cejas.
—Bueno, sabíamos que iba a pasar en algún momento. —apretó su puño y sonrió—. Tengo muchas ganas de subir al ring.
—Ya queda poco.
—Sí. Después de la pelea nos iremos de Alemania. —abrí mis ojos como platos.
—¿Y a dónde?
—Rusia. Hace mucho tiempo que el campeón de allí me contactó.
Asentí. Estiré mi cuello y solté aire. Otro país lejano y helado. Otro idioma que no sé. Justo cuando empezaba a decir bien hola y gracias en alemán. Después de esto sería real: no volvería a ver a Ryan.
—Antes de eso... —puse mi mano sobre la suya y lo miré a los ojos—. Antes de irnos a Rusia, ¿Podríamos volver a Australia? una semana es suficiente. Me gustaría ver a mis amigos y a mi mamá...
Jack sonrió. Beso mi frente con ternura y acarició mi cabeza.
—Emma... no debes preguntarme eso. —aclaró. Ladeé mi cabeza confundida—. Puedes volver cuando quieras, y el tiempo que quieras. Aunque esta vez no creo poder acompañarte. Mi siguiente pelea es pronto, así que debo entrenar. Ya me puse de acuerdo con el campeón ruso, por eso.
—No te preocupes. Volveré pronto.
Tomó mi mano y la besó.
—Te compraré los pasajes.
Tomé prestado el celular de Jack para llamar a Marc y avisarle. Llegaría a Sidney y me quedaría unos días allí. El resto del tiempo volvería a Riverlight con mi mamá. ¿Debería llevar a Maya conmigo? Estaba emocionada y me sentí algo tonta por no haberle preguntado a Jack antes. Esos días me servirían para distraerme y darme cuenta de nuevo quién es la persona que amo. Hoy por hoy mi cabeza era un lío. Y la nieve restante en las calles, los cruces en Berlín, todo me recordaban a él. Alemania ya no era lugar para mí. Este sábado sería la pelea de Jack y Alex y eso sería mi último recuerdo de aquí.
Charlotte me entregó una bolsa con vestidos de alta costura. Lo tomé entre mis manos como si valiera oro, y eso era prácticamente su precio.
—¿Pero por qué? —pregunté sorprendida—. Yo debería ser quién te regale algo.
—¡Ay mi amor! No te preocupes. Te dije que te obsequiaría algunos de mis vestidos. Se aprovechan más en alguien tan bella.
Giré mis ojos de la ternura. Abracé la bolsa con mis manos y le agradecí de nuevo. Jack me miró sonriendo. Fue nuestra última cena. Y el único momento en que pudimos compartir desde que llegamos de la nieve. He visto a Jack en entrevistas y conferencias. En anuncios en las calles y portadas de diario. Y me parecía increíble que era Alex fuera su contrincante. Me era difícil imaginarlos golpeándose. Y aquí estaban los dos, riéndose, cuando en dos días sería su pelea. Y quedé con Charlotte para ir a verla juntas. Por lo menos no estaría sola, aunque pensé que podría ser algo raro considerando que cada una estaría apoyando a sus respectivos novios.
ESTÁS LEYENDO
EMMA
RomanceSEGUNDA PARTE DE JACK CALLEN. * Emma es una joven de dieciocho años que está por empezar una nueva etapa en su vida. Desechar traumas y recuerdos nunca es fácil. Sobretodo cuando aquel boxeador profesional aparece de nuevo en su vida con una propues...