Terminamos de desnudarnos cuando llegó a mi lado. Toqué su cuerpo endurecido con ansías. Quería más, no quería que termine allí. Admiré sus ojos ilusionados y lo besé hasta morder la comisura de sus labios. Tomó mis piernas, agarrando mis muslos con fuerza para atraerme hasta sus caderas. Me miró una vez más con una sonrisa coqueta, antes de penetrarme con fuerzas. Deslicé mis manos por su espalda, enterrando mis uñas en su piel. Cerré los ojos tratando de aguantarme los sonidos que se me podían escapar.
Su mano tocó mi mejilla con delicadeza, provocando un cosquilleo.
—Mírame. —pidió.
Vi sus pupilas brillar y solté aire con dificultad. El calor que hacía en esta pequeña cama era impresionante. Sentí mi piel arder, pero no quería que parara. La noche parecía interminable, pero se nos hizo muy corta.
Me desperté con el brazo de Jack rodeando mi cintura y su cuerpo pegado al mío bajo las sábanas. Me moví con pereza, no quería levantarme, podría quedarme toda el día aquí a su lado. Abrí los ojos asustada cuando recordé que Marc y Ethan pudieron habernos escuchado. Jack estiró sus piernas y besó mi hombro, que quedaba justo bajo su mentón. Parecía tarde, pero ni siquiera pensábamos en levantarnos.
Alcé un poco la cabeza para revisar el estado de la habitación: teníamos nuestra ropa desparramada por todos lados. Ah... debía ordenar antes de que entre Marc y Ethan sin aviso, como pasó ayer. Estiré mi brazos tratando de escapar, pero Jack enseguida lo impidió afirmándome con un solo brazo que cubría todo mi torso.
—A dónde vas... —murmuró con voz ronca.
—Debo ordenar. —dije, mirando unas pequeñas manchas de sangre que habían en las vendas de su mano.
—Hagámoslo después, antes de que lleguen los chicos.
—¿Eh? ¿Salieron?
—Ethan tiene clases y Marc entrenamiento ¿No?
Suspiré al recordar que hoy era lunes. Lo había olvidado por completo. Volteé en la cama como una oruga hasta poder plantar mi rostro en su pecho. Jack besó mi frente con ternura. Nos quedamos así durante largos minutos, mientras la luz se movía por la habitación, transformando la mañana en mediodía. Después de unos besos me levanté por fin, para entrar a la ducha, que era muy necesaria.
Cuando salí me encontré con Jack haciendo flexiones en la sala. Sequé mi cabello con una toalla y suspiré al verlo. Ya no debería sorprenderme que no pueda quedarse quieto. Pasó a mi lado y me dio un beso corto antes de irse a duchar.
Busqué una receta de hotcakes veganos en internet para preparar. Era mucho más fácil de lo que creí, así que saqué los ingredientes y me puse a cocinarlos antes de que Jack volviera. El primero se me desarmó, pero los otros quedaron esponjosos y dorados. Me estremecí cuando sentí sus manos rodear mi espalda. Me abrazó, apoyando su cabeza en mi hombro.
—Son veganos. —recalqué.
—Hermoso.
Nos sentamos a desayunar cuando ya eran pasadas las 1 de la tarde. Mientras bebía su café, me contó que hace poco habló con Alex. Al parecer él ya había enfrentado al campeón ruso en el pasado, y le dio algunos consejos a Jack para su pelea. Noté su emoción al hablar, acababa de terminar una pelea intensa en Alemania y sin embargo, se moría de ganas de tener la siguiente. Lo miré con ternura porque era todo lo que podía hacer. Cuando terminó, en vez de responder algo, me senté en sus piernas y rodeé su nuca con mis brazos. Su cuerpo se pudo rígido de la sorpresa, y sus ojos pestañaron varias veces buscando una respuesta.
—Te amo. —le dije, como si esa fuese la respuesta absoluta. Y de momento lo era.
—Yo igual... —no lo dejé terminar porque se me hacía difícil controlar mis ganas de besarlo. Fue un beso húmedo y caliente. Tal vez nos aguantamos durante mucho tiempo estos deseos que ahora pueden fluir con libertad. Me abrí de piernas encima suyo. Él llevó sus manos a mi espalda y bajó hasta mis glúteos. Acababa de vendar sus heridas de nuevo, quizá se abran si me agarra con tanta fuerza —pensé. Aunque me gustaba demasiado como para pedirle que se detenga. Nuestras respiraciones se aceleraron, acaloradas, insaciables.
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EMMA
RomanceSEGUNDA PARTE DE JACK CALLEN. * Emma es una joven de dieciocho años que está por empezar una nueva etapa en su vida. Desechar traumas y recuerdos nunca es fácil. Sobretodo cuando aquel boxeador profesional aparece de nuevo en su vida con una propues...