Las luces de linternas nos cegaron a los dos. Jack gritaba mi nombre. Parecía preocupado. Todo de repente pareció un sueño. ¿Y si en realidad nos morimos congelados e imaginamos todo el rescate? debía ser real, porque Mía nos regañó el resto del camino mientras cargaban nuestro auto con una grúa. La tormenta se había detenido por fin. Y el señor que nos salvó, nos gritó en alemán que somos unos turistas idiotas por no revisar el clima. Tiene razón.
En pocos minutos llegamos al centro de esquí y al hostal. Estaba iluminado con cientos de luces, un lugar de película en medio de un espeso bosque. Parecía una ilusión incluso cuando por fin pude tomarme una ducha caliente en la habitación. Sumergí mi rostro en la tina y abracé mis piernas enrojecidas. De sólo pensar en que Ryan se quedaba con Mía en la habitación de enfrente me dolió la cabeza. Por fin estaba con Jack. Dormiríamos juntos y podría olvidar todo lo de hoy día. Todas esas conversaciones quedaron sepultadas en la nieve. Esa cercanía efímera quedaría como secreto. De nuevo, solo entre nosotros.
Salí del baño con la bata del hotel y me dejé caer en la hermosa cama de dos plazas. Al instante llegó Jack a mi lado con una taza de chocolate caliente en las manos.
—¿Quieres pedir algo más? ¿No tienes hambre? —me preguntó.
—No, así está bien.
Me abrazó con fuerzas cuando logramos subir la colina. Tomó mi rostro entre sus manos como si estuviese cerciorándose de que no me haya hecho daño. Después de eso no hablamos mucho. Ryan les explicó que yo insistí en salir a buscar señal y me resbalé y caí. Y en lo que él me iba a salvar cayó también. Obviamente eso fue todo. Ni Jack ni Mía preguntaron por detalles.
Se sentó al otro lado de la cama y me miró expectante. De seguro estaba esperando que le comentará algo más, como siempre lo hago. Pero yo tenía mi cabeza en otro lado.
—¿Pasó algo? —preguntó.
—No, nada. —respondí con torpeza y nos quedamos en silencio otra vez. Busqué mi celular en la repisa para distraerme, pero recordé que se me había perdido en la nieve. Maldición. Ya es el tercero en dos años.
—Nolan... —escuché que dijo su nombre y levanté la cabeza instantáneamente en modo alerta—. No te hizo nada, ¿O sí?
De repente me molestaron mucho sus palabras. Me di vuelta y levanté las cejas.
—A qué te refieres.
—Digo, estás rara desde que los encontramos.
Si de casualidad estaba insinuando algo similar a lo que pasó en el pasado por su doble personalidad, me irritaba bastante. Ryan estaba siguiendo su terapia seriamente, así como tuvo que abandonar todo en su vida como castigo. ¿No era eso suficiente? entiendo que Jack no confíe en él, pero seguir recordándolo era engorroso para todos.
—Jack casi muero congelada hoy, ¿Y me preguntas si estoy rara por él? ¿Enserio? —mis palabras salieron más duras de lo que planeaba. Jack bajó la cabeza y luego asintió.
—Tienes razón. Perdón. —Se levantó de la cama rascando su nuca y se detuvo en el umbral de la puerta—. Descansa.
Y luego se fue. No quería que las cosas se dieran así. Pero le hice caso, estaba agotada. Me tapé con las mantas y apoyé la cabeza en la almohada. Antes de dormir repetí la tarde de hoy una y otra vez en mi cabeza. Nuestras discusiones y nuestro abrazo. Su sonrisa y sus palabras dulces para reconfortarme. Además de su voz podía escuchar la tormenta. Había quedado grabada en mis oídos. Y parecía no detenerse.
Al día siguiente me costó un mundo levantarme. No quería salir de la cama calentita y volver a la nieve, que ya me tenía algo traumatizada. Escuché a Jack decirme que bajara rápido al lobby porque iba a terminar la hora del desayuno. Luego oí el sonido de la puerta y cerré los ojos de nuevo. ¡Mierda el desayuno! me levanté apresurada y vestí en 3 minutos. Cuando abrí la puerta de la habitación vi a Ryan en frente cerrando la suya. Tenía su cabello más alborotado de lo usual. Rascó sus ojos como si recién se hubiese levantado.
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EMMA
RomanceSEGUNDA PARTE DE JACK CALLEN. * Emma es una joven de dieciocho años que está por empezar una nueva etapa en su vida. Desechar traumas y recuerdos nunca es fácil. Sobretodo cuando aquel boxeador profesional aparece de nuevo en su vida con una propues...