Por alguna razón me dolía ver que Jack pensaba que ya no lo quería. Llevo tanto tiempo amándolo, que hasta para mí era difícil pensar en no hacerlo. Pero durante estas semanas he descubierto cosas de las que no me había dado cuenta nunca antes. Es curioso pensar que aunque lo conozco hace dos años, nunca ha estado presente para mi cumpleaños. Es como si el mundo preparara todo para que eso no pase. Pero no lo olvidó. Porque el primer día que llegamos al hotel me lo dijo.
—Cumpliste 19. ¿No es así?
Me sorprendí demasiado. No pensé que lo recordaría. Después de un agotador último día en el hospital, nos quedamos por fin solos en la habitación del hotel. Habíamos obligado a Jack a recostarse, a pesar de que tenía bastante energía. El señor Callen se había ido a su habitación para tomar una merecida siesta y yo me quede con mi cabeza en el armario mientras recolectaba mi ropa para ir a bañarme.
—Sí... —respondí despacio, mientras sostenía entre mis dedos el collar que Ryan me regaló.
—Quise enviarte un mensaje, pero me quitaron el celular.
Me volteé con una sonrisa.
—No importa. Tampoco tuve ganas de celebrarlo este año. —tomé mis cosas y me encaminé al baño, que estaba dentro de la habitación—. Iré a darme una ducha.
—Por qué. —me detuve en el umbral al escucharlo—. Por qué no tenías ganas. —Lo miré ladeando la cabeza, demostrando que no teníamos que hablar de ello—. ¿Fue por mí?
—¿En serio quieres que lo diga? no es necesario ¿Sabes?
—Sí lo es.
Pasé mi mano por mi frente como si estuviese limpiando un sudor imaginario.
—¿Qué quieres saber? —pregunté, ya resignada.
—Todo. —se movió por la cama para levantarse, y yo me crispé del susto al verlo moverse tan rápido. Corrí a su lado y lo tomé del brazo, en solo un mes había perdido mucha masa muscular. Al levantarse sentí mi piel erizarse. Su cabeza quedó sobre la mía y su mano apoyada en mi cintura. Podía sentir su calor, su olor, otra vez tan cercanos.
—¡¿Estás loco?! ¡No te levantes así nada más! ¡Te puedes marear! ¡Avísam... —al ver sus ojos posados sobre mí con intensidad las palabras se detuvieron solas.
—Quiero saber de ti. Qué hiciste los últimos meses, qué sentiste al ver la pelea. Si acaso pensaste en mí. Si me extrañaste... —inflé el pecho con aire y lo solté con nervios. Bajé despacio mi mano que lo sostenía. Tuve que desviar la mirada unos segundos. Sus dedos se movieron en mi cintura, estremeciéndome. Levantó mi barbilla con delicadeza, para que lo viera a los ojos otra vez—. Si acaso él era mejor que yo.
—Jack...
Apoyó su frente en mi hombro, cruzando sus manos detrás de mi cintura.
—Yo pensé en ti todos los días. —Me acerqué dudosa hasta su cabeza para acariciar su cabello—. Eres todo lo que me queda...
Sentí un nudo en la garganta al oírlo. No es propio de él decir algo como eso, y es que desde que su carrera como boxeador terminó, que no ha vuelto a ser él mismo. Siempre lo tuve tan alto, como alguien a quién admirar, y ahora solo puedo ver un humano común, lleno de miedos e inseguridades. Y era difícil saber cuál era el real.
Esa primera noche estaba lista para ir a dormir al sillón, cuando él me detuvo.
—Somos personas civilizadas, podemos dormir en la misma cama sin que nada pase.
Miré sus cejas levantadas e hice una mueca.
—Supongo que tienes razón. —suspiré, acercándome a él. La cama era de dos plazas, no era como que debíamos rozarnos ni nada. Apagué la luz de la repisa y entré en las sabanas al otro extremo. Ni siquiera me atreví a mirarlo, me quedé de lado con mi vista en la puerta del baño. Ya sentir su olor en todo el lugar es un problema para mí. Lo fue durante todo el mes en que me quedé aquí mientras él estaba en el hospital. Ver su ropa, sus cosas, sus guantes tirados en una esquina. Todo me producía una nostalgia amarga. El silencio nos envolvió, y aún sin poder ver, sentí sus ojos clavados en mi espalda—. ¿Te tomaste las pastillas? —pregunté en voz baja.

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EMMA
RomantizmSEGUNDA PARTE DE JACK CALLEN. * Emma es una joven de dieciocho años que está por empezar una nueva etapa en su vida. Desechar traumas y recuerdos nunca es fácil. Sobretodo cuando aquel boxeador profesional aparece de nuevo en su vida con una propues...