Ven conmigo

4.2K 280 17
                                    

—¿Te decidiste? —preguntó enseguida. Caminé por el pasillo hasta entrar a la habitación de Marc. Me apoyé contra la puerta y solté un pequeño suspiro.

—Después de que termine la pelea. ¿No?

—Ya lo sé. Es sólo que la espera me está matando. No sé qué pensar. Y me da miedo en realidad. —contó sus preocupaciones con tal facilidad que sentí que había cambiado mucho. Que de verdad estaba intentando ser sincero.

—¿Crees que para mi ha sido fácil? estamos igual Jack. —hable con voz baja para que los chicos no me escucharan.

—Lo sé. Para ti ha sido todavía peor. —Escuché del otro lado su respiración agitada. Sentí mi corazón acelerarse y tuve que tragar saliva para calmarme—. ¿Estás en Sídney?

—Jack... ¿Qué estás haciendo? —pregunté con timidez.

—Flexiones. Perdón. Estoy algo nervioso. —Lo oí suspirar y me sentí avergonzada de haber pensado otra cosa.

—Llegué hoy. Estoy en la casa de Marc y Ethan.

—Ya veo... —guardamos silencio unos segundos. Me ardía el pecho no poder estar ahí con él ahora. Lo quería ya entre mis brazos y lo único que hice para aguantar esas ganas fue morderme el labio—. Emma te extrañé mucho. Estas semanas. Perdóname por no poder llamarte, el entrenamiento...

—Ya sé. —Lo interrumpí porque no me gustaba que me diera explicaciones sobre el boxeo. El sábado sería su pelea por el título de los pesos pesados. Cómo podría cuestionarle sobre algo tan importante—. No te preocupes por eso. Yo igual te extraño.

—Te enviaré a alguien para que vaya a dejarte los boletos. Para tus amigos también.

—¿No te veré antes de la pelea? —pregunté algo decepcionada.

—No puedo Emma.

—¿Abstinencia de boxeador?

—No sólo eso. Esta vez, creo que no podría ni besarte. No sé si lo aguantaría.

Puse mi mano en mi pecho, como si eso lograra calmar un poco los latidos de mi corazón. Los dos nos moríamos de ganas de estar juntos, y aún no podíamos. Parecía como si todo en nuestra historia tuviera múltiples trampas para alejarnos. Escuché la voz de Ethan acercarse. Miré por el pasillo y apreté el celular entre mis dedos.

—Jack. Perdona, debo cortar. —dije, y al instante terminé con la llamada. Estaba saliendo de la habitación mientras guardaba mi celular, pensando que nadie lo había notado. Pero Ethan me esperaba al fondo del pasillo de brazos cruzados. Me detuve ahí y bajé la cabeza ante su mirada acusadora.

—Vamos a contarle a Marc. —aseguró con sus cejas arriba.

Nos sentamos a conversar hasta la madrugada en la sala. Conté prácticamente lo mismo, pero esta vez con la acusadora mirada de Ethan sobre mi. Por supuesto, Marc fue mucho más comprensivo. En realidad se alegró cuando le dije que habíamos empezado de cero. Pero su gesto cambió inevitablemente cuando llegué a la parte de que quería que me fuese con él. Después de eso estuvo callado unos minutos.

—¿Ves? te dije que es ridículo. —señaló Ethan, lo fulminé con la mirada y él me respondió arrugando la nariz como un niño pequeño.

—¿Qué tiene de malo? —soltó Marc de repente, dejándonos a los dos sorprendidos—. Emma necesitaba aclarar sus dudas. Yo mismo le dije que debía ver qué pasaba.

—¡¿Pero irse del país con él?! —exclamó Ethan indignado, era el único que no quería sentarse.

—Bueno él es un boxeador profesional. Si gana el título tendría que irse seguro. En ese sentido Emma lo sabía de antes, que no sería fácil. —Me miró antes de seguir hablando—. Debes estar cansada. Con el viaje y todo esto. Después continuamos. Ve a dormir a mi cama.

Yo asentí y me fui por el pasillo. Escuché la voz de Ethan antes de entrar a la habitación y me detuve. —No sé cómo mierda apoyas esto de verdad. ¿Qué pasa si el idiota la deja botada al otro lado del mundo? Deberías dejar de lado tu fanatismo para estas cosas Marc. No es fanatismo. Ya lo sé. Créeme que lo odié por un tiempo. Odié que fuera él entre todos los hombres del mundo. Pero es. ¿Qué quieres que haga? ¿Culpe a Emma? no quiero verla sufrir más. Tu la viste el año pasado. Cuando el idiota se fue. No quiero verla así de nuevo. ¡Yo tampoco quiero verla así! Por lo mismo te digo, nada bueno va a salir de esto.

Cerré la puerta despacio y me dejé caer en la cama. Nunca pensé que los había preocupado tanto. Y ahora solo los preocuparé más. Entiendo que esa forma de reaccionar de Ethan es por miedo. Sé que sólo quiere protegerme. Y que es shockeante para los tres tener que separarnos así. Vivir en otra ciudad es una cosa, pero en otro país. En ese momento me dolía la cabeza y no quería pensar más. Me quedé dormida rápidamente en la cama de Marc. Y desperté en la noche de repente. Me levanté y fui hasta el balcón. En el camino vi Marc durmiendo en el sillón. Se despertó enseguida y me miró confundido.

—¿No puedes dormir? —susurró.

—¿Qué haces en el sillón? —pregunté yo.

—Ethan no quiso dormir conmigo. —me aguanté la risa hasta salir al balcón. Ahora sólo faltaba que despertáramos a la bella durmiente y nos viniera a golpear a los dos. Me apoyé en el barandal al lado de él.

—Tuve un sueño con él. —solté. Marc me miró aún adormilado.

—¿Qué soñaste? si se puede preguntar, si es explicito mejor no.

—Idiota... —A lo lejos se veía que el amanecer estaba por comenzar y me quedé allí embobada con lo hermosa que era la vista—. No era nada en realidad. Solo recuerdo que estábamos juntos. En una habitación blanca con mucha luz. Demasiada luz. Él me miraba y sonreía mientras tomaba mi mano. Eso era todo. —miré como Marc escuchaba atento mi historia y me dio vergüenza.

—¿Eras feliz? —preguntó.

—Eso creo. —Marc sonrió y me dio unos golpecitos en la cabeza con su mano.

—¿No tienes justo ahí tu respuesta? 

EMMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora