Jack se congeló apenas lo vio. Habían pasado meses y el término de su relación no había sido la mejor. Puse mi mano en su espalda para calmarlo. Luego reaccionó y caminó los pocos pasos que nos faltaban para llegar a él.
—Papá...
Habíamos salido temprano con Jack a pasear a Maya, queríamos recorrer nuestra ciudad un poco antes de irnos de nuevo a otro país. A mi perra le dio por llevarnos por calles pequeñas, aunque la mayoría de las veces prefiere quedarse frente al río. Así que la seguimos, sin darle demasiada importancia a dónde nos dirigíamos. Al doblar en una calle se detuvo, moviendo su cola. Y enseguida Jack se paralizó.
Nos miró con sus ojos serios. Su cabello gris y con ropa deportiva. En el pecho llevaba el logo de un gimnasio. Maya se paró frente a él juguetona, hice que retrocediera y me disculpe con la mirada.
—¿Cómo estás? —me preguntó.
—¡Bien, bien! ¿Y usted?
—Bien.
Asentí con una sonrisa tratando de apaciguar esta tensión que nos rodeaba. ¿En serio Jack no lo saludaría? las puertas de la tienda a nuestro lado se abrieron, y de ellas salió un joven de mediana estatura con cabello y ojos oscuros, y cejas gruesas. También estaba vestido con buzo y una sudadera con el mismo logo que la que tenía el papá de Jack. Traía unas bolsas consigo que botó al suelo apenas nos vio.
—¡¿CALLEN?! —exclamó impresionado, saltando enseguida a abrazarlo. Su rostro se me hacia conocido. Así que comencé a pensar apresurada para acordarme.
—Hola Foley... —suspiró Jack.
Foley... Foley... ¡Mike Foley! ¡El campeón de pesos crucero! era el hombre por el que Jack se mantenía en una dieta estricta para mantenerse en su categoría y poder pelear con él. Recordé enseguida la vez que me lo encontré en el metro con Marc.
—¿Cuándo volviste? ¿Por qué no me has llamado? ¡Que frío eres! —se quejó, luego me miró a mí y bajó la cabeza en forma de saludo.
—Así que aún mantienes el cinturón.
—Sí bueno... —pasó su mano por su cabeza y sonrió avergonzado—. Ya sabes, no es fácil. ¡Pero y tú! ¡Vi cómo le ganaste al campeón alemán! Tu amigo de infancia ¿No? ¡Fue increíble!
—Pero no pude noquearlo.
—Me imaginé que dirías algo así, no te gusta que los encuentros se decidan por puntos después de todo. Pero aún así fue una gran pelea.
—Gracias...
—¿Tienes tiempo? ¿Te parece si vamos a beber un café?
—¡Yo voy feliz a beber un café! —intervine, haciendo que los tres miraran sorprendidos—. Jack quería hablar un rato con su papá, no lo ve hace mucho. —Levanté mis cejas y pestañeé varias veces mirando a Mike Foley, quien después de unos segundos entendió.
—¡Ahh! ¡Sí claro! Padre e hijo deben tener muchas cosas que hablar. —Tomó sus bolsas y se las pasó a Jack—. Hazme un favor y lleva esto al gimnasio, así aprovechas de saludar a los chicos también.
—Qué, oigan, esperen.
—¡Te esperamos en río! —exclamé cruzando la calle junto con Mike. Cuando nos alejamos lo suficiente los dos soltamos unas risas nerviosas—. Se veían tan incómodos... pero gracias por ayudar.
—¡Claro! ni Callen ni el entrenador son buenos para hablar, no tiene nada de malo darles un empujoncito a veces. —asentí con mi mano en el pecho. Sólo espero que Jack no se enoje conmigo después de esto...—. Por cierto, Tu eres Emma ¿cierto?
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EMMA
RomanceSEGUNDA PARTE DE JACK CALLEN. * Emma es una joven de dieciocho años que está por empezar una nueva etapa en su vida. Desechar traumas y recuerdos nunca es fácil. Sobretodo cuando aquel boxeador profesional aparece de nuevo en su vida con una propues...