Haters

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—Llegas al otro día, sin avisar ¿Y con un nuevo corte de pelo? ¡¿Qué estuviste haciendo?!

Me encogí de hombros al ver la expresión indignada de Ethan. Le di unos golpecitos en el brazo y entré por la puerta.

—Estaba con Ryan. —me detuve en el pasillo y volteé a verlo confundida—. Por cierto, no te había contado lo de nosotros. Y ni siquiera preguntaste.

Acomodó su lentes y luego rascó su oreja.

—Sí, bueno. Qué puedo decirte. Me lo imaginaba.

—¿En serio?

—Sí. —metió sus manos a los bolsillos de su pantalón y se balanceó sobre sus pies—. Y te veo feliz, así que no tengo nada para criticar. —desvió la mirada avergonzado y yo me acerqué para abrazarlo—. ¿Q-qué haces?

—Gracias Et.

Me encerré en mi habitación y saqué mi celular. Tomé aire antes de abrir el chat. Nuestra última conversación había sido un:

—Ya llegué, todo bien.

Que bueno.

Y ahora había un nuevo:

—Emma, hola.

¿Qué querrá decirme? debe ser de noche allá. Quizá ya esté durmiendo. Escribí y borré mil veces el mensaje que quería enviar. Finalmente mandé un corto y estúpido: Hola. Que rápidamente quise eliminar. Pero él se conectó y lo vio en solo segundos. Sentí mi corazón en la garganta. Mierda. Mierda. ¡Está escribiendo! Y luego se detuvo. Y apareció un Jack llamando en la pantalla. ¡Por la mierda! ¡Por qué! exclamé en mi cabeza. Miré hacia todos lados antes de responder.

—¿Aló? —pregunté inquieta. No podía dejar de mover mi pierna.

—Emma, perdón por llamar así.

Sentí que hace meses no escuchaba su voz, aunque en realidad habían sido solo 2 semanas.

—No, no importa. ¿Qué pasa?

—Te quería avisar que mi pelea ya está fijada. Para el 7 de junio.

—Ah. Vale.

—Yo... —lo escuché suspirar del otro lado. Como si le costara un mundo poder hablar—. ¿La verás? me sentiré algo raro si no estás ahí.

—La veré en al tele, claro.

—Gracias. —Hubo un silencio. Moví mis pies nerviosa y miré hacia la puerta. Ethan estaba mirándome atento, con sus manos apoyadas en la pared. Puse mi mano en mi pecho. Casi suelto un grito del susto. Lo fulminé con la mirada y volví a mi celular—. ¿Tú, estás bien?

—¡Sí, sí! ¿Y tú?

—Bien.

—Que bien. Bueno, ¡Suerte en tu pelea!

—Gracias.

Colgué la llamada y suspiré.

—Wow, esa fue la conversación más incómoda que he visto. —admitió Ethan acercándose de brazos cruzados.

—¡Entonces no mires, idiota! —le lancé un cojín y él lo esquivó. Me dejé caer de espaldas sobre la cama y Et se sentó a mi lado. Le dio unos golpecitos a mi pierna y me miró.

—¿Y? ¿Qué quería?

—Que viera su pelea... —murmuré, con mis brazos cruzados sobre mi rostro.

EMMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora