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Abracé a Ethan fuerte, como si no nos hubiéramos visto en siglos. Cargó mi bolso y caminamos por la ciudad cuando de repente se detuvo en un deportivo rojo.

—¿Qué? —pregunté confundida. Él sonrió perverso.

—Sube.

—¡¿ES TUYO?! —exclamé asustando a una pobre señora que pasaba por la vereda. Casi tira al piso su bolsa de compras.

—Es de Marc. Me lo presto.

—¡¿Se lo compró él?!

—Ahora parece más futbolista ¿no?

Por imagen o lo que sea, me parecía demasiado. Tuve que agacharme excesivamente para poder entrar por la puerta. Ethan apretó un botón en que el techo empezaba a retroceder cegándonos con la luz del sol. Se puso unos lentes oscuros y sonrió coqueto. La radio tocaba una canción de reguetón con la que él cantó de memoria. Me reí estruendosamente mientras sacaba mi brazo por la ventana para sentir la brisa acariciar mi piel.

En una calle rodeada de grandes árboles y enormes edificios, se detuvo frente a un moderno departamento con ventanas brillantes. Entré asombrada con lo inmenso que era todo. Llegamos hasta el piso 15 y caminamos por el pasillo hasta la puerta del fondo. Ethan introdujo una clave en el cerrojo de la puerta y entramos tras un sonidito. Di vueltas emocionada por una sala enorme, con sillones negros y una vista maravillosa de la ciudad en un enorme ventanal.

—¡Dios mío Ethan! ¿Enserio vives aquí solo? ¡Te debe costar una fortuna! —grité asombrada.

—Si... bueno. Con respecto a eso Emma debo contarte algo.

Lo miré juntando mis cejas. El tomó mi mano y me guió al sillón. Fue a la cocina y trajo un vaso de agua. Luego se sentó a mi lado.

—Tengo miedo. —admití. Pensé que tal vez estaba casado, o le llegó alguna herencia, o tenía un sugar Daddy, (lo cual no sería malo).

—La verdad es que nos dimos cuenta que mi facultad está muy cerca del lugar donde Marc entrena—. Empezó, moviendo sus manos como psicólogo—. Así decidimos ahorrar un poco y vivir juntos.

—¡Eso es genial! ¿Por qué no me lo dijeron?

—La cosa es que... —se sacó los lentes y pasó sus manos por sus ojos. Me miró como si le diera extrema vergüenza contármelo.

—No me digas... acaso ¿están juntos? —dije esto y Ethan asintió con la cabeza con un gesto extraño. No pude evitar soltar un grito que resonó por toda el lugar. Mis fanfics mentales se habían convertido en realidad. Me tomé las manos para tapar mi boca y esbocé una enorme sonrisa—. ¿Es enserio?

—¿Por qué estás tan feliz?

—¡Porque sí! ¡cómo no estarlo!

Ethan sonrió y me abrazó emocionado.

—Gracias Emma.

—Lo único que quiero saber es cómo pasó. Digo, ¡Se fueron hace apenas un mes!

—La verdad es que a mi me gustaba Marc hace mucho tiempo. Incluso antes de que llegaras a la ciudad. Pero pensé que estaba loco y era mejor olvidarlo. Y bueno, cuando pasó esto las cosas se dieron solas...

Tuve que apretar mis cachetes para aguantar toda esa ternura. Nos quedamos un rato más allí hablando y luego a Ethan se le ocurrió encender la televisión. Lo primero que vimos fue el rostro de Jack Callen en la conferencia de prensa. ¡Mierda lo olvidé! Ethan puso un gesto incómodo y la apagó enseguida.

—Diablos Emma perdón. No pensé que aparecería tu ex. El sábado tiene una pelea al parecer. —dijo sin ganas. Lo miré haciendo una mueca extraña, enseguida notó que algo pasaba.

—Ethan... con respecto a eso, yo también tengo que contarte algo. 

EMMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora