Desterrando la caja

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—¡Emma! —me desperté al escuchar mi nombre y los golpeteos de la puerta. Jack me miró confundido, traté de moverme pero la pereza me ganaba—. ¡Voy a entrar!

Y la puerta de la habitación se abrió, y apareció Marc sólo con shorts y su cabello ondulado en cualquier dirección. Arrastró sus pies hacia nosotros y me enseñó la pantalla de su celular.

—Supongo que aún no lo han visto. Está por todos lados. —Era una pagina online de noticias, con fotos de dos personas besándose. Cuando me di cuenta de quienes era, di un salto para sentarme en la cama y quitarle el celular.

—Mierda. ¡Somos nosotros! —Era Jack y yo, en el momento en que nos encontramos en la recepción. Más de quince fotos de nosotros mirándonos, y besándonos. Golpeé a Jack en el brazo reiteradas veces—. ¡Somos nosotros!

Se apoyó en el respaldo y miró el celular con los ojos achinados.

—Esto fue ayer... —murmuró.

—¡Ya sé que fue ayer! ¡¿En qué momento las tomaron?! —deslicé hasta abajo de la pagina para ver los comentarios, pero Marc me quitó el celular antes de que pudiera.

—¡Eso no! ¡Nada de leer las opiniones de los demás! ¡Después te quedas deprimida todo el día!

Hice un puchero, tenía razón. Entró Ethan a la habitación poniéndose sus lentes. También estaba solo con boxers. Se acercó a nosotros aplaudiendo y se apoyó en la pared con una sonrisa traviesa.

—¡Bien Emma! ¡Lo hiciste de nuevo!

—¡Yo no hice nada! —gruñí.

—Ahora conocen nuestro departamento, no tardarán en llegar fanáticas enloquecidas. —suspiró Marc asustado. Jack se enderezó y le pidió el teléfono. Se quedó analizando las fotos, y nosotros mirándolo en silencio esperando alguna reacción.

—Esto es raro. —concluyó.

—¿Por qué? —preguntamos los tres al unísono.

—Estas fotos fueron tomadas aquí abajo en recepción. —siguió. Nosotros asentimos. Acarició su pera con su mano vendada, tipo detective—. Eso quiere decir que fue en propiedad privada, lo cual es ilegal.

—¿Entonces puedes demandarlos? —preguntó Marc.

—Puede, pero de qué sirve si ya todos vieron las fotos. —argumentó Ethan.

—Lo curioso, es que fueron tomadas de frente. Y sólo había una persona más allí además de Emma y yo.

Intercambiamos miradas sorprendidas. No puede ser. Acaso...

—¡EL RECEPCIONISTA! —gritamos Et, Marc y yo al mismo tiempo.

—¡Ese viejo farandulero! —gruñó Marc.

—Ahora que lo pienso, sí estuvo mirándome mucho desde que entré. —comentó Jack—. Pero en realidad no suelo prestarle atención a eso.

—Claro que no, eres famoso, estás acostumbrado. —suspiré yo.

—¡Vamos a ir a darle una paliza a ese viejo! —exclamó Marc entusiasmado, tocando su bicep. Ethan lo siguió hasta la puerta.

—Esperen. —los detuvo Jack, levantándose de la cama—. Ustedes viven aquí, es mejor que su recepcionista no los odie. Iré yo.

A Marc y Ethan le brillaron los ojos al verlo.

—¡Que genial sonó eso! —exclamó Marc, acercándose. Vi a Ethan carraspear y desviar la mirada. Qué tierno... Marc observó el torso desnudo de Jack y abrió los ojos como platos—. Wow... es muy distinto verlo de cerca. Digo, ¡Mira esos abdominales! ¡No sabía que podían existir tantos! ¿Puedo tocar? —Ethan y yo levantamos las cejas sorprendidos. Jack soltó una risita y asintió.

EMMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora