Es mi ciudad

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No podía creerlo. ¿Cómo? ¿Por qué? cuando pensé que no lo vería más, aparece justo frente a mi ojos. Estaba trotando, llevaba una camiseta y unos shorts deportivos. Se quitó sus airpods y caminó hacia mí con una sonrisa. Retrocedí un paso hasta chocar contra la cerca  de metal. Sus ojos brillaban. El sudor corría por su frente y nuca.

—Vaya sorpresa... —soltó, sus ojos se arrugaron de lo feliz que estaba. En cambio yo, solo podía mantener mi expresión de shock. Tragué saliva antes de hablar.

—¿Qué haces aquí...? —pregunté apenas. Sentí tantas emociones al ver su rostro que me quedé inmóvil.

—¿Qué dices? pues volví. Esta es mi ciudad. —Me derretí con su voz. Lo había olvidado. Él toda su vida ha vivido aquí. Mis confusiones solo incrementaron. Cuando creía estar segura de algo, él aparecía y arruinaba todo. No, no lo arruina. Lo soluciona. Pestañeé varias veces aún incrédula—. ¿Tú qué haces aquí? vi la pelea. Jack ganó. —Asentí con torpeza. Maya le movía la cola juguetona. Ryan se agachó a hacerle cariño—. Que hermosa... ¿Cómo se llama?

—Maya... —suspiré. Ver a Maya y a Ryan juntos me hizo pensar que se parecían. Se levantó de nuevo y me miró. Estaba esperando una respuesta para lo anterior—. Jack se fue a Rusia. Yo vine para ver a mis amigos y a mi mamá.

—Ya veo.

Mi celular comenzó a sonar. Era Ethan. Respondí apresurada y cambié mi vista de sus ojos verdes al paisaje azul.

—¿Aló?

—Emma, ya salí. ¿Te parece si vamos a almorzar juntos?

—Sí, sí.

—¿Pasó algo? —volteé para ver a Ryan que jugaba con mi perra.

—No, nada. Nos vemos entonces. —corté la llamada para evitar sospechas. Todavía no hablo bien lo de Ryan con Ethan y Marc. Ni siquiera les he contado lo del beso. ¿Cómo podría decirles que me lo encontré hoy? o peor, ¿Qué hago si ellos se lo encuentran por ahí? acorté la correa de Maya y la atraje hacía mí.

—¿Ya te vas? —preguntó levantando las cejas. Se paró justo frente a mí haciéndome sentir pequeña.

—Sí.

Lo vi asentir con algo de decepción en su mirada. Había muchas cosas de las que quería hablar. Pero, ¿Está bien si hablamos? le dije a Jack que nunca más lo vería. Porque en serio pensé que así sería. Ahora, ¿Qué debería hacer? sus ojos verdes se posaron con calma sobre los míos.

—Veo que estás pensando en muchas cosas. —soltó, sacando sus audífonos de sus bolsillos—. Y no es mi intención complicarte la vida.

—Es algo tarde para eso...

—Tal vez. —le dio unos golpecitos en la cabeza a Maya y me observó desde abajo, como si estuviese penetrando sobre mi cuerpo. Se alejó unos pasos y levantó la mano—. Nos vemos por ahí, Emmabella.

Me dedicó una última sonrisa antes de irse trotando por la orilla. ¿Es que acaso me inventó un apodo? sentí mis orejas enrojecerse. Era la primer vez que alguien me inventa uno. Y es bastante bonito... ¡Qué se cree que es! ¡Mi novio debería hacer esas cosas, no él! pero a mi novio no le gustan esas cosas... sacudí mi cabello como una desquiciada antes de caminar de vuelta.

Fui a dejar a Maya al departamento y me encontré con Ethan afuera. Fuimos a un restaurante italiano a comer pizza. Nos sentamos en la terraza, el día estaba hermoso y brillante. Él me contó un poco sobre sus clases, sus profesores y compañeros. Parecía entusiasmado. Me terminé mi cerveza de un gran trago y suspiré.

EMMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora