CAMILA POV.
Después de nuestra conversación en la playa y de recoger todas nuestras cosas, ahora íbamos en el auto de camino a casa. Ya pasaban las once la noche y es que nuestras horas se fueron volando. Lauren se veía tan concentrada en el camino pero su mano estaba sobre mi rodilla y yo la tenía entrelazada con la mía. De vez en cuando ella volteaba para sonreírme o para besarme muy lento dejándome con ganas de más. Nuestra conversación nos había unido más, si yo tan solo la hubiera escuchado antes nada de esto hubiera pasado y ahora estuviéramos quizás casadas y con dos hijos más. Pero en fin, las cosas pasan por algo y por algo no nos casamos esa vez y por algo estamos ahora juntas, luchando porque las cosas esta vez salieran bien.
-Llegamos bonita –Lauren se desabrochó el cinturón y salió del auto para abrir mi puerta.
-Gracias –me ayudó a bajar y sacó mis cosas del auto.
Subimos por el ascensor y me abracé a ella, sus manos estaban en mi cintura y me sentía tan protegida entre sus brazos, mi cara estaba entre el espacio de su cuello y su hombro. Así me gustaría estar siempre. Cuando llegamos a mi piso, salimos tomadas de la mano pero al llegar a la puerta ella deshizo nuestro agarre y miré al suelo sólo asintiendo.
-Hey Camz, es sólo por si Karla está despierta no quiero que empecemos confundirla, ¿está bien eso?
-Sí, creo que está bien –besó mis labios y abrí la puerta. Una hermosa princesa salió a toda prisa hacía mí supongo que aún no había visto a Lauren porque sino...
-¡MAMII! –la cargué entre mis brazos y besé su mejilla pero se bajó rápidamente.
-¡LAAAULEEEN! –corrió hacía ella y la abrazó de las piernas, Lauren la cargo y la elevó mientras Karla reía, luego la bajó y la puso sobre sus brazos.
-Hola muñequita, ¿Cómo estás? –mi hija la abrazó.
-Bien, la tía Dinah me hizo sopa –Dinah estaba en el fondo de la cocina lavando los platos que habían usado.
-Dinah deja ahí, yo los lavo –me acerqué hasta ella y deje a Karla con Lauren en la sala.
-Estoy por terminar, ¿Cómo te fue Mila? –mi sonrisa se hizo más grande.
-Nos besamos de nuevo Dinah, y te juro que si no fuera porque estábamos en la playa hubiéramos tenido sexo ahí.
-¡MILA NO LO PUEDO CREER!
-Baja la voz, Lauren está ahí.
-¿Hablaron? ¿Le dijiste ya?
-Si hablamos pero no le dije nada de eso, sólo quedamos en que nos daremos una nueva oportunidad para empezar de nuevo con lo que ya teníamos.
-Mila me alegra mucho pero creo que no pueden empezar de cero sin que sepa que pues ya sabes.
-Lo sé y me siento terrible pero no puedo, no ahora.
-Debes de decirlo antes de que sea demasiado tarde.
-Sí Dinah lo haré.
-Y tengo este también y este, y este –Karlita le enseñaba a Lauren todos los juguetes que tenía en su caja rosa.
-Son muy bonitos princesita –mi hija tomó una de sus muñecas y se la dio a Lauren.
-Ella se llama Emma.
-Mucho gusto Emma –Lauren le dio la mano a la muñeca y casi me derrito de ternura.
-Parece que derritió al hielo, ¿Dónde está la Lauren que no quería cambiarle el pañal a Karla en el supermercado?
-¿Quién te dijo eso?
-Normani.
-¿Hablas con ella aún?
-Ally me pasó su número y hemos estado hablando, la otra noche fuimos a un bar y ella me contó todo, deberías preguntarle a Lauren para que así te convenzas si le quieres decir o no.
-Hablaré con ella.
-Bueno, debo irme mañana tengo que ir a un curso de maestros –rodó los ojos.
-Gracias por cuidarla, muchas gracias –la abracé.
-De nada sabes que amo a ese pequeño torbellino y sabes que me la puedes dejar cuando quieras, cuando quieras tener sexo después de tantos años con tu chica –la solté y me sonrojé.
-Déjame en paz –ella río y salimos de la cocina.
-Te puedo dal este –mi hija seguía dándole juguetes a Lauren quien la veía completamente embobada.
-Ya me voy enana, cuídate mucho y cuida a tu mamá –Karla se bajó de las piernas de Lauren y fue hasta Dinah –Hola Lauren.
-Buenas noches Dinah –Oh no, esto no era bueno así que fui hasta la puerta también.
-¿Cómo se dice Karla?
-Glacias pol cuidalme tía Dinah.
-De nada enana, me tengo que ir –la bajó y mi hija volvió a las piernas de Lauren.
-Cuídate Dinah –y se despidió de mí con un beso en la mejilla y salió de ahí.
-Tú jovencita ya deberías de estar dormida –Karla se aferró más a los brazos de Lauren.
-Ya escuchaste a mamá, debes dormir bebé.
-Pelo no quiedo.
-Ya es tarde mi amor, tú no debes desvelarte.
-Ven vamos a la cama y te leo un cuento ¿sí?
-¡Shi! –Lauren la cargo en sus hombros y se fue con mi pequeña hasta la habitación, tomé su brazo y le susurré "café" y ella sólo asintió yendo con Karla.
Después de unos diez minutos apareció Lauren por la puerta de la cocina, yo estaba terminando de poner la mantequilla al pan que nos íbamos a comer y sentí como pasaba sus manos por mi cintura pegándome a ella.
-Huele delicioso –me susurró justo en mi oído haciendo que no sólo la mantequilla se derritiera.
-¿Quién? ¿El pan o yo?
-Tú –jaló con sus dientes el lóbulo de mi oreja y me besó la mejilla hasta encontrar mis labios –no sé qué tienen tus labios pero me encantan.
-Son tuyos, tómalos –me giré ahora que ya había apagado la estufa de lo contrario ya olería demasiado a gas. Me giré hacía ella y nuestros labios se encontraron besándonos húmedamente, mi lengua parecía tener vida propia y se enredaba con la de ella fácilmente. Hubo un momento en que Lauren sacó su lengua y yo succioné con mis labios hasta besarnos de nuevo. Eso ya estaba arruinando mis bragas.
Quizás ya no debíamos esperar tanto tiempo, ya nos conocíamos y ya conocía cada parte de su cuerpo, ¿Por qué no recuperar un poco el tiempo perdido? Sus manos fueron hasta mis muslos y sentí como me subía a la mesa del comedor. Mientras yo no dejaba de acariciar sus brazos. Sus manos fueron subiendo hasta encontrarse en mi cuello y dejó besos húmedos ahí. Succionó y espero que no deje marca porque si no Dinah no me va a dejar de molestar en 20 años.
Yo no podía hacer más que gemir en su oído por lo húmedo de sus besos, hasta que sentí como bajaba por mi mandíbula y sus manos fueron a parar a mis senos.
-Wow, ¿Crecieron?
ESTÁS LEYENDO
Perfecta Casualidad (CAMREN)
Fanfiction¿Crees en el destino? ¿Crees en eso que la gente llama "casualidad? ¿Te has enamorado al punto de querer odiar el amor? No todo ha sido así siempre. Ella amaba. Ella reía. Ella creía. Ella se fue, pero ¿Quién dijo que para siempre?