Capítulo 2.

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-Joey te lo juro, no tengo idea de quien sea esa niña, simplemente llegó a mi departamento y tocó la puerta y cuando fui a revisar, abrí la puerta y ella estaba ahí -Lauren tenía el teléfono en una mano y con la otra se rascaba el cabello como siempre lo hacía cuando estaba nerviosa.

-¿Sabes su nombre? -dijo Joey.

-Ya te leí la nota como diez veces Joey -dijo irritada -Dame una solución o no me hagas repetirte más mierdas -miró a la niña que abrió los ojos sorprendida por las palabras de Lauren.

-No tengo idea de cómo saber más de ella -Lauren rodó los ojos -pero mira, ven aquí y tráela, me pondré a investigar algunas cosas. Sin más, Lauren colgó la llamada y se acercó a la pequeña.

-Bueno niña como no tengo idea de quién eres, debemos ir a un lugar.

-No soy una nina -Lauren la miró -Mi nomble es Kadla y tengo así -mostró sus dos deditos.

¿Dos años? ¿A quién se le puede ocurrir dejar sola a una niña de dos años? ¿Quién la pudo dejar sola? ¿Por qué habiendo más de veinte departamentos aquí, vino a dar al mío? Pensó Lauren.

-¿Por qué me miras tanto? -Le dijo Lauren a la pequeña -¿Qué es ese ruido?

-Es mi estómago, mami lice que cuando tienes hamble, se escucha un luido -Lauren la miró tratando de entender lo que la pequeña había dicho.

-¿Tienes hambre? ¿Eso fue lo que dijiste?

-Shi -eso fue un sí, Lauren.

-Aguarda. Fue a abrir su refrigerador pero solo había botellas de alcohol y unas cuantas latas de bebidas preparadas. En su alacena había bolsas de papas fritas pero no había nada decente para una niña. Por un momento se cruzó por su mente llamar a Normani pero sabía que su amiga era una loca y que probablemente le diría que le diera alcohol a la niña.

¿Qué comerán los niños? Fue hasta su ordenador y tecleó de inmediato. Dio la opción de imprimir y listo. Corrió hasta su habitación y se vistió lo más pronto posible. Salió y la niña seguía en su misma posición mirando hasta donde Lauren estaba.

-Bueno Mara -la niña frunció el ceño -en vista de que no tengo comida para ti, debemos ir a comprar algo y después de ahí vamos a ir con una persona que te va a ayudar a encontrar tu casa.

-Mi nombre es Kadla -le dijo la pequeña y cruzó sus bracitos.

-Como sea, vamos.

Salieron del departamento y caminaron por el pasillo, Lauren no tomó su mano en ningún momento, sólo pasaba de vez en cuando sus manos por los hombros de la pequeña. El ascensor llegó y esperaron a que las puertas se abrieran.

-¡La caja volvió! -gritó la pequeña.

-¿Qué caja? ¿Cuál caja?

-Estamos dentlo. En vista de que Lauren no entendía, decidió no hacer más preguntas.

Bajaron hasta el primer piso y entraron al estacionamiento, y no pidió su coche como normalmente lo hacía, ni llamó a Ralf para que la escoltara.

-¿Qué es esto? -dijo la pequeña.

-¿Qué cosa? ¿El auto? -Ella asintió -Pues es un auto, ¿no los conocías?

-Mami tenía uno, pelo se lo dio a un señol y res...dispu...-la pequeña cerraba sus ojos como tratando de recordar y pronunciar mejor -después de eso, mami me complo un león, se llama Nala.

-¿Tu madre te compró un león?

-Sí, es este -con sus pequeñas manitas abrió su mochilita rosa y sacó un león de peluche -él es Nala.

Perfecta Casualidad (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora