Capítulo 19.

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Camila POV.

Si dijera que dormí bien probablemente esté mintiendo. 

No sé por qué me siento tan nerviosa de salir con Lauren, sé que no tengo porque sentirme así si sólo es como una salida de amigas pero qué haré si ella me empieza a preguntar cosas de más o aunque sé que es lo mejor que aclaráramos de una buena vez todo lo de nuestro pasado porque como decía mi abuela, nadie sabe lo que va a pasar mañana

Desperté y eran las nueve con diez de la mañana, así que fui a ver si mi princesa estaba despierta y no, estaba dormida. Su peluche de Nala y Simba entre sus bracitos hacían que estuviera segura y que estuviera dormida plácidamente. Me encantaba verla dormir, sus facciones relajadas, su piel suave y ese aroma a bebé que tenía, me encantaba. Dejé un beso en su mejilla y fui a preparar algo de comer para cuando se despierte. 

La noche anterior recibí una llamada de Dylan el dueño del bar, me dijo que se había enterado de la desaparición de Karla y que tomara los días que fueran necesarios. Él es una buena persona que siempre me ha ayudado y se lo agradecí y le prometí que pronto volvería. Por otra parte Shawn me envió un mensaje para invitarme a cenar esta noche pero no pude aceptar porque no sé a qué hora regresaremos de con Lauren así que le dije que mejor otro día. El olor a mantequilla inundó mi nariz y por fin saque los hot cakes de la estufa. Preparé café para mí y para mi pequeña leche con chocolate. 

Escuché unos pasos y ahí estaba con su pijama rosa, frotando su ojo derecho mientras que con la otra sostenía a Nala.

-Hola princesa, ¿tienes hambre?

-Mucha mami –se acercó a mí y la cargué para darle un beso en su mejilla. La bajé y la ayudé a sentarse en su sillita. Acerqué los hot cakes y se los puse enfrente, corté uno para ayudarle a que se lo comiera bien.

-¿Ya vamos con Laulen? –me preguntó y sentí algo en mi estómago nada mas cuando la nombró, ¿Qué me pasa?

-Aún no es hora mi amor, aún debemos bañarnos y que ella salga de su trabajo, pero más tarde la veremos –la miré y vi como bebía su chocolate y se manchaba las comisuras de sus labios. -¿Qué sientes por Lauren, amor? –mi pequeña me miró confundida. -¿Por qué quieres verla ahora?

-Ella me cuido cuando estaba en su casa y me comp...-no pudo pronunciar esa palabra -dulces y cuando estaba lloviendo ella me cuidó y es buena, mami –dijo y siguió comiendo.

-Lauren tiene esa manía de hacerte sentir bien cuando una tormenta está presente –dije mirando a mi pequeña.

-¿Cómo mami? –me miró con la cuchara dentro de su boca.

-Nada, termina de comer, bebé.

Sin duda esta tarde será muy interesante.

Lauren POV.

-¿Pero que mierda? ¡Por Dios! No tienen quince años como para que les esté explicando todo lo que tiene que hacer, o debo conseguir gente más capaz de hacer las cosas sin tener que pedirme permiso para todo, no es posible –me di vuelta y caminé hasta mi oficina. Me senté frente al monitor y tomé mi termo con café que ya estaba casi vacío.

-¿Qué te pasa? –ese era Joey que entró con una enorme sonrisa en su cara.

-Me sacan de la sala de juntas para preguntarme que diseño debe ir en el nuevo logotipo, cuando hay gente que se encarga de eso, ¿para qué mierda les pagamos entonces? –eso me estresaba bastante.

-Sólo quieren saber tu punto de vista.

-Ellos siempre lo hacen y cuando tienen todo listo me lo muestran pero no me están preguntando cada puta cosa del diseño.

-Cálmate, que al rato vas a ir con las Cabello y todo va a ser genial –lo miré –o, ¿por qué tienes esa cara? –Le enseñe mi celular – ¿En serio? ¿Estás celosa por una foto de whatsapp?

-No estoy celosa, es sólo que –bajé mi mirada –parecen una familia y yo sólo...siento que estoy arruinando lo que ellos tienen.

-Si fueran una familia Camila no viviría en ese departamento y aparte Shawn nunca lo vimos besarse con Camila o que la haya acariciado de alguna forma y prácticamente la muñequita corrió apenas te vio.

-Quizás tengas razón.

-¿Quizás? Obvio que la tengo estúpida –me reí –ahora muévete que ya casi es hora de irnos –aplaudió feliz. Después de eso me relajé, tomé mi quinta taza de café en lo que llevaba ahí y fui a cepillar mis dientes. Arreglé mi ropa y mi cabello, retoqué mi maquillaje y salí de la oficina. El reloj marcaba las dos de la tarde con diez minutos y apenas me daba tiempo para llegar a recoger a Camila y a la bebé. Salí a toda prisa y fui por mi auto.

Camila POV.

-Este vestido es bonito, mami –me dijo mi hija mientras estaba sentada en su sillita y yo intentaba trenzar su cabello.

-Tú eres más bonita mi amor –le dije y asintió.

-Ya quiedo que venga Laulen –yo también.

-Ya casi llega, princesa –pase el cepillo por su cabello y la bajé –listo, vamos a cepillar tus dientes y a que te pongas los zapatos –mi hija asintió y fuimos hasta el baño. Cuando su higiene estuvo lista, me dijo que ella se quería poner sola las zapatillas así que la dejé y me di una mirada en el espejo. Llevaba un vestido azul marino y tacones negros, mi cabello caía en ondas y caía por mis hombros. Retoqué mi maquillaje, no mucho, sólo algo de labial rojo y algo de polvo. Escuché el sonido del timbre y miré el reloj, puntual como siempre. Mi hija se me adelantó y salió corriendo.

-¡LAULEEEN! –la voz de mi pequeña se escuchó en todo el edificio, tomé mi bolso y metí algunas cosas de Karla.

-Hola enana –la cargó en sus brazos –eres una princesa, mira que bonita estás –mi hija se sonrojó y se escondió en su cuello.

Salí de la habitación y fui hasta ellas. Lauren estaba más hermosa que de costumbre, su cabello ondulado, su pantalón negro pegado a su cuerpo y su camisa roja de mangas largas remangadas la hacían ver mucho más hermosa. ¿Qué estoy pensando? .

Me miró y vi sus hermosos ojos verdes pasar por mi cuerpo, cuando se dio cuenta que la miré, ella bajó la mirada al suelo y sonreí.

-Hola Camila, te...te ves también muy linda –maldita sea, me sonrojé.

-Gracias, igual tú ¿vienes del trabajo? –la miré pero ella me recorría con la mirada pero regresó a mis ojos.

-Sí, pero ya basta de tanta plática que tenemos que irnos, ah pero antes –bajó a mi hija –te traje algo.

-¿Es una sodpr...? –mi hija no podía pronunciar la palabra.

-Sorpresa bebé y sí –Lauren sacó una caja con bastantes chocolates kit-kat.

-¿Son para mí? –mi hija ladeo su cabecita y la miró.

-Si princesa son tuyos –mi hija se lanzó a sus brazos y Lauren sacó de su bolso un lazo color amarillo, mismo del color del vestido de mi hija. Lo tomó y lo puso en su cabello –Tu mami solía usarlos todo el tiempo –le dijo a mi pequeña y ella sonrío y se abrazó a Lauren. Yo la miré, ella recordaba cada cosa de mí, cada cosa que pasamos, cada beso, cada caricia. 

Ella era una mujer maravillosa y al verla interactuar con mi hija, no pude evitar pensar que parecíamos una familia, la familia que yo siempre soñé a su lado. Pero aún había demasiadas cosas que hablar entre ellas, Karla.

Una lágrima rodó por mi mejilla y ella lo notó, se acercó a mí y limpió con su pulgar.

-¿Nos vamos, Camz? –me dijo y sí, mi corazón se detuvo.

Perfecta Casualidad (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora