Capítulo 37.

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¡Amor! —Me acerqué hasta donde estaba Lauren y le di un corto beso en los labios — ¿Qué haces aquí? Creí que no querías comer conmigo hoy porque no me mandaste ningún mensaje.

—Te quise dar una sorpresa.

—¿Esto es para mí? —señalé sus manos.

—Sí —no me estaba viendo a mí, sino a Shawn.

—Hola Lauren.

—Mendes —ella estrechó su mano con él pero su vista volvió a mí.

—Mila te dejo para que vayas a comer con tu novia.

—Si ya tenías planes para comer con él, adelante —me dijo Lauren y yo no supe que hacer.

—Shawn, ¿vienes a comer con nosotras? —no quería ser grosera y dejarlo después de que ya me había invitado.

—No te preocupes Mila está bien, nos vemos más tarde —se despidió de Lauren y de mí con un beso en la mejilla. Pero Lauren seguía con su cara de molesta, lo sabía porque tenía la mandíbula apretada y sus ojos no se despegaban de Shawn.

—Amor me gustó mucho la sorpresa —tomé su cara entre mis manos y la besé lentamente como a ella le gustaba.

—¿Ibas a comer con él? —ni siquiera correspondió mi beso.

—Sí amor porque no me mandaste ningún mensaje y creí que estabas trabajando, no esperaba encontrarte aquí.

—Okey.

Y sin más se fue caminando hasta el auto dejándome atrás y en sus manos llevaba todavía las cosas que no me había entregado. Entró al auto pero yo no así que me di la vuelta y me regresé al edificio. No tenía por qué disculparme de nada, yo no hice nada malo y sí estuve mal en no mandarle ningún mensaje pero no es motivo para que ella se comporte así. Agradecí que el elevador no se tardó demasiado y subí hasta mi piso, esperando que Lauren subiera o algo así pero no creo que eso sea posible por el nivel de enojo que tenía.

LAUREN POV.

Camila sujetada de la cintura por Shawn.

 Sus manos tocando a mi novia. 

Sé que es algo toxico pero no lo soportaba y más porque ese imbécil quería con mi chica. Si Camila se pone celosa hasta de Liz mi secretaría, creo que yo también tengo derecho ¿no? En fin, ni siquiera me di cuenta que Camila no subió al auto. Así que apagué el motor y fui hasta donde ella estaba. Tomé las cosas que le había traído porque en verdad la quería sorprender pero la sorprendida fui yo, me moría de celos, tenía miedo de perder a Camila otra vez. Entré y como no sabía cuál era el piso de Camila, fui hasta la recepción.

—Hola, vengo a ver a Camila Cabello, ¿Cuál es su piso?

—Buenos días, ¿a qué asunto viene? —me contesto la rubia de ojos azules sonriéndome de oreja a oreja, cosa que sólo correspondí porque quería que me dejara subir a ver a mi novia.

—Tengo una reunión con ella.

—Oh claro, ¿eres la de la constructora?

—Sí, me dices en donde está, por favor.

—Piso tres, entrando al fondo en el pasillo de la izquierda.

—Gracias.

—De nada, linda que tengas buen día.

Subí de inmediato y cuando llegué no había nada de personal, supongo que estaban en hora de comida. Cuando llegué a la oficina, ahí estaba mi novia frente a su computadora y con sus gafas puestas. Todos los celos que sentía hace un rato, habían desaparecido cuando vi su carita.

Perfecta Casualidad (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora