Capítulo 26.

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LAUREN POV.

-No me lo tomes a mal pero no quiero hablar de eso ahora, te lo diré pero no hoy –sentí que se levantaba de mis piernas y la abracé más fuerte a mí.

-No te preocupes, esperaré –tomó uno de los paquetes de chocolates y los cortó para darme uno, cuando lo iba a tomar con las manos ella me lo puso en la boca. Lo mordí junto con sus dedos cuando me lo dio.

-Tramposa.

La giré un poco más a mí y besé sus labios, ella se acomodó más en mí y ahora estaba sentada en mis piernas y yo acariciaba su mejilla para poder atraerla más a mi boca. Abrí mis labios un poco para poder meter mi lengua a su boca, ella accedió y nos besamos más húmedamente que antes. Ella pasó sus manos por mi cuello para pegarme más a ella. Al tenerla sobre mí, pasé la punta de mis dedos por sus piernas ya que su vestido se había levantado un poco. Ella soltó un jadeo y eso me encendía mucho más.

Se acomodó más a mí a modo que se sentó a horcajadas sobre mí, ella pasó sus brazos por mi cuello y yo la abracé por la cintura, pegándome más a ella si eso era posible. Sentí su lengua pasar por mi labio inferior y escuchaba el sonido de sus besos y como chocaban nuestras lenguas. Extrañaba tanto su sabor, sus besos, tenerla así como ahora y en verdad no quería que terminara. Fui bajando mis manos por su cuello y besé justo ahí donde sabía que era su punto débil. Ella soltó un gemido y abrió los ojos encontrándose con los míos, pegamos nuestras frentes y sonreímos.

-No pienses que te traje para algo más.

-Tus besos acaban de hacer que se me olvide todo.

-Extrañaba tanto besarte y déjame decirte que desde que te besé en tu departamento no puedo dejar de pensar en ti –ella dejó un beso en mi nariz.

-Me pasó lo mismo, no te voy a mentir. Quería dejarlo ahí, quería que no nos besáramos más porque no sabía cómo controlar esto, ya no tenemos edad para irnos así de la nada.

-Hey, vamos a ir despacio te lo juro sabes que te podría esperar mucho tiempo, ya te he esperado casi tres años.

-Lo sé –vi como una lagrima se deslizaba por su cara.

-No llores bonita –levanté su rostro y ella me miraba con ¿amor?

-Lauren, no te vayas –me abrazó y pasé mis brazos por su cintura besando todo su rostro.

-No lo haré, mírame –ella lo hizo –vamos a intentar esto de nuevo Camz, yo no quiero equivocarme de nuevo y quiero que escuches mi versión de lo que paso ese día porque no quiero que haya secretos entre nosotras, ¿te parece?

-Sí Lolo –volví a atacar sus labios apasionadamente haciéndola reír.

-Ven aquí. Volvimos a recostarnos en las mantas ahora recargadas en una palma que estaba ahí. Había comenzado a refrescar así que le pase una manta a Camila y ella nos cubrió a ambas, tenía su cuerpo encima del mío. Podía sentirla completamente y abrazarla sin ninguna restricción.

-Cuando estábamos en nuestro departamento y tú viste esas fotos, obviamente si era yo la de las fotos pero lo único que recuerdo y eso porque ella se apareció en mi oficina después de haberla corrido junto con su hermano y me explicó que ese día en el bar yo estaba tan dolida contigo porque me habías regresado el anillo, yo estaba muy borracha y que yo la había llamado Camila porque seguramente las confundí de lo borracha que estaba, ella se aprovechó de eso y me llevo al baño, le habló a su amiga Patricia que se encontraba ahí también y ella tomó las fotografías.

-Vaya –dijo sin más y fruncí el ceño.

-Si en la foto le correspondí el beso fue porque ella me dijo algo que me hizo recordarte y aunque no sentía que eras tú, ella me hizo creer que sí, después Mani llegó y ella se fue. Y el hermano de Natalia la hizo que dijera toda la verdad porque él se había enterado que nosotras nos separamos por eso. Después de que él me dijo eso yo te fui a buscar pero Dinah me dijo que te habías ido pero no me quiso decir a donde –ella acarició mis manos.

-No quería que supieras donde estaba porque estaba muy enojada por esas fotos y porque arruinó todo, nuestra boda, nuestros planes y todo.

-Bonita, sabes que te entiendo y sé que quizás fue correcto que lo hicieras pero me dolió muchísimo.

-Para mí fue igual o peor el dolor, te veía en todas partes pero no podía volver atrás, me fui a México.

-¿Con tus abuelos?

-Sí, ahí viví un tiempo.

-¿Me perdonas por haberte hecho pasar ese mal rato?, te juro que me arrepentí toda mi vida de haber hecho eso y de dejarte ir –tomé su cara entre mis manos y besé cortamente sus labios.

-Perdóname por hacer un drama de todo esto, si hubiera dejado que me explicaras ahora estaríamos juntas, estuviéramos casadas con una...familia.

-No tengo nada que perdonarte, dicen que el destino reúne a las personas por algo, y creo que la vida nos está dando otra oportunidad, no me importa lo que paso y no podemos seguir viviendo de recuerdos.

-Debemos crear recuerdos nuevos, ahora contigo y con Karla.

-Así es bonita, perdóname.

-Te perdono Lolo pero perdóname tú a mí, por favor –ella se abrazó a mí y derramó algunas lágrimas.

-Claro que sí bebé, abrázame.

Lo hizo y juntamos nuestros labios para besarnos de nuevo, esta vez no había secretos ni nada que nos separara.

Por fin tenía al amor de mi vida de vuelta y ahora nada nos podría separar. 

Perfecta Casualidad (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora