Perfecta Casualidad (CAMREN)

Capítulo 72.

LAUREN POV.

Por suerte las fotos habían salido muy bien y ahora estábamos metiendo todo de nuevo a la camioneta para poder irnos. Esta vez fueron personas de una nueva marca que quería promocionarse y al mismo tiempo tomarse fotos para darse a conocer ante el público. Ahora quería llegar lo más pronto posible para estar con mis dos princesas. Las extrañaba tanto y más con esa sensación de no dejarlas hoy, pero supuse que todo estaría bien y lo averiguaría pues apenas llegaría a la empresa y de ahí me iría volando hasta el departamento.

Decidí mandarle un mensaje a Camila porque ya le había mandado uno pero no me respondió y supuse que seguiría durmiendo.

Lauren: Camz, mi amor ya voy para la empresa a dejar algunas cosas y de ahí me iré directo a casa, necesito tus besos y estar en tus brazos mi amor, te amo tanto y quiero llegar rápido para abrazarte y a nuestra princesita. 

—Perdóname por llamarte en tu día de descanso pero eras necesaria aquí —me dijo Joey una vez que encendió la camioneta.

—No importa Joey ahora lo único que necesito es estar en casa con ellas, sabes que desde que me fui esta mañana siento algo como no sé un presentimiento o algo así.

— ¿Cómo que un presentimiento?

—No lo sé Joey, no las quería dejar sabes.

—Bueno pero ya vas para el departamento.

—Ya le mandé dos mensajes a Camz y no me responde, espera la llamaré.

Tomé mi teléfono y marqué su número pero tampoco obtuve respuesta. Ya me estaba preocupando.

—¿No te responde?

—No Joey.

—Tranquila, probablemente Karlita tenga el teléfono y por eso Camila no te atiende.

—Eso espero.

CAMILA POV.

Abrí mis ojos sintiéndome mareada y algo adolorida,  mi mirada recorrió el lugar, estaba completamente oscuro, había algunas goteras y el techo parecía que se caería en cualquier momento, había algunas cajas y piezas de maderas tiradas en el suelo.  Sólo se veía una luz al final de lo que parecía ser un pasillo y alguna que otra luz que se atravesaba por las ventanas que tenían maderas. Sentí un dolor en mis muñecas y vi que tenía las manos atadas por detrás de mi espalda y mis pies estaban amarrados a la silla en la que estaba. Mi ropa estaba ligeramente manchada y mi cabeza estaba por estallar. Pero eso no me importaba, ¿Dónde estaba mi pequeña? 

—NO, no, no, ¡KARLA! ¡KARLA!

No sabía dónde estaba mi pequeña, seguramente tenía tanto miedo como yo, no sabía dónde estaba y mi mente se fue automáticamente a  Lauren. Mi mujer, ¿la tendrían en este lugar también? Dios, esperaba que no.

—Hasta que despiertas, Cabello —giré mi vista al escuchar esa voz, no reconocía de quién era y se acercó más a mí, tenía el cabello azul y sus ojos estaban cubiertos por una capucha que llevaba. 

— ¿Quién mierda eres? ¿Dónde está mi hija? —mi tono de voz casi no salía pero tenía que ser fuerte por mi princesa. 

— ¿Por qué tan grosera, Camz? —se quitó su chaqueta y reveló su mirada. 

—No te atrevas a llamarme así, y dime quien mierda e...—era ella, claro que era ella —Natalia —dije casi en un susurro, hija de puta. 

—Hola Camilita, veo que aún me recuerdas. ¿Cómo está mi  Lauren? ¿Todo bien con mi mujer? 

— MI mujer querrás decir, ¿Qué quieres? ¿Dónde está mi niña?

—Si te digo donde está tu hija esto no tendría sentido ni habría valido la pena, querida.

—Dime cuánto dinero quieres, te lo daré no me importa sólo déjame en paz y a mi niña.

—El dinero es algo que no me interesa, tengo demasiado tanto que puedo pagar un tratamiento para tener un hijo así como tú pero con la mujer que quiero —la miré fijamente al no entender lo que quería—Obviamente contigo no, pero sí con la mujer que me robaste, Lauren.

—Yo no te robé nada, Lauren y yo nos hemos amado desde hace mucho tiempo.

—Lauren estaba mejor cuando tú no estabas, aún recuerdo cuando la besé en el bar, sus gruesos labios y su sabor tan delicioso, fue tan bueno —la miré furiosa y traté de desamarrarme pero era imposible. 

—Eres una hija de puta, tú planeaste todo y nos separaste.

—Claro que yo lo planee todo, ella siempre fue para mí y tú te interpusiste entre nosotras.

—Lauren y tú nunca tuvieron nada, ella siempre me amó y me ama a mí —Natalia se acercó a mí pegando su rostro al mío y me golpeó fuertemente la mejilla  derecha haciéndome gemir de dolor. 

—Te interpusiste, eres una mierda al punto de tener una hija con ella, una niña que pudo ser mía.

— ¿Cómo me iba a interponer en algo que nunca existió?

—No tienes idea de lo mucho que te odio, tú arruinaste mi vida.

—Mira Natalia, ahora soy tan feliz con Lauren que el sentimiento de odio es algo que no me pasa por la cabeza pero ahora siento que es mutuo, ya déjame en paz de una maldita vez, ¿Qué mierda quieres?

—Es hora de que aprendas que nadie se mete con lo que es mío —la vi alejarse y tomar algo que estaba en una mesa aunque no veía que era lo que tomaba y luego se acercaba a mí con algo en sus  manos  —Empieza tu tortura, Camilita.

LAUREN POV.

Revisé mi teléfono por séptima vez y  Camila no me había respondido ningún mensaje, ya esta era la novena llamada que le hacía y nada. Después de la sesión me vine directamente a mi departamento para ver si las encontraba ahí pero el auto de Camila no estaba. Subí rápido y no estaban, así que supuse que estaban en su departamento. No me quise preocupar e inmediatamente tomé una botella de agua y me salí de nuevo hasta su departamento.

Lauren: Camz, estoy en el departamento ¿Dónde están, nena? No respondes mis llamadas, mi amor ¿todo está bien? ¿Pasó algo con Karla? ¿Con tu madre? habla conmigo mi amor, te amo y escríbeme apenas leas esto.

Te amo, preciosa.

Iba conduciendo demasiado rápido pues las calles estaban desiertas, llegué al departamento y apenas entré al estacionamiento pero tampoco estaba su auto, mierda esto era demasiado raro. Mi teléfono sonó pensé que era Camila pero no no era ella. 

—Diga.

—Señorita Jauregui, habla Harry Styles del departamento de seguridad privada que contrató.

—Oh sí, quedé en enviarles un cheque por la suspensión de sus servicios y...—me interrumpió.

—Si señorita pero pasó algo.

—¿Qué pasa, Harry? —mi corazón latía más rápido y mis manos sudaban.

—Encontramos el auto de la señorita Cabello...

— ¿QUÉ? ¿Cómo está ella? ¿Mi hija? ¿Dónde están?

—No encontramos a  nadie dentro del auto, señorita.

— ¿Harry que está pasando?

—Necesito que venga con nosotros, tenemos un video de la cámara de seguridad del auto pero queremos que nos ayude a ver si reconoce a alguien, creemos que...

—Joder Harry dime de una puta vez.

—Creemos que se trata de un secuestro.