El joven camina hacia la luz y obviando el aspecto serio, reservado y casi contemplativo de sus acompañantes, les dice: – ¡Que sorpresa!, más pilares... ¡Ah!, no, espera... estos alumbran.
– Una cosa es ser ignorante, otra diferente es vanagloriarse de ello. – Señala Elena girando la cabeza con desprecio y sacudiendo su cabello en el proceso.
– Acércate y juzga después de hacerlo... –Le ordena Katrin. Ella obedece su propia instrucción, y acto seguido deposita una mano con firmeza sobre uno de los pilares que, aminora su brillo en respuesta.
Michael camina teniendo cuidado de no resbalar. El viento se hace más intenso a medida que se acerca al pilar. <<Eso explica la falta de niebla alrededor de los pilares, pero no explica el motivo de la luz dorada que emiten>>.
Una vez de pie al lado de Katrin, se sorprende por un hecho que no pudo notar con anterioridad: en el pilar, reposan cientos de nombres que no paran de moverse. Lo hacen libremente, sin obedecer un patrón o regla fija.
El tamaño de dichos nombres varía; y la caligrafía se diferencia con ahínco. Todos parecen únicos pero a su vez similares; como si el tono dorado que emiten los hiciera parte de un conjunto inseparable.
– ¿Pero qué mierda está pasando con estos pilares? ¿Cómo es posible que estos nombres se muevan y alumbren? –interroga luego de dar un paso atrás.
–No temas, Michael. –Responde Katrin–. Hay un montón de cosas únicas en Suromgril.
– La razón de que brillen, y de que su contenido se mueva es por la magia. El Gran Maestre Fred, luego de muchos años de estudio, encontró la manera de vincular la energía de vida de todas las personas que se encuentren en la academia o en las cuatro montañas circundantes, con la energía del mundo. –Revela Elena autocomplacida al hallar la expresión de sorpresa de Michael.
Éste sigue pasmado observando los pilares. Las ganas de fastidiar a las hermanas con el aspecto de su amada academia ya no habitan en su ser. – ¡En el nombre de Otis!, ¿Cómo pudo hacer algo así?
– No tengo idea. –Confiesa la chica con una sonrisa santurrona–. Para ser honesta, me lo ha tratado de explicar un buen número de veces, pero nunca he conseguido entenderle.
Katrin aparta la mano del pilar con una pizca de bribonería, ocasionando que el brillo que había disminuido aumente. Michael se encandila y aparta la mirada con rapidez.
– Todas las personas, incluyendo aquellas que no pueden conectarse con la energía natural, emiten energía de vida. –Le explica sujetándolo por el brazo–. El Gran Maestre Fred se percató de eso y utilizando un material único de esta cordillera como catalizador, logró vincular ambas energías.
– ¿Y él Gran Maestre también es adivino o cómo sabe los nombres de todas estas personas? –Cuestiona el joven dejándose halar por Katrin. La piel de sus manos es suave; y el calor que emiten lo reconforta.
Elena expone una carcajada que se entrecorta por la intensidad del viento mientras que Katrin lo sujeta con más fuerza.
– El Gran Maestre podrá ser muchas cosas –responde la chica cerca de su oído para evitar que el viento la interrumpa–; pero adivino, no.
>> Esa respuesta la vas a experimentar de primera mano cuando hagas el registro. Así que de momento, olvídala. –Reanuda atravesando con firmeza la línea imaginaria que trazan los pilares.
El joven intenta no sorprenderse sin tener éxito alguno, cuando nota como el vendaval que surgió de la nada desaparece. Todavía le duelen los ojos y le cuesta enfocarse, pero tampoco nota que haya niebla a su alrededor. << ¿Sí el viento se detuvo, que aparta a la niebla?>> Se pregunta frotándose los ojos con vehemencia en un intento por normalizar su visión.
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Sangre de Dios: El Imperio. (Sin editar)
FantasyAcompaña a Maximo y Michael en su oscuro e incierto recorrido; en dónde tendrán que sortear situaciones en las cuales nunca pensaron estar, combatiendo contra lo que parece ser un destino plagado de muerte y destrucción. ¿La verdad sobre sus orígene...