ALÉJATE © [Corrigiendo]

Capítulo 29

Dmitry.

Me encanta la calidez que me ofrece su interior, la respiración suave y los leves gemidos que emite al moverse.

Las líneas rojas y delgadas se marcan con nitidez en piel blanca, el contraste perfecto entre la sangre acumulada que hay en los azotes.

Mi sadismo tiene dos facetas; la sexual y la psicópata. La psicópata me ofrece una excitación más allá de lo sexual, diferenciando el éxtasis, llevándome a un lugar de placer absoluto, ese que siento cuando la vida de mis enemigos, de los peones que usan están en mis manos, sintiéndolas como una frágil rama que puedo romper en un simple apretón. Cuando pienso en matar incluso huelo la sangre, escucho los sonidos de ella bullendo de los cuerpos, de las súplicas, del llanto, incluso estoy tan acostumbrado que puedo escuchar la carne al abrirse. Algo espectacular. Mi primer asesinato a los diez años en el orfanato, solo era un niño dolido, que quería defenderse y no permitir que a sus compañeros les pasará lo mismo, sin embargo, mamá acababa de morir hacía un mes, más bien la asesinaron y yo tuve que sobrevivir como pude cayendo en manos de personas iguales a las que salí. Cuando oí como se quejaba, como lloraba, como su vida se fue acabando y cuando entré en razón de que yo fui el causante, no me sentí mal, tampoco vomité y mucho menos sentí remordimiento, solo quise seguir haciéndolo y acabar con todos los que me dañaron. He arrebatado tantas vidas que ni una cifra aproximada tengo. La vida no significa nada para mí.

En cuanto a lo sexual, es algo que encuentro necesario, nunca he podido ver el sexo normal, verlo como algo tradicional me aburre, tengo que impartir algún dolor, alguna práctica, algo que me ayude a aumentar mi lívido, quizás sea por los traumas que tengo, maldita sea, que la vida se ensañó que me persiguieran puros pedófilos. Yo era un niño hermoso y hay personas en el mundo que solo desean satisfacer sus más bajos instintos, no importando edad, condición o sexo.

No obstante todas mis prácticas y que durante años solo he tenido sexo con personas para llenar el vacío, para satisfacer unas de mis necesidades básicas, aunque luego de un orgasmo el vacío siempre era el mismo o más grande, tanto incluso que en la misma noche no podía follarme a la misma mujer y entonces llega Brianna Millers y no tengo suficiente de ella, quiero más, quiero todo lo que me pueda dar, ella es única, ella es fuerte, ella es testadura, ruda. Tenerla es un reto, confieso que al principio solo quería probar y pensé que se me iría el estúpido capricho, pero no, aquí la tengo, sometiéndola a mis deseos, retándola para saber si aguanta, pero es tan fuerte y orgullosa que no se atreve a decir una sola palabra de seguridad, ella lo soporta todo y parece disfrutarlo. Olvidé que es muy parecida a mí y es algo que es bueno, pero es demasiado malo, todo grita Aléjate, sin embargo ambos seguimos, estamos marcando nosotros mismos nuestros destinos y quizás traiga muchas consecuencias como puede que no o sí.

Aparto su abundante cabello castaño y quito el collar de su cuello, liberándola y dejándole al descubierto de dicha cadena y masajeo su cuello. Me levanto con ella cuesta de mí y me dirijo con ella desnuda por el pasillo hasta llegar a su habitación. No pronunció palabra alguna cuando lleno la bañera y la ingreso en ella. Tomo una toalla y la envuelvo alrededor de mi cintura para salir de la habitación. Cierro la habitación del pánico y me dirijo a la mía, busco en el necear de medicamentos lo que necesita, se le quitará en pocas horas las marcas.

Voy con ella y la encuentro entre la espuma limpiando su cuerpo. Me inclino para ayudarla y cuando está limpia la saco y la deposito en la cama para secarla.

—Date la vuelta —pido y se pone de espalda. Esparzo la crema por su espalda y trasero, tomo la pastilla para girarla de costado y dársela a beber —. Mañana ya no tendrás estás marcas. Buenas noches Millers.

Doy grandes zancadas cuando veo su ceño fruncido para salir de inmediatamente de aquella habitación.

La noche anterior me quedé y amanecí con ella, pero no lo haré de nuevo, no puedo hacerlo, está en contra de mis reglas, por más que ella sea una reina de hielo, es una mujer y puede llegar a confundir las cosas, yo tengo muchos objetivos y muchas cosas que hacer, pero entre ellas no está una estabilidad de relación. Jamás he tenido una y la mujer con la que duré más tiempo terminó muerta. No por mis manos.