Capítulo 65

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Sergei

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Sergei.

Reacciono apenas se oscila al frente, sobre mí, a tiempo logro levantarme, así evitar que su cuerpo se doble lastimando a la bebé.

— ¡Brianna!

Con leves golpes intento que vuelva, no funciona, sigue desmayada, la sangre junto a un líquido me alarma.

No tengo tiempo que perder.

No puedo quedarme aquí.

La levanto en mis brazos para salir lo más pronto posible del despacho.

A esta altura las lágrimas no se detienen, algo se fracturó, algo que no puede ser remediado.

Dmitry.

Él no me perdonaría si en un momento como este me pongo a lamentarme, me encargó a su familia que siento como mía, es mi responsabilidad velar por su bienestar.

— ¡Oh por Dios! ¡Brianna! —no sé quien chilla, tampoco quien llama su nombre en contadas ocasiones.

Atiendo únicamente a salir del recinto de la casa.

— ¡¿Qué le pasa a mi hija?!

Sigo ignorando a todos.

Me duele el pecho sin igual, no puedo respirar, como único obtengo aire es inhalando por la boca.

Una vez salgo, abren la primera puerta de algún vehículo para nosotros.

—Michaelle —hablo con dificultad —. La maleta de ambas... A la clínica.

Espero haya entendido, no soy capaz de decir algo más.

No reparo en lo que dije, me sentiré el ser humano más deplorable, miserable en esta vida si a alguna de las dos les llega a pasar algo, debí pensar con calma antes de darle esa noticia... Me niego a decirlo, pensarlo, creerlo.

El vehículo arranca a una gran velocidad.

Sigue desmayada, pálida recostada aun entre mis brazos, ese líquido que moja su ropa no se detiene, así como la sangre.

Rayos.

Me espanta esta situación.

Afortunadamente todo ha estado listo desde hace meses, una clínica privada donde trabaja la médica que la atiende, es un largo eminente.

Divago entre mis pensamientos a medida que circulamos por la ciudad.

Es imposible que Dmitry haya muerto así, no puedo asimilarlo.

Ese patán es muy astuto, inteligente, eficaz, una puta bomba no pudo acabar con su vida.

A pesar de que todos los pronósticos que me dijeron esa casa quedó en ruinas, yo guardo eso que llaman esperanza, si no vuelve me sentiré tan solo como en esos dos años en aquel maldito orfanato.

ALÉJATE © [Corrigiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora