Capítulo 34

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Brianna.

Pateo una botella de vidrio que tiene la puta desgracia de cruzarse en mi camino, choca con una piedra y se cuartea en pedazos, así quiero yo romperle el alma a ese creído de Petrov.

No entiendo porque mierda me afecta su actitud agria.

La verdad no debería de afectarme, entre él y yo no hay nada más que sexo, negocios en común, un objetivo. Yo quiero ser una mujer más empoderada de lo que soy, quiero esos territorios para honrar la memoria de mi abuelo. No lo conocí pero según Sophia y el mismo Oliver, era un gran hombre. Él dejó cartas para mí, las conservo.

Petrov está más tenso que un palo, apuesto una teta que tiene que ver con su pasado, aún así yo no tengo la culpa de la mierda que arrastra.

Me largué de ahí sin mirar atrás, tampoco me importó dejar a Marie con desconocidos, ellos no le harán nada. No me importa si estoy siendo egoísta. Al rato nada me importa.

Me siento en un parque como alma en pena.

Estoy malditamente afectada aunque trato de no demostrarlo. Dmitry me puede, me puede en una forma que no logro explicar. Me siento amenazada por ello.

Si estoy así es quizás por mi culpa, llego a pensar que no debí aceptar el maldito contrato, no se hubiese metido entre mis piernas, trato de convencerme a misma de que es así, mi subconsciente me dice que de todas formad pasaría.

El detonante fue nada más y nada menos que el beso de la cocina, luego siguieron otros, ahora yo caliento su cama o el calienta la mía, me voy por la segunda, soy demasiada orgullosa como para admitir que es al revés.

La herida en mi hombro molesta, pero la rabia y las emociones aplacan su dolor.

Estoy pensando mil formas de bloquear cada emoción en cada poro de mi piel. Me estoy planteando la idea de solo ser un cuerpo que busca placer, que siente. Ojalá lo logre.

Mi error fue dejar que un hombre como él; enigmático, fuerte, un hombre decidido, que solo busca su beneficio, que sabe jugar sus cartas y aunque yo sepa jugar las mías, dejé que tomara ases y reyes de mi baraja, mi error fue dejar que él fuera el primero en varias cosas. Todos aquellos que intentaron besarme siquiera, lo pagaron mal.

Mi vida es una mierda desde que me violaron, soy una mujer fuerte, forjada por todos los pedazos rotos dentro de mí ser, aún me niegue a decirlo en voz alta, debo admitir que él, Dmitry Petrov ha reconstruido solo unos cuantos pedazos. Admito que tengo miedo que siga haciéndolo, prefiero estar rota para siempre que ha que lo haga, si me reconstruye mi fuerza como mujer y mi estabilidad está amenazada con depender de él y si eso sucede, le estaría otorgando el poder para destruirme cuando quiera.

No, no y no, yo soy Brianna Millers, la mujer que salió y subió del infierno, no puedo reducirme a eso nada más. Seremos sexo, nada más, no puedo negarme a ese placer y la forma en la que veo las estrellas y casi las puedo tocar y luego cuando termine el acuerdo, buscaré alguien más y así.

No puedo tener una familia como soñé. Soy estéril.

Observo mi blusa blanca manchada de sangre, la bonita chaqueta roja debe tener un agujero, todo es caro. No me importa, no sale de mi bolsillo. Aprovecharé todo lo que me dé, seré una perra sin compasión, usaré cada joya nueva en mi joyero, las caras ropas, experimentaré todo lo que hay en de contrato, mataré, seguiré su entrenamiento y cuando me empodere de mis territorios, entonces solo quedará entre él y yo, gratitud, nada más que eso y negocios, también es posible que una que otra vez nos acostemos.

Paro un taxi con mi brazo bueno. El tipo viejo ignora la sangre en mi vestimenta.

-Llévame al bar de la avenida.

ALÉJATE © [Corrigiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora