ALÉJATE © [Corrigiendo]

Capítulo 24

Brianna.

Esto tan paralizada que soy incapaz de siquiera respirar con normalidad, cada respiro me sale con dificultad. No muevo un centímetro de mi cuerpo. Siento un gran dolor en mi pecho y una opresión que me carcome.

Es cuando me doy cuenta que no debí de seguir insistiendo, sin embargo, fue bueno porque ahora sé de qué va tanto odio y dolor, por qué no menciona al bastardo que lo engendró.

Es cierto que me he sentido traicionada cuando escuche de los propios labios asquerosos de Nikolai que él es el padre de Dmitry, sentí que me usaba, aunque no es nada más lejos de la realidad, él me está usando y yo a él, ambos nos usamos mutuamente.

Él quiere venganza y yo también, es solo que aspiro a más, quiero poder y Petrov también tiene beneficios con dicho acuerdo, además de que si yo subo y tomo el control de todo lo que por derecho me pertenece, al ser esta especie de relación que ahora tenemos, amo y sumisa, él sale beneficio, no tendría roce conmigo.

Sus ojos azules están tan rotos y vacíos, no hay nada en ellos, no hay nada que dar, que demostrar, nada más que dolor, me lo deja ver, sin embargo no derrama ni una lágrima, es tan fuerte y duro como un roble que ni en los peores momentos se va a doblegar, la herida en su hombro no duele tanto como le duele su madre, los recuerdos que ha tenido.

Me siento culpable por hacerlo recordar.

Vacilante me acerco a su enorme cuerpo y figura, soy tan delgada que en ocasiones siento que él me aplasta si estuviese sobre mí, solo con su altura y tamaña lo siento.

No quita su mirada a medida de que avanzo hacia él, mis pasos son tan torpes que hasta me tropiezo con mis propios pies, logró mantener el equilibrio.

Me quedo justo cuando no puedo caminar más, dado que estoy tan pegada a su cuerpo que siento su calor corporal.

Está mirando cada movimiento que doy, atento a cuál será mi siguiente acción.

Levanto mis delgadas manos hasta su cuadrado y fuerte rostro.

Las yemas de mis dedos recorren cada línea de expresión con ternura lo que veo yo, suavidad, lo hago con calma tomándome mi tiempo para disfrutar cada parte de él, me aprovecho del momento porque sé que pocas veces voy a lograr tener este contacto que este momento estoy teniendo.

Mis manos bajan por sus fuertes hombros en una caricia suave, cuido de no tocar su hombro lastimado en ningún instante, pero si mis manos están cercas.

Lo siento sostener mis manos de manera débil. Me zafo y busco de nuevo tocarlo.

—No me gusta —se niega contundente, pero yo quiero hacerlo y lo haré.

—Hay muchas cosas que no nos gusta y debemos aceptarlas.

Me pongo en puntitas para alcanzar sus labios y sostengo su nuca para hacer que se incline a los míos sin dejarle opción.

Presiono mi boca con la suya para darle un suave beso.

Aprovecho que no me rechaza para envolver sus brazos alrededor de mi cintura, pero él es él y sus manos van más allá de mi cintura, más allá de todo, sostiene mi trasero con fuerza y muerdo su labio cuando lo hace.

Despego mi boca de la suya y entonces envuelvo alrededor de su cuerpo mis brazos y abrazo sin darle tiempo al rechazo.

—No hagas esto Millers, ahora solo necesito estar solo —habla tan profundamente en mi oído que me hace temblar.

—Lamentablemente para ti ya no estás solo —lo estoy tratando con confianza, la misma que él me brindó en el momento que le confesé lo que me pasó —. Estoy aquí Petrov, te guste o no, aunque creo que no te desagrada que lo esté.