Capítulo 47

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Brianna.

Dmitry lo quiere.

He escuchado creo que parte de lo que le ha dicho a nuestro bebé.

Sé que es de mala educación andar tras las puertas escuchando conversaciones ajenas, pero no lo pude evitar.

Venía a ver si Mikhail ya había despertado para darle de comer y me topo con esta sorpresa.

No quiero interrumpir su momento privado e íntimo con nuestro hijo, ignoro que es esa parte que aún no se atreve a decir, sé que es algo doloroso.

Escucho los ruidos de Mikhail, parece a gusto con él. Me quedo tranquila en mi lugar, esperando el tiempo suficiente para ingresar, no quiero que sepa que escuché, es algo de ellos, lo primero que comparten, no tengo derecho a romper su burbuja.

Mikhail tiene un padre que desde ya lo protege, que quiere lo mejor para él, estoy más que feliz por la familia que estoy formando con él. Siento paz de que sea el hombre elegido para ella, no creo poder sentirme tan a gusto con otro masculino, tenemos gustos iguales, así como oposiciones, el claro ejemplo es que Dmitry es ordenado y yo soy un desastre en todo el sentido de la palabra, podré cocinar muy bueno, pero no me gusta hacer oficios.

Cuando ya es suficiente ingreso a la habitación con un mameluco, babero y paño en mano junto al biberón.

Sus ojos azules inmediatamente se centran en mí, veo cambiar su expresión al instante.

—Te he descubierto infraganti —trato de relajar el ambiente.

Se alza con la intención de entregarme a Mikhail, niego inmediatamente.

—Solo lo cargue porque lloraba.

Vaya mentiroso.

Quiere al bebé, solo no quiere que vean al hombre antipático, gaélico, ser derretido por un pequeño del como Mikhail.

—No puedo cargarlo, mi ropa está llena de detergentes, te toca alimentarlo, cambiar su pañal y la ropa.

La cara de horror que se plasma a continuación en su bello rostro es tan digna de ser capturada, lástima que mi móvil no lo tengo a mano.

—De ninguna manera —vuelve a tenderme al bebé, Mikhail está muy ocupado y entretenido llenando el cabello de Dmitry de baba con su pequeña mano húmeda —. Yo no tengo idea de cómo hacer nada de eso. Eres la madre.

Si le pego es violencia intrafamiliar creo, Mikhail no debe ver eso.

—Deja de ser machista —gruño —. Eres el padre, no todo es para mí. Mientras yo me baño, tu lo cambias, la cena está ya hecha.

—No es machismo —entrecierra los ojos —. No sé hacer eso y punto.

Mis ojos los pongo en blanco no sé porque vez este día.

—Es más difícil meterse bajo una lluvia de balas que hacer esto. Lo primero lo haces muy bien.

Dejo todo sobre la cama, me escabullo al baño. Masculla algo en un idioma que ni idea que sabía hablar.

Hago de cuenta que cierro la puerta cuando no es verdad, estoy escuchando sus movimientos. Mi nueva mala costumbre.

—Campeón, veré como hago esto, me haces saber si lo hago mal, ¿Está bien? —esto será divertido. Saco mi cabeza, el primer paso es el más fácil y lo hace muy bien, trata a nuestro hijo con toda la delicadeza que puede, lo trata como porcelana, una vez que le ha quitado la ropa, mira el empaque del pañal, lee una y otra vez las instrucciones, cuando le quita el pañal sucio, limpia la pequeña nalga de Mikhail, busca la crema de pañal.

ALÉJATE © [Corrigiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora