Epílogo

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Brianna.

Dmitry se ha quedado en casa con los bebé mientras yo salgo a hacer unos pendientes, resolviendo primero que todo si puedo terminar el semestre de la especialidad online, lo que se me dificultad un poco debido a la ausencia, cosa que con trabajo y unas cuantas pláticas logro.

Saliendo de la universidad paso al centro comercial a por unas cosas, los hombres de Dmitry se mantienen a una distancia prudencial de mí, pero siempre atentos a los pasos que yo pueda dar, vigilando que nada ni nadie sospechoso esté cerca.

Suspiro resignada y agradecida, Dmitry está vivo, disfrutando de su familia, las niñas avanzan en sus clases a gran velocidad, puedo decir que tienen la misma inteligencia que su hermano, Lara cada día tiene una anécdota nueva que contar.

Entre las cosas que elijo para llevarle a Ninet, busco también para las chicas.

Me siento como su madre de verdad, estas cosas de comprar lazos de niñas, cochecitos para Mikhail, ropa para él tanto como para las consentidas de casa m emociona.

Tengo una familia lo que siempre he querido toda mi vida se hizo realidad.

Elijo un hermoso vestido rosa bordado a mano los detalles de flores, junto a un trajecito de tres piezas, parecerá un hombrecito.

Paso a caja de inmediato, tengo poco tiempo para volver a casa, Sophia ha pedido que hablemos los cuatro, he aceptado.

Fuera con las bolsas subo a mi hermoso coche que aún sigue intacto después de tantas desgracias, tantas carreras y bombardeos.

En mis planes incluyo poco tiempo alejada de los niños, bajo la supervisión de mamá prefiero tenerlos, aunque con Dmitry es más que suficiente para tener cinco pares de ojos sobre ellos.

El hombre de acero aprendió incluso a cambiar pañales.

El psiquiatra donde está internada Ninet es cerca del centro, sólo me toma diez minutos en llegar.

El proceso es muy minucioso a la hora de ingresar, revisan los empaques, te registran en un sistema, piden tu identificación.

Espero a Ninet tiempo después en una mesa del gran patio, aquí no hay ruido, leves murmullos de las personas que dialogan.

Ella me busca en cuanto sale, su cabello está muy bonito, trenzado, su piel tiene color, se nota visiblemente relajada ante todos los panoramas.

— ¡Ninet! —alzo el brazo para que me identifique.

Una vez lo hace mueve sus pies a velocidad, está ataviada en una de esas ropas cómodas que compro para ella.

—Brianna —murmura estando a mi lado, nerviosa no hay que hacer, tomamos asiento, una frente a la otra —. Pensé que era Dmitry.

Esto costó lograrlo.

—Casi lo amarro para que me cediera su turno y él se quedará con los bebés.

Me doy cuenta de mi error demasiado tarde. Soy insensible, no puedo solo estarle mencionado la situación sin reparar que hablar de bebés para Ninet es casi un tema prohibido.

—Lo siento, de verdad discúlpame...—ella me detiene con una calidad sonrisa.

Se pierde en el cielo que hoy está mucho más claro, mechones de su cabello rubio moviéndose con el viento, aspira muy profundo.

—Estoy aprendiendo a vivir con ello —sonríe —. Cuesta, no te lo voy a negra, hay una parte de mí que murió con él...

Sus ojos de colores cristalizados por la tristeza.

ALÉJATE © [Corrigiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora