Capítulo 59

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Dmitry.

3:15 de la madrugada, justo cuando Mikhail termina de succionar la última gota de leche.

Una vez termina exige que saque el biberón de su boca.

No me he es un trabajo cuidar de él, por el contrario, me relaja bastante, un bebé es capaz de aplacar los demonios más grandes que existen dentro de nosotros.

Supuestamente estaba durmiendo, pero es algo que no puedo hacer, mi memoria me traslada una y otra vez, repetida en una secuencia hacia el rostro de mi hermana Ninet.

Mamá y ella son como dos gotas de agua, tiene su mismo cabello rubio, la mirada apagada, la quijada tensa, debe ser una mujer dura.

Nadie puede culparla por ello, yo pude escapar, sin embargo ella, mi hermana ha vivido las mismas llamas del infierno.

Mi pequeño castaño lleva su pulgar a la boca, succiona, busca a su madre y se queda fijo, quieto mirándola dormir.

—Mamá necesita mucho descanso campeón —eructa justo sobre mi nariz —. Bonita respuesta hijo.

Mueve sus pequeños pies con energía, al parecer no tiene intenciones de dormir de una vez.

Me siento donde da un poco de la luz nocturna.

He estado trazando un plan, una idea poderosa, no quiero saber de algo similar, necesito que sea innovador y no me permita tener bajas de mi lado.

El proceso puede tardar mucho tiempo, yo lo necesito para uno récord.

No puedo sentarme a pensar nada más, comer, vivir una vida que supuestamente es normal cuando tengo una hermana encerrada a kilómetros de distancia, usada por no se sabe cuántos malditos malnacidos.

Nikolai está ahí fuera, el perro de Vladimir debió seguirle los pasos.

Pude hablar con Amanda, me dio la poca información que tenía, aún al ser tan poca es valiosa. Por lo tanto no puedo solo estancarme en las pocas posibilidades.

Si quieres algo, ve por él y no mires obstáculo.

Yo no voy a lamentarme.

Arrullo al pequeño travieso que ahora talla sus ojos con su pequeño puño.

Haré lo que sea para seguir vivo, tengo una familia que sola no puede quedarse, no quiero perderme la oportunidad de ver los primeros pasos de Mikhail y la niña que llegará, Brianna no puede quedarse sola con cinco niños, Sergei no puede estar atado a solo cuidar de mi familia, a diferencia de mí, él es más optimista y no me sorprende que un día entre por esa puerta del brazo con Marie diciendo que se han casado.

Quiero vivir, siento por primera vez en mi vida la imperiosa necesidad de quedarme en este mundo, ya no estoy solo, ya mi vida no es una vacía, ahora tiene sentido.

No obstante yo no soy el dueño del destino, si el mío es morir, lo tomaré, si hay algo a lo que no se le puede temer es a la misma muerte, lo único seguro en esta vida es ella.

Me quedo viendo entre los árboles que no emiten ruidos, tampoco movimiento.

Brianna duerme plácidamente en la cama, las pastillas le han dado mucho sueño, Mikhail se ha quedado dormido de nuevo, hay sólo silencio en la casa, no se escucha las conversaciones de los guardias, nada.

Dejo al pequeño en su cuna.

Echo un vistazo para salir rumbo a la sala.

Un trago no me vendría nada mal, me late el pulso por matar, y recuerdo, hay un sujeto esperando ser torturado por mí.

ALÉJATE © [Corrigiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora