Capítulo 60

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Brianna.

Los días son un poco estresantes para mí, no puedo moverme de la cama o como mucho estar recostada en un sillón, obvio no por mi solaz soy ayudada para todo por Dmitry y cuando digo para todo incluye bañarme.

Hablando de Dmitry, anda extraño, tengo el presentimiento de que algo mine esconde, Sergei de alcahueta, son uña y mugre, viene a saber como estoy, al preguntar me evade todo, cambia de tema con algún chiste, que por más gracioso que sea, no me divierto, le dejo ver mi molestia.

Mi pequeño príncipe Mikhail crece rápido, me sorprende a la velocidad que lo hace, poco puedo hacer por nada, más que tenerlo a mi lado y llenarlo de besos, de amor, el resto se encarga el propio Dmitry y una de las empleadas bajo mi supervisión, puedo parecer indefensa, estoy delicada si es cierto, de todos formas que lo vean no dejo de ser peligrosa, no estoy desarmada, bajo mi almohada descansa esa pequeña arma que Dmitry me regaló.

Ahora la tengo más a la mano que nunca, no está en casa por las madrugadas, despierto a mitad de la noche o está sentado con Mikhail en brazos, tomando en el balcón, perdido en el cielo que se extiende sobre nuestras cabezas, otras veces escucho ruidos en la planta inferior de la casa, está ocupado las veinte y cuatro horas del día.

Las ojeras bajos sus ojos han aparecido por no dormir prácticamente nada y aunque sé que lo que menos ha hecho en su vida es dormir más de cuatro horas, ahora si ese menos o nada.

Mi abuelo ha ido retomando su masa corporal e ignorado las llamadas de Sophia, Henry e incluso Oliver. Mi abuelo Michaelle ha visto las cosas extrañas, ellos no han venido a verme, ellos desconocen que él está vivo y aún no haya preguntado, sé que no tardará en hacerlo.

Las niñas se han adaptado mejor al ambiente, son solo un poco más sueltas, estudian online, aprendiendo todo lo que pueden, la tecnología les ha servido de mucho, son imperativas, quieren saber de todo lo que descubren, la evolución de Lara es asombrosa, una niña inteligente, que pese a estar en una etapa pre adolescente, vive esa vida, esa etapa que todo niño debe vivir, muñecas, juguetes de cocina, viste cosas de las princesas que ve en tableta o computadora, Dmitry les ha dado todo lo que necesitan o lo que desean, por mi parte cumplo mi papel de madre, vienen a verme, las ayudo con las tareas, ayudo con las elecciones de sus ropas y a la vez les explico los términos de etiqueta y el protocolo.

Mikhail suele estar jugando con Lara aún siendo pequeño, si es muy travieso y le gusta tirar del cabello de su tía que también es su hermana, es un pequeño que llena esta casa de alegría al igual que mi angelito que crece y crece dentro de mí.

No es un embarazo fácil, suelo tener contracciones en días seguidos, en otros solo quiero dormir el día entero, vomito todo lo que como y no soporto los perfumes, en especial ese que Dmitry se echa cada día, se lo he prohibido, no quiero que mis tripas están revueltas.

Me pica mucho el estomago, cada día mi cuerpo cambia y mis caderas están más anchas, los senos más grandes, estoy engordando y mi cabello más largo, siento los labios más gruesos, las hormonas me juegan bonito y feo, suelo pensar que en algún momento Dmitry estará o está en sus salidas con alguna amante.

No podemos tener una vida sexual hasta que nazca nuestro milagro, es normal y por más que el trate de ocultarlo, tiene deseos, necesidades que yo no le puedo satisfacer y me aterra, me aterra pensar que va a la cama con otra, soy capaz de matar a quién se le acerque o él tenga la osadía de acercarse.

—Misha, deja eso pequeño —mi pequeño hermoso hace un bonito mohín.

De momento lanza el juguete a alguna parte enojado.

Si Dmitry no estuviera seguro que es hijo biológico de una escoria que aún tienen encerrado en la caseta de afuera, a veces llega lleno de sangre, juraría que es su hijo, hace las mismas rabietas.

ALÉJATE © [Corrigiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora