¿Que eres?

Bebé

Valeria

_Marck!!!!!, Marck!! _ Buscaba a Marck desesperada por todo el reino.

_¿Que te pasa Valeria?! _ Preguntó Gloria cuando me encontró en ese estado de alteración..

_Lo siento... Lo siento en mi interior. Se que parece una locura, pero está dentro de mí _ Dije nerviosa tocándome la barriga.

Gloria me miró y entendió perfectamente de que hablaba.

_Ven, vamos a un sitio más tranquilo _ Animó.

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_¿Estás mejor? _ Dijo tendiendome una taza de té caliente.

_Si, gracias _ Dije no muy segura.

_ Entiendo que estés confundida _ Me dijo comprensiva _ Yo también sentí lo mismo en el embarazo de Mely. _ Aseguró _ Pero tienes que estar tranquila. Por tu bebé.

_¿Como voy a estarlo?... Si dos especies en guerra quieren acabar con él _ Dije con lágrimas en los ojos _ Entre ellos... Su propio padre

Ella entendió mi dolor _ Lo sé.. Yo también sentí lo mismo cuando mi propia hermana quería llevarse a Naél cuando aún era un niño ... Sentía todo el peligro que corría... _ Dijo triste.

_¿Y que hiciste? _ Pregunté esperando una respuesta que me diera luz.

_ Dejé de pensar en mí. En todos. Y solo pensé en el bien de Naél. Por eso desaparecí de su vida _ Aseguró _ Aunque tal vez no fue una buena idea _ Dijo con culpa.

_Gloria, tú no tienes la culpa de la elección que a tomado Naél. Todo lo que hiciste fue por su bien. Y conseguiste alejarlo de ellos hasta ahora. Lo hiciste bien _ Animé.

_Gracias _ Dijo sincera _ Tenemos que impedir que nadie sepa de ese bebé _ Declaró _ Tenemos que hablar con Pitter y tu padre.

Asentí.

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Vi entrar al supuesto hechizero en el reino, era robusto y de semblante siniestro.
En aquel ritual, sólo estuvimos Pitter, mi padre, Gloria y yo.

Debía saber de la existencia de mi bebé la menos gente posible, entre ellos Marck y Junior, porque son mis mejores amigos, y porque contaba con ellos a la hora de ayudarme a proteger a mi bebé.

Sólo recuerdo pequeños fragmentos del ritual...

_Tranquila, estamos contigo _ me animaba Gloria con toda la amabilidad y el cariño de una madre.

Mi padre lloraba e intenta disimular que lo hacía.

Recuerdo al hechicero recitar versos en latín.
El lugar estaba oscuro. Y la única luz que nos alumbraba era la de decenas de velas encendidas.

Se que caí al suelo, y al despertar me dijeron que todo había salido bien, que el bebé estaba a salvo y ningún vampiro, ni híbrido notaria los latidos de su corazón, ni siquiera su propio padre...

Los siguientes días fueron tranquilos, tanto Gloria como Pitter cuidaban de mí. Por no hablar de mi padre, que me trataba como si fuera una muñeca de porcelana, que me rompería en cualquier momento.

Marck y Junior también fueron muy atentos. Incluso Adam, a pesar de no saber de la existencia de mi bebé.

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Naél

_¿Como le vas a llamar? _ Escuchaba perfectamente la voz de mi madre hablando con Valeria, desde el Reyno vampiro.

Se que Valeria estaba embarazada, también que hicieron un ritual para que nadie notara que así era... Y estaba de acuerdo en ello, a pesar de sus intenciones de que ni yo mismo lo supiera... Pero pasaron por alto el detalle de que yo estaba unido a ella de por vida, y eso significaba sentir los latidos del corazón del pequeño, antes de que Valeria diera aviso a mi madre...

_Se que bueno... Ahora no es él, pero yo le sigo amando _ Hablaba Valeria de mí _ y pase lo que pase siempre será el padre de mi bebé. Así que he decidido llamarle Naél _ Declaró.

Sonreí...

Miré en el espejo mi rostro, pude ver en mis pupilas pequeños reflejos negros, del color natural de mis ojos...

El pequeño había llegado a mi corazón, sembrando una semilla de sentimientos buenos, de los cuales carecía desde que Jona me obligó a besarla ese día.

Aún así mis ojos seguían brillando por ese intenso rojo sangre. Seguía sintiendo esas ansias de guerra dentro de mí... Y una pequeña parte deseaba liberar esas ansias, pero otra en cambio, luchaba por contenerse, y volver junto a Valeria...

_Me parece muy bien _ Dijo mi madre sincera. Ajena a que yo estaba escuchando cada una de las palabras que salían de su boca. _  Sea como sea siempre será mi hijo... Además yo también puse a Melysa el nombre de mi hermana... A pesar del odio que tiene hacia mí, siempre será mi hermana _ Reconoció con nostalgia.

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_Pagarás, por lo que has hecho!!! _ Le dije mientras observaba la sorpresa y el miedo que sentía, a través de sus brillantes ojos café.

Continuará