Capítulo 20

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— Escucha con atención, las cosas van a cambiar a partir de ahora.

Me siento en la silla junto a su cama, ella solo pestañea sorprendida pero tiene la amabilidad de mantener la boca cerrada.

— Has sido descuidada con tu alimentación y tu seguridad, así que estoy haciéndome cargo de ti completamente, ¿Entendido?

— ¡Pero esto no es mi culpa! Es solo una infección en la orina que puede tratarse con medicamentos.

— Si, pero no deberías tenerla en primer lugar, así que tomarás otro suplemento alimenticio y harás ejercicio ligero con una entrenadora calificada. Beberás jugo de arándanos en tu nueva dieta, además de las frutas y verduras que obstinadamente te niegas a consumir...

—  Agh, qué pesado. — Cruza los brazos sobre su pecho. — ¿Tu también estás incluido en esos cambios?

— Si. — ¿Por qué no? Regresar a las lecciones con Bastille me servirán. — Yo también llevaré la dieta, incluso Gail y Taylor. Estarás bajo mi supervisión continua, incluso cuando hagas los jodidos exámenes para los cuales te estás preparando. Luego de eso harás una pausa para que lleves un embarazo tranquilo y...

— Un momento. — Me interrumpe. — ¿Planeas tenerme seis meses encerrada como solo una incubadora de bebés?

— Es lo que dije.

— ¡Estás loco!

— No lo estoy, es obvio que no puedes hacerte responsable de ti misma y yo tendré que hacerlo por ti.

— Pero...

Es mi turno de interrumpirla.

— Ah, si. También saldrás a las citas con Flynn, ¿Ya mencioné que estaré sobre ti todo el jodido tiempo?

Gruñe algo tan bajito que no alcanzo a escuchar completamente, pero lo que dije no está a discusión. Ya es tiempo que el Christian controlador se haga cargo antes de que esta pequeña obstinada se hiera o a mi hijo...

Flynn debería hacerla entender o lo que sea que ese charlatán haga, incluso creo qu debería ir a cita todos los días.

Tomo la Macbook que Taylor trajo esta mañana y la pongo sobre la mesita. La ventaja de que éste sea un hospital privado es que tiene todas las comodidades que puedas pagar.

— No te pongas muy cómoda. — Le advierto. — Tengo aquí las lecciones que te tocan, tus exámenes fueron reprogramados para la próxima semana. Cuatro exámenes en dos días, ¿Estás lista?

— No.

— Me alegro. Tengo muchas actividades en pausa hasta que puedas estar finalmente en casa.

Le entrego el libro y me aseguro de poner la jodida cara de Larson en la pantalla para una clase en línea. Ese jodido imbécil no vuelve a pisar mi oficina nunca más.

Reviso mi correo en el móvil mientras Ana tiene su sesión de tutorías, haciendo una nota mental de lo que necesito que sea hecho para el bebé, incluyendo adaptar la habitación de al lado para él.

— ¿Sabes primeros auxilios? — Le pregunto a Prescott cuando contesta mi llamada.

— Si, señor Grey.

— ¿Tienes experiencia con niños?

La escucho dudar, y probablemente tiene razón en hacerlo, si tuviera hijos no tendría horario disponible para trabajar para mí.

— Tendrás que tomar un curso y obtener alguna certificación sobre los primeros auxilios. Cuando mi hijo nazca serás responsable de su seguridad, con su respectivo aumento por supuesto.

Lo que me lleva a pensar que necesito a otro agente que se encargue de Ana, alguien tan confiable como Prescott y tan eficiente como Taylor. No quiero dejarlo pasar, así que llamo a Jason.

— Necesito a alguien más en seguridad cuando el bebé esté aquí y no quiero un jodido novato.

— Me encargaré, señor Grey.

Ana es dada de alta dos días después, con un listado de recomendaciones de la doctora Greene sobre su alimentación y reposo, lo que deja a sus exámenes como la única prioridad en estas dos semanas.

— ¿No tendré graduación?

— No.

— ¿Por qué no? — chilla acomodándose en la cama con los libros.

— No van a hacer una enorme ceremonia para una sola alumna. — Le recuerdo. — Te entregará el título en su oficina y después podremos ir a cenar.

— Pero quiero una fiesta, Christian.

— Bien. — Resoplo. — Tendrás una fiesta aquí, ¿A quien piensas invitar?

Cruzo los brazos sobre mi pecho mientras espero que pase su berrinche.

— Sabes que no tengo familia así que tomaré prestada a la tuya.

— No.

— Si, y creo que deberíamos invitar a Blake porque me ayudó.

— No.

— Bien, a Blake no pero si quiero a José, hace mucho que no lo veo y es mi único amigo.

— José me parece bien, pero te olvidas del jodido Larson.

— ¿Podría invitar a la chica simpática de tu oficina?

— ¿Quién? ¿Andrea? — Mis cejas se elevan por la sorpresa.

— Si, ella.

— No estoy seguro de quererte cerca de mi asistente, de hecho te recuerdo que firmaste un contrato de confidencialidad y no puedes hablar de nosotros con nadie.

— ¿Y qué se supone que le diga a José? ¿Que me embaracé por arte de magia?

— Mierda. Bien, puedes hablar de lo esencial sin entrar en detalles o lo haré a él firmar el acuerdo de confidencialidad.

Ladea la cabeza y me mira de una forma extraña, como si me analizara.

— Eres muy desconfiado. — Arruga la nariz con una mueca. — Me agradas.

— ¿Te agrado? — No puedo evitar la sonrisa. — ¿Después de este tiempo y todo lo que ha pasado, finalmente decides que te agrado?

— Si.

— Estaré en mi estudio si me necesitas.

— Antes de que lo olvide. — Me detengo para escucharla. — Si yo no puedo beber, nadie más lo hará.

Solo asiento porque no tengo cabeza para discutir con ella o pensar en trabajo ahora mismo, solo necesito espacio para relajarme y premiarme con un trago de mi costoso whisky en mi cómoda silla ejecutiva.

Ana quiere una fiesta de graduación que yo podría usar a mi favor para reinvindicarme con los Grey. Ana presentará las exámenes y el rector no la dejará reprobar si es que quiere mantenerme como benefactor, por lo que la graduación es un hecho.

Llamaré a Grace y le diré que estoy planeando una fiesta sorpresa para Ana, lo cual compensará los malentendidos y les dará la oportunidad de venir a conocer mi casa.

— Todos ganamos. — Sonrío vertiendo más whisky en mi vaso.

Oscuro (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora