Capítulo 56

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Todo esto va mal, todavía lo siento en mis huesos. Mi mente no para de darle vueltas a la escena y en cómo mierdas supo Luke que estaríamos ahí. ¿Ella le dijo? ¿Nos ha estado siguiendo?

La paranoia dispara la ansiedad en mi cuerpo.

Ted duerme tranquilamente en su cuna sobre el camisón de seda de Ana. Lo puse ahí esperando que él pueda sentir su olor y permanecer en calma.

Una jodida lástima que no funcione conmigo.

Agito el vaso de whisky en mi mano, sentado en la silla frente al balcón aún pensando en todo lo que ocurrió y en cómo las piezas no encajan. La forma en que me mira, lo asustada que se pone cuando se aleja de mi, los celos por otras mujeres... No tiene sentido si ella estuviera con Luke.

Necesito respuestas.

Saco el móvil de mi bolsillo y llamo primero a Welch, que responde al segundo timbre.

— Señor Grey.

— Explícame cómo es que el jodido Luke Sawyer se aparece en Seattle después de todo este tiempo cuando específicamente te pedí que te deshicieras de él.

— Él recibió un escarmiento, yo mismo estuve ahí cuando mis hombres lo incapacitaron y molieron a golpes. Incluso su cara...

— Lo vi. — Lo interrumpo. — ¿Quemaste su rostro?

— Si.

— Estás muy jodido, Welch. Pero aún no me dices por qué está aquí.

— No lo sé. Ya envié a alguien a San Diego, donde él estaba viviendo cuando dejó Seattle.

¿San Diego?

— Quiero saber por qué Ana se fue con él, si tenían contacto y desde hace cuánto tiempo se veían en mis narices. Tal vez esos dos solo esperaban que ella tuviera al bebé para huir juntos.

— Con todo el respeto, señor, podrían haberlo chantajeado antes de darle al niño y no lo hicieron. Creo que esto es sobre la señorita Steele.

Ana y Luke... ¿San Diego? Ella dijo que había ido a una playa cuando dejó Seattle. ¿Es una coincidencia?

— Entonces mueve tu culo viejo y dame la información que necesito. Después de todo, es tu hombre de confianza el que se llevó a mi mujer.

Mi mujer.

Cuelgo la llamada sintiendo que algo quema en mi pecho. Ella no me habría presionado a casarnos si estuviera planeando irse con ese imbécil. Pero, ¿Y si lo hizo? ¿Y si se dió cuenta que era imposible hacer esto juntos? ¿O si aún está enojada por lo de Amber?

Mierda.

De verdad necesito las putas respuestas. Dejo el vaso de whisky a un lado en mi camino a la puerta y golpeo la puerta de la habitación de invitados.

— ¿Si? — Eileen abre la puerta solo unos centímetros.

— Voy a salir, quédese con Ted y llame si necesita algo.

— Claro, señor. Ya voy por él.

Asiento y vuelvo sobre mis pies por la escalera. La habitación que comparten Taylor y Gail se ubica en la parte trasera de la cocina, un lugar independiente considerando el diseño de la casa.

— Jason. — Golpeo la puerta. Después de un par de segundos asoma la cabeza. — ¿Aún tienes la contraseña de Welch para las cámaras de la ciudad?

— Si, señor.

— Estaré en el estudio.

Lo dejo para que pueda vestirse y evito la tentación de beber más whisky. Necesito estar alerta por si Ted me necesita o si debemos rastrear a Sawyer.

Taylor entra en mi estudio vestido con un conjunto deportivo y se inclina sobre mi MacPro encendida, teclea algún código y la contraseña, entrando al sistema de cámaras de la policía.

— ¿Quiere revisar las cámaras en la calle de The Pink Door?

— Empecemos ahí. No lo mencioné antes porque creí que era mi usual paranoia a los paparazzis, pero alguien estaba siguiéndonos desde hace un tiempo. Llama al guardia de GEH para que revise las cámaras y a Welch para que lo haga con las de Escala.

— ¿Quiere reforzar la seguridad aquí?

— Si, es obvio que subestimé el peligro y confíe en que solo la presencia de Prescott bastaría, pero debemos aumentar la cantidad de hombres en el equipo de seguridad. Y ponlos a prueba, no quiero la misma maldita falla que con Sawyer.

Taylor sigue tecleando y moviéndose a través del sistema hasta que se detiene en la cámara exterior del restaurante. No es muy claro, pero retrocede un par de horas en busca del auto negro hasta que aparece en la pantalla.

— Lo tengo. — Jason sonríe.

Sawyer baja del auto y camina de un lado al otro mientras habla por teléfono. Él sabía que estaríamos ahí, el cómo lo sabré pronto. El vídeo continúa hasta que se esconde en las sombras, nuestro auto apareciendo al final de la calle.

— Ahí. — Ambos observamos cuando Ana se detiene bruscamente junto a él, aferrando a Teddy en sus brazos.

Intenta alejarse de él pero algo se lo impide.

— Podría apostar que él estaba armado. — Señala un punto extraño en el saco de Sawyer.

Jodida mierda.

— ¡Si ese imbécil se atrevió a apuntar a mi hijo, lo quiero muerto! Llama a Welch, quiero a todo el mundo buscando a Ana en este maldito instante.

Ni siquiera lo miro cuando sale de mi estudio. Fuí un idiota, creí que estaba huyendo de mi. Reviso la hora, cuatro horas de ventaja que podrían ser kilómetros para este momento.

Estúpido Grey.

Lo primero que hago es rastrear el móvil de Ana que por supuesto no aparece, Luke debió deshacerse de él cuando se fueron. Ese bastardo sabe todos los trucos de Welch.

Tomo el móvil y llamo a Barney, el tipo más inteligente que conozco y con la cabeza lo suficientemente fría como para pensar con claridad. Tal vez él pueda rastrear el auto ahora que tenemos la matrícula.

— Estaremos reforzando la seguridad aquí, señor. — Taylor regresa ya vestido con su traje negro. — Me reuniré con Welch en su oficina para seleccionar personalmente a los nuevos elementos.

— Hazlo. Y llama también a la policía, la CIA, el FBI, al ejército. Los quiero a todos buscando a Ana sin importar a quien tengamos que sobornar.

— Entendido.

— Y cuando lo encuentren. — Siento la ira quemar en mis venas. — Ese bastardo es mío.

Oscuro (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora