Sostengo a Teddy en mis brazos un rato antes de dejarlo descansar en su cuna. Después que el pediatra lo revisó, dijo que todo estaba bien con él y sus pulmones, un niño totalmente sano.
He estado a su lado desde hace 4 días que nació y hoy finalmente obtendremos el alta de él y de Ana, la pequeña necia que se niega a hablar conmigo por su estúpido orgullo.
— No tardo, hijo. Necesito hablar con tu madre y volveré, iremos a casa.
Acaricio su manita con cuidado y beso su frente, asegurándome de no lastimar su delicada piel con mi barba ligeramente crecida. Solo me aparté de su lado cuando necesité tomar una ducha.
Salgo de la habitación de Ted y giro por el pasillo a dónde Ana está con Gail, quién se encarga de llevarle a Ted cada vez que quiere comer. No pido permiso, abriendo la puerta y entrando.
— Tenemos qué hablar.
— Dije que no quería verte. — Gruñe con el ceño fruncido.
Evito poner los ojos en blanco porque justo ahora ella está mirándome, el enojo aún resplandece en sus brillantes ojos azules.
— No puedes seguir ignorándome, nena. Hoy iremos todos a casa.
— Jódete, Christian.
Aparta la vista de mi y rápidamente Gail se interpone, su expresión apenada cuando señala el pasillo.
— Dele unos días, ella aún está resentida y tiene razón para estarlo.
No necesito preguntar para saber cómo lo supo, Prescott tampoco estaba ahí y sigue mirándome con molestia cuando cree que no la veo.
— Ella no puede escapar de mi. — Gruño mi amenaza. — Tendrá que hablar conmigo algún día.
Me doy la vuelta para alejarme antes de que diga algo más de lo cual luego me pueda arrepentir. Creo que agoté toda su tolerancia sobre mi porque no recuerdo haberla visto tan molesta cuando la llevé a mi casa contra su voluntad.
Cuando vuelvo con Teddy, la enfermera ya está vistiéndolo con ropa tejida en color azul, combinada con la tela de su portabebé que también trajo Taylor ayer.
— ¡Llegó papá, bebé! — Le hace una mueca. — ¡Pero qué hermoso bebé eres, y qué ojos tan preciosos!
La enfermera gira buscando una toallita y me lanza una mirada indiscreta para corroborar el tono de mis ojos.
— Los heredó de su madre. — La saco de su jodida duda.
— Oh. Ella es realmente hermosa, Si fuera ella tendría por lo menos 5 bebés.
Mierda.
— Solo uno por el momento. Ven Ted, salgamos de aquí.
Cuelgo la pañalera en mi hombro para sostener el portabebé en mis brazos hasta la recepción. Prescott intenta tomar a Ted pero no lo permito, así que toma el bolso.
— ¿Y Ana? — Pregunto, ella señala con la cabeza de nuevo hacia el pasillo.
La enfermera empuja la silla de ruedas en la que Ana viene, Gail a su lado con su bolso y los demás artículos personales que trajo para ella en los últimos días. Tengo ambos documentos de las altas en la paleta de Ted, así que me adelanto para abrir la puerta de la Suv.
— Déjame ayudarte. — extiendo la mano hacia ella.
— Puedo hacerlo sola. — Se sostiene de la puerta y sube su obstinado culo en el auto.
Rodeo la suv y aseguro el portabebé en su base al lado de Ana, dejándolos ir en la parte trasera para que estén cómodos. Gail sube al otro auto con Prescott mientras me deslizo en el lugar del copiloto junto a Jason.
Aprovecho el momento para revisar mi correo con todas las notificaciones de Andrea sobre la incorporación de Cohen en el puesto de Director de Operaciones y como ella misma trata de ponerlo al corriente.
*Gracias*.
Tecleo en respuesta, inseguro de cuando podré volver al trabajo y a todos los pendientes que quedaron inconclusos. Volteo sobre mi hombro a ver a mi pequeño hijo, que debido a la posición no obtengo el vistazo de su carita pero si de la fragilidad de él.
Mi bebé.
Pasamos el portón de la casona y Taylor se detiene justo frente a la puerta para que Ana no tenga dificultades. Gail y Prescott están a su lado para ayudarla mientras tomo de nuevo el portabebé y el bolso.
— Te llevaré. — Le digo cuando ella se detiene al pie de las escaleras. — Voy a cargarte hasta la habitación.
— No, puedo hacerlo.
Se apoya en Prescott para subir y las sigo hasta nuestra habitación esperando que se acueste a descansar pero permanece de pié. Cuando nos quedamos solos finalmente me mira.
— Dame al bebé.
— Lo llevaré a su habitación, Mía terminó la habitación cuando estabas en el hospital.
— Dame al niño, Christian. — Gruñe.
— Tienes qué descansar, lo llevaré para que puedas...
— ¡El bebé se queda conmigo!
— Traeré la cuna entonces, para que podamos quedarnos todos juntos.
Ana suelta una risa que no es ni un poco divertida.
— ¿No lo entiendes? ¡No te quiero aquí! ¡Largate a dormir a otro lado y dame a mi bebé!
— ¿Perdiste la jodida cabeza? — Mi ceño se frunce por la molestia.
— ¡La cabeza la perdiste tú por esa puta! ¡La dejaste meterse entre nosotros y te odio! — Se acerca al clóset para abrirlo y comienza a lanzar mi ropa al suelo. — ¡Quiero que me dejes sola! ¡Déjame en paz!
Mierda.
Se detiene de vaciar el clóset cuando los sollozos se apoderan de su cuerpo. Dejo el portabebé en el piso y coloco a Teddy en la cama entre las almohadas para sostener a su madre.
— No me toques. — Dice cuando intento levantarla en mis brazos.
— Solo te llevo con Ted, creo que tiene hambre de nuevo. — Ella se relaja con la mención de mi hijo.
La deposito suavemente a su lado y regreso al clóset a tomar el montón de mi ropa del piso.
— Le pediré a Gail que te traiga un té. Estaré en la habitación de los enfrente si me necesitas. También es mi hijo Ana, quiero estar con él tanto como tú.
La jodida chiquilla mantiene su vista lejos de mi y salgo cerrando la puerta con cuidado. Me sorprendo con Taylor que está en el pasillo cuando giro.
— La niñera que solicitó estará aquí mañana.
— Bien. Dejaré que Ana la entreviste y decida sobre ella.
Casi puedo ver la sonrisa de burla destellar en su jodido rostro.
— No me lo advertiste. Jamás dijiste que los niños te cambiaban así la vida. — Me quejo con el único hombre en el que confío.
— Hacen que todo valga la pena, Señor. Igual que el amor de una buena mujer.
Mierda.
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Oscuro (Libro #2)
Fanfiction¿Qué se supone que haga ahora? ¿Qué quiere ella de mi? Porque si de algo estoy seguro, es que yo no sé qué quiero de ella. ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los personajes pertenecen a EL James de su Trilogía "50 sombras de Grey". Regist...