Capítulo 21

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— ¡Christian! ¡Vete!

— No.

— ¡Me desconcentras!

Agh, qué idiotez. La secretaria del director sigue mirándome con las mejillas sonrojadas cuando me levanto de la amplia mesa y me paro afuera de la biblioteca.

— ¿Contenta? — Le gruño. — Ahora contesta el jodido exámen.

Cruzo los brazos sobre mi pecho, pero sigo observando a Ana y a la mujer que la vigila en su segundo día de exámenes para acreditar su título.

— Es guapo, ¿Cierto? — Escucho que le dice a la mujer. — ¿Quiere que se lo presente? ¿O podría solo dejar de suspirar para que pueda concentrarme?

Mierda, eso fue brusco. La mujer se sonroja mucho más y baja la mirada a sus manos entrelazadas sobre la mesa. Ana es en definitiva una caja de sorpresas.

45 minutos después, Ana entrega las hojas a la secretaria y se pone de pie frente a ella. No estoy seguro de si le habla o solo la mira, pero la mujer vuelve a encorvarse con la cara roja y la carpeta contra su pecho.

— ¿Nos vamos ya? — Intento darle prisa al asunto.

— Si, he terminado aquí. — Camina hacia mi con una gran sonrisa. — ¿A dónde vamos ahora?

— Pensé que podríamos parar en algún restaurante del camino para tomar el almuerzo, necesito ir a la oficina a atender algunos asuntos.

— Suena bien.

No le digo a Taylor dónde detenerse, 10 años trabajando para mí y el bastardo ya conoce a la perfección mis gustos, además de los lugares que frecuento.

El restaurante al que entramos es bastante sencillo comparado con el mío, pero la comida es buena. Solía pasar aquí gran parte de mis almuerzos cuando recién comenzaba con Grey Enterprise Holdings.

— ¿Te gusta este lugar? — Señalo una banca para Ana.

— Si, me encanta el diseño retro.

Ella señala la banca amarilla que rodea la mesa negra, imágenes de malteadas de colores sobre las paredes también amarillas. Creo que solo falta la mesera en patines.

— Buenas tardes. — Sonríe una chica rubia con sonrisa simpática. — ¿Que puedo ofrecerles?

Nos entrega los menús y le hago una seña hacia Taylor, que está sentado en la mesa detrás de mí para que también le entregue un menú. No entiendo completamente por qué pone distancia cuando Ana está cerca de mí.

— Quiero una hamburguesa con papas. — Dice la susodicha.

— No puedes comer eso. — Le recuerdo. — No es saludable.

— Nada en el menú lo es. — Señala el listado de comidas rápidas en mi menú. — Y me apetecen las papas fritas.

— Demasiada sal, demasiado aceite. — Gruño de nuevo. — ¿Por qué no tomas la ensalada?

— No soy una vaca. — Se queja. — Además dijiste que serías solidario y comerías lo mismo que yo.

Me dedica una sonrisa burlona y comienzo a entender la actitud de Jason. Parecemos una de esas parejas que lleva años casados y discuten por cada maldita cosa.

— Entonces ambos comeremos la ensalada, ¿Mejor? — Le sonrío de la misma manera. — ¿Podrían agregar filete de pollo a la plancha y aderezo?

La camarera sonríe y asiente, anota algo rápidamente en su libreta y vuelve a mirarnos.

— ¿Algo de beber?

— Refresco con muchos hielos. — Dice la chiquilla.

Y como no pienso tener una absurda discusión sobre las cantidades excesivas de azúcar y conservadores en esos envases mortales, señalo la jarra de limonada fresca con agua mineral en mi menú.

— Enseguida les traigo su comida.

La chica se aleja lo más rápido que puede para tomar el pedido de Taylor y volver a la cocina.

— El rector dijo que tendrán tus resultados la próxima semana, así que solo queda esperar. — Digo para cambiar el tema.

— ¿Crees que repruebe?

— Espero que no o el jodido Blake Larson recibirá una visita de Taylor. — Señalo al hombre a mi espalda. — La única tarea que se le asignó y pagó, será mejor que no me haga perder mi tiempo.

— El examen fue bastante sencillo, pero aún estoy nerviosa. No puedo creer que me dieran la oportunidad de ponerme al corriente y sé que eso es gracias a ti.

— ¿Y?

— ¿Y qué?

— ¿No piensas agradecerme? — Arqueo una ceja.

— No. — Se ríe de mi. — Tú me obligaste a hacerlo, ¿Por qué tendría que recompensarte por eso?

— Porque es lo mejor para ti y tendrás un título universitario después de todo. Creí que eso era lo que querías.

— Tienes razón. — Dice al cabo de unos segundos.

Se acerca deslizándose por la banca hasta situarse a mi lado, muerde su labio inferior y tira de mi cuello para besarme.

— Creo que sé cómo agradecerte. — Susurra cuando se aparta. — Podemos ir a tu departamento cuando termines los pendientes de la oficina.

— Me parece que es una gran idea, aún quiero mostrarte la diversión de mi cuarto de juegos.

Vuelve a besarme, pero esta ves se endereza con cuidado y se sienta en mi regazo sin interrumpir el beso, que se vuelve intenso a medida que nos quedamos sin aliento.

— Comida. Trabajo. Cuarto de juegos. — Ordeno cuando nos apartamos para tomar aire. — No seré delicado contigo cuando estemos ahí.

— No espero que lo hagas. — Sonríe. — Solo recuerda que tu bebé está entre nosotros.

— Mierda, nena. Si que sabes cómo arruinar el momento.

— Podemos ir tranquilo hasta que nazca el bebé, luego podríamos hacer lo que quieras... Cómo tú quieras.

Un escalofrío se sacude por el tono seductor de sus palabras. ¿Lo que yo quiera? ¿Como quiera? Mierda.

¿Después del bebé? ¿Cómo en... juntos después del bebé? Debo estar muy excitado porque la idea suena bien para mí.

La camarera interrumpe colocando las bandejas sobre la mesa, haciendo que Ana se baje de mi regazo para comer su ensalada. Debemos estar pensando en lo mismo porque la comida termina en solo algunos minutos, dejándonos listos para irnos.

— ¿Qué es eso tan urgente que no puede esperar? — Pregunta cuando subimos al ascensor en Grey House.

— Tengo unas entrevistas pendientes, solo tomará 30 minutos entrevistar a los tres candidatos. Luego de eso tendremos la tarde libre.

Sonríe cuando me sigue por el pasillo y saluda a Andrea cuando nos acercamos a ella.

— Señor Grey, la señorita Cassidy lo espera.

Andrea abre la puerta y puedo ver a la mujer alta y delgada frente a mi escritorio. Su cabello negro y largo en una coleta perfecta que se balancea, y el entallado vestido rojo.

Me doy cuenta que sigo inmóvil en la puerta cuando Ana gruñe algo que no alcanzo a comprender, pero la mirada en sus ojos azules solo significa problemas.

Mierda.

Oscuro (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora