Capítulo 62

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Esa maldita puta. Mis ojos se abren con sorpresa cuando la mujer se quita los lentes y el sombrero, lanzándolos al piso.

— ¿Amber? ¿Por qué...? — Ni siquiera termino la pregunta porque el cañón de su arma apunta directamente a mi rostro.

— ¿Vas por ahí cosechando enemigos y no cuidas tu espalda? — Luke ríe. — ¡Míranos! Todos deseamos tu muerte.

Aparto mi vista de Amber para mirar a Ana, que sigue pálida. Sus ojos azules se mueven de Luke a mi y luego a Amber antes de comenzar a caminar lentamente.

Esto se vuelve rápidamente un jodido lío, con Luke y Amber apuntándome y Jason a Luke. Mi arma colgando de mi brazo sabiendo que no hay forma de empuñarla antes de lograr un tiro.

— ¿Amber? — Sawyer insiste.

Miro de nuevo a Amber, confundido por la forma en la que decidió involucrarse en esto. ¿Siempre fue parte de su plan? ¿Ella y Luke se conocían?

Antes de que pueda reaccionar, Amber mueve su brazo apuntando con su arma a Luke y y yo jadeo por la sorpresa.

— ¿Qué crees que haces, estúpida? ¡Te dije que lo mataras, no que vinieras a rescatarlo!

— ¡No te atrevas a tocarlo, Luke! O ella se muere.

Amber desplaza su brazo más a la izquierda, sobre Ana, que detiene sus pasos a unos metros de Sawyer.

— ¿Yo? — Balbucea la chiquilla  — ¿Por qué las locas siempre quieren matarme?

Antes de que pueda reaccionar, Luke mueve el brazo con rapidez y dispara un tiro certero en la frente de Amber, que se desploma en el piso al instante.

— ¡Ahh! — Chilla Ana.

— Mierda. — Levanto mi brazo con el arma hacia Luke.

— ¡Esa estúpida no sabe seguir las malditas órdenes! — Vuelve a empuñar su escuadra hacia mi. — Ahora si, ¿En qué estaba?

Mi vista está fija en la expresión de terror de Ana, pero de nuevo sus ojos se fijan en Luke y en los pocos pasos que la separan de él como si los midiera.

— Ana, toma el arma de Amber. — Sawyer señala con la cabeza. — Si hacen un puto movimiento, Grey se muere.

Dice pero mi atención sigue puesta en Ana. Ella levanta los brazos y camina lentamente siguiendo la orden del imbécil hasta que se coloca a su lado y con un fuerte impulso lo empuja.

— ¡Mierda! — Grita él y su arma suelta un tiro que me golpea el hombro.

— ¡Señor Grey! — Taylor se acerca a ellos y apunta sin dejar de mirarme.

— Mierda. — El dolor irradia por mi brazo hacia mi pecho. — Estoy bien, falló el tiro a mi cabeza.

Taylor asiente y me tambaleo más cerca de ellos, donde Ana se deja caer a un lado de Luke con las manos temblorosas. Cuando Sawyer levanta la cabeza, presiono el cañón de mi arma.

— Te tengo, imbécil.

Él se ríe.

— ¿Vas a enviarme de vuelta a Welch? ¿Quieres quemar el otro lado de mi cara?

— No, porque eres un jodido dolor en el culo, una maldita amenaza que Welch debió contener hace tiempo. No cometeré el error dos veces.

— ¿Ah, si? — Niega con una gran sonrisa. — Los hombres como tú no se ensucian las manos con...

Presiono el gatillo y finalmente deja de hablar, su cuerpo cayendo pesado contra el piso de tierra y su sangre salpicando en el rostro pálido de Ana.

— Maldición. — Gruñe Taylor, sacando el móvil. — ¿Welch? ¿Dónde mierdas está tu equipo? ¡Lo necesito ahora!

Me alejo del cuerpo y me recargo en la suv con la sangre escurriendo de mi brazo, el dolor haciéndose insoportable por el ardor de la herida. Jason ayuda a Ana a levantarse y ambos se acercan.

— Creo que la bala atravesó, señor. Pero necesita curación y antibiótico.

— Nos iremos cuando lleguen los hombres de Welch, necesito volver a Seattle. — Le lanzo una mirada a Ana esperando que empiece con las jodidas explicaciones.

— ¿Teddy está bien? — Taylor se aparta para darnos privacidad.

— ¿Ahora te importa?

— ¡Es mi hijo! ¡Me importa!

— ¿Y tu amante? — Señalo a Luke con la cabeza. — ¿No te aceptó con el bebé?

Su ceño se frunce y golpea mi brazo no lesionado con su puño cerrado.

— ¡Eres tan idiota, Christian! ¡Intenté alejarlo de Ted, de ti! ¿Crees que quería dejarlos a ambos?

— No lo sé. Has hecho tantas cosas estúpidas que no sé cuál es tu intención real.

— Lo explicaré. Lo juro. — Se abraza a si misma. — Solo quiero volver a casa con mi bebé.

Resoplo con fuerza tratando de contener mi enojo porque justo ahora lo que debemos hacer es alejarnos de aquí.

— Lo discutiremos todo cuando estemos en Seattle, incluso tu derecho perdido a ver a Theodore.

— ¿No me dejarás verlo? — Sus cejas se arquean por la sorpresa.

— Tienes mucho que explicar primero, comenzando por el hecho de su paternidad. ¿Theodore es mi hijo?

No veo venir el golpe hasta que la piel de mi mejilla se irrita por la palma de su mano. La expresión furiosa y herida en Ana era exactamente lo que esperaba.

— ¡¿Cómo te atreves?! Jamás te mentiría con un tema tan delicado, estás hablando de mi hijo. — Me señala. — Puedes enojarte conmigo, pero Teddy no tiene por qué pagar por mis errores.

— ¿Y cuáles son esos? ¿Enredarte con Luke?

— Eso jamás pasó. Nunca me acosté con él si eso es lo que estás preguntando. ¡Solo he estado contigo!

Una camioneta se aproxima por el camino de tierra, haciendo que nos enderecemos para mirar mejor. Estaciona a unos metros y los hombres bajan con rapidez para saludar a Jason.

— Welch nos envió. — Dice el hombre al frente, desplazando la vista al par de cuerpos en el piso. — Nos haremos cargo.

— ¿Pueden hacerlo bien? — Gruño. — No quiero ningún jodido error, ya he tenido que lidiar con demasiados.

— No se preocupe, señor Grey. Somos expertos.

El hombre le hace una seña a los otros que se encargan de traer algunas mantas. Entonces le hago una seña a la chiquilla.

— Sube a la jodida camioneta ahora, si quieres volver a Seattle con nosotros.

— Por supuesto que quiero, Christian.

No estoy de jodido humor para ver más sangre, además de la herida en mi hombro que va a requerir sutura. Taylor asiente y señala algo a los hombres de Welch antes de subir a la suv.

— Todo listo, señor. ¿A Seattle?

— Si. A casa.

Oscuro (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora