Capítulo 44

2.5K 238 6
                                    

— Vamos a ayudar a acelerar el parto, estará bajo observación pero podría demorar horas.

Mierda.

— Gracias doctora, ¿Puedo verla?

Ella presiona sus labios con fuerza antes de negar con la cabeza.

— Me pidió que le dijera que se fuera.

— ¿Irme? Es mi hijo, no voy a ninguna jodida parte. Estaré aquí. — Señalo la sala de espera vacía, dejando a la doctora sin opciones.

¿Ana está enojada conmigo? Bien. Pero no hay una maldita forma en la que yo me aleje ahora, sabiendo que podría escapar. Espero un poco hasta que la doctora se aleje.

— Taylor. — Le hago una seña para que se acerque a mi. — Ana podría intentar escapar como la primera vez, tendrás que mantener estricta vigilancia sobre ella porque no quiere verme.

Tengo que girar la cabeza para mirarlo porque no responde a mi jodida orden. Los lentes oscuros me impiden ver más de su expresión, aunque me hago una idea de cuál podría ser. Él estima mucho a Ana.

— ¿Qué fue lo que pasó? Pensé que la habías llevado a Broadview.

— Nos detuvimos en un semáforo y la señorita Steele notó a la señorita Cassidy en un taxi. Me pidió que volviera a GEH.

— ¿Y accediste solo así? — Pregunto porque me parece extraño, él normalmente sigue mis indicaciones.

— Dijo que si no la llevaba, bajaría del auto.

Si, eso suena más como a la jodida chiquilla. Me alejo de Jason para tomar asiento frente a las puertas en espera de noticias y lo escucho llamar a Prescott.

Ahora que todo parece en calma es que recuerdo su mirada de decepción y su expresión herida. Ella intentará dejarme, aunque no la culpo pero no puedo permitirlo. Ni ella ni mi hijo pueden alejarse.

40 minutos después la enfermera aparece para avisarme que las contracciones de Ana comenzaron, sus signos son estables al igual que los del bebé. Y aún se niega a verme.

— Señor Grey, Gail pide permiso para venir con Prescott. Tal vez la señorita Steele...

Quiera verla a ella. No tiene que decirlo, lo sé. Lo jodí y ahora ella me mantiene lejos en el momento más importante de nuestras vidas. Afortunadamente para mí, Taylor no señala mi error.

— Bien, seguro Ana estará feliz de tener a alguien con ella.

Jason se aleja con el móvil en la mano para darle instrucciones a Prescott. Supongo que Ana estará aquí un par de días, así que aún tenemos tiempo de preparar un cambio de ropa y las cosas del bebé.

Mierda. No mentía cuando dijo que podría tomar horas hasta que ella pudiera tener al bebé. Yo estaba a favor de realizar cesárea pero en la revisión Ana eligió el parto natural. Siempre y cuando la vida de mi hijo no esté en riesgo, estoy de acuerdo.

Luego de un rato, Gail pasa por mi lado sin siquiera mirarme para seguir por las puertas dobles que nos separan del área de maternidad. Prescott lleva una bolsa en sus manos y una charola con dos cafés.

Me entrega uno de los vasos y lleva el otro a Taylor antes de sentarse en el rincón de la sala. Le hago una seña a él para que se acerque.

— ¿Qué hiciste con Amber? — Pregunto con cautela, se quita los lentes para mirarme.

— Escolté a la señorita Cassidy a la salida, señor.

— Bien. Llamaré a Andrea mañana para que termine su contrato.

Ni siquiera comprendo por qué le digo esto a Taylor, no es su jodido asunto lo que hago y le pago muy bien por su puto silencio. Ahora estoy realmente furioso pero no puedo alejarme de esta sala.

Abro los ojos dándome cuenta que me quedé dormido un par de horas en la incómoda silla. Taylor no se encuentra en la habitación, solo Prescott que sigue sentada en la silla del rincón. Saco el móvil del bolsillo, tan aburrido que decido revisar mis correos electrónicos.

Tratar de dormir en las jodidas sillas debería contar como una tortura. No solo por el dolor de espalda y cuello, también por el metal frío clavándose en mis costillas. Miro el reloj de pulsera indicando que apenas es media noche.

— Señor Grey. — Aparece otra enfermera. — Soy la enfermera del turno de noche, las contracciones de la Señora Grey son constantes e intensas así que el parto podría ocurrir en las próximas horas.

¿Qué?

Mis cejas se arquean por la sorpresa. ¿Sentir dolor intenso por horas? ¡Por eso acordamos la jodida cesárea! ¿En qué mierdas está pensando?

— ¿Cómo está ella? — No corrijo que la llamara Señora Grey.

— Adolorida, por supuesto. Pero su madre está pendiente de ella, espero que tenga la ropa del bebé a la mano.

¿Su madre?

Busco con la mirada a Prescott que se apresura a nosotros con un bolso celeste que estoy suponiendo tiene la ropa del bebé. Podría apostar que Gail también se hizo cargo de ello.

— ¿Podré verla cuando nazca el bebé?

— Si. Lo mantendré informado.

Con eso, ella desaparece de nuevo por las puertas dobles. Mierda, ¿No es peligroso que Ted nazca antes? Podría jurar que Ana aún no tenía ni siquiera los 8 meses.

Me mantengo ocupado enviando y leyendo correos, tomando la oportunidad para escribir a Andrea.

*Que Recursos Humanos termine el contrato de Amber y se asegure que no lleva nada perteneciente a GEH. También deben llamar a Jefferson Cohen, uno de los candidatos, y ofrezcanle el puesto.*

Guardo el móvil y me recuesto de nuevo en la silla para descansar otro rato, aunque en realidad no puedo dejar de pensar en Ana. Ella parecía necesitarme tanto y ahora que debería estarla cuidando, me odia.

Ella lo dijo y le creo. Pero no va a alejarse de mí, voy a ser parte de la vida de mi hijo le guste o no. Solo necesitamos tiempo para aclarar las cosas y volver a nuestra rutina porque aún puedo cuidarlos a ambos. Cierro los ojos y me vuelvo a dormir.

— Señor Grey. — Taylor palmea mi brazo y me enderezo en la silla, alejando el sueño. — La enfermera lo llama.

Giro hacia la mujer que me hace una seña para que la siga por las puertas. Finalmente. Creí que vería a Ana, pero me lleva por un pasillo hacia la zona de cuidado intensivo.

— Estará en observación por orden de la doctora Greene. — Sonríe señalando una puerta. — Pero puede entrar a conocer a su bebé.

Mierda.

Oscuro (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora