Ella dijo que no éramos nada.
¿Cierto?
Creo que finalmente superé mi obsesión por Anastacia y puedo volver a mi antigua vida de obediencia y sumisión. El viejo Christian Grey regresó.
Agito el vaso de whisky en mi mano antes de beber el resto en la tranquilidad de mi estudio. Es casi la media noche, todos deberían estar dormidos ya. O eso creí hasta que alguien golpea mi puerta.
— ¿Vienes a la cama? — Ana me mira, llevando solo su camisón de satén.
— Creí que seguías enojada conmigo.— Le recuerdo, no soy tan tonto como para pensar que ya lo olvidó.
— Aún estoy decidiendo si te apuñalo mientras duermes. — Encoge los hombros en un gesto de indiferencia. — Pero no puedo dormir sin ti.
Ella tiene razón.
Me necesita. Es tan pequeña y frágil que mi lado protector se activa, queriendo levantarla en brazos y alejarla del peligro. Pero ¿Y si yo soy el peligro?
Dejo el vaso de cristal sobre el escritorio para seguirla al piso de arriba, tomando su mano para ayudarla. Su vientre enorme de 7 meses le provoca un balanceo que me resulta un cómico.
— Estaba pensando en Theodore.
— ¿Qué? — Me mira sin detenerse.
— El nombre de mi abuelo es Theodore. Es la única persona de la familia cuya presencia no me incomoda.
— Eres muy extraño. — Sus cejas se fruncen. — Pero Theodore suena bien. Theodore Raymond Grey.
Abro la puerta de la habitación y la guío hasta la cama para que se recueste pero no puedo quitarle los ojos de encima. Es tan hermosa y tan suave que en esta descabellada idea de la paternidad, no imagino a nadie más dándome un hijo.
— Tomaré una ducha rápida. — Me inclino para besar sus labios.
— No tardes o me voy a quedar dormida.
Balbucea soñolienta envuelta en las sábanas mientras tomo ropa limpia del clóset. Lo único que necesito es despejar mi mente con agua fría, como si necesitara enfriar también mis sentimientos y pensar con claridad. La mierda que pase con Amber, tendrá que ser después que nazca mi hijo cuando las cosas con Ana estén claras.
Si ella permanece aquí en Broadview con el bebé, podré retomar mi antigua vida en mi ático... Con mi sala de juegos.
Salgo de la ducha secando mi cabello con la toalla antes de deslizarme junto a Ana. Su cuerpo cálido se pega a mi cuando me recuesto a su lado, su espalda contra mi pecho. Mi mano busca su cintura y se mueve más hacia abajo, encontrando sus piernas largas.
— ¿Ana? — Susurro. — ¿Estás despierta?
— No. — Gruñe bajito.
— Nena, te extrañé.
Aferro su pierna izquierda con mi mano y la monto sobre mi cintura, abriéndola para mí. Como bien supuse, la única prenda que viste es este camisón de seda gris que me encanta.
— Te haré sentir bien, lo prometo. — Mis dedos se deslizan al punto sensible entre sus piernas.
Presiono su botón y giro mis dedos en ella para provocarla, su respiración agitándose con cada uno de mis movimientos. Sus pezones se marcan en la delgada tela, provocándome a morderlos.
— Christian... — Jadea.
— No te muevas, nena. Me haré cargo de todo por ti. — Susurro en su oído, presionando mi erección contra ella.
Sus uñas se clavan en mi brazo y sus piernas se tensan por la liberación que le producen mis movimientos, gemidos de satisfacción alimentando mi propia excitación.
De nuevo tengo que ajustarme a la dimensión de su vientre porque acomodarme sobre ella ya no es una opción. Me deslizo más abajo en el colchón para penetrarla desde atrás con su pierna aún montada en mi cadera, muy abierta para seguir tocando sus pechos por debajo del camisón.
— Oh, mierda... — Jadeo cuando comienzo a embestir desde esta posición.
— No te detengas. — Su cadera se pega más a mí.
Ni siquiera tiene qué pedirlo, dejo que las sensaciones me inunden hasta el tope y me libero con un gruñido ronco. Abrazo su cuerpo al mío mientras recuperamos el aliento.
— No me hagas enojar más. — Susurro contra su oreja.
— Deja de ser tan idiota.
— Yo no... — Me detengo presionando los labios porque está conversación no nos llevará a nada. Solo quiero abrazarla hasta quedarme dormido.
Cuando vuelvo a abrir los ojos, el lado de la cama de Ana está vacío y la preocupación me hace enderezarme. Apenas son las 9 y 15 de la mañana.
— ¿Nena? ¿Dónde estás?
La puerta del baño se abre y ella sale envuelta en su bata blanca, su cabello castaño mojado y más largo sobre su espalda.
— ¿Quieres desayunar fuera?
Sus cejas se arquean por la sorpresa.
— Si, claro. Me encantaría salir mientras aún pueda.
Mis ojos caen sobre su vientre redondo y me pregunto cuánto más crecerá. Gracias Dios que es un niño y no una hermosa niña de ojos azules y piel blanca que deba encerrar en casa.
— ¿Qué estás pensando? — Se ríe de mi expresión.
— En lo agradecido que estoy de que el bebé sea niño. No sabría cómo manejar a una niña tan hermosa como tú.
Si expresión se vuelve dulce y seguro piensa que me estoy ablandando, pero no dejo de pensar en el bastardo sobreprotector que podría haber sido con una bella hija rebelde como su madre.
Mierda.
Tendría qué contratar su propio grupo de guardaespaldas para evitar el peligro y proteger su virtud. Ni pensar en que sea como mi libertina hermana.
Se seca el cabello con la toalla y me lanza miradas divertidas mientras se viste frente al clóset. Jodidas hormonas, ¿Ahora estoy lidiando con una amorosa Ana?
— Nuestro hijo querrá ser como tú, lo sé. — Sonríe. — Tengo fé en que encontraremos la forma de ser buenos padres para Teddy.
— ¿Teddy? — Es mi turno de lucir sorprendido.
— Si, Ted. Ted Grey.
Me levando de la cama y me detengo detrás de ella para besar su cuello.
— Me gusta como suena eso, nena.
— ¿Seguro que podemos ir a desayunar? Pensé que tenías que estar temprano en la oficina.
Me mira por el reflejo del espejo en el que ella se alista.
— Ayer adelanté algunos pendientes, estoy seguro que podemos tomarnos un par de horas.
Le sonrío y ella hace lo mismo. Lo que sea que yo decida con respecto a Amber, ella no tiene por qué enterarse... Aún.
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Oscuro (Libro #2)
أدب الهواة¿Qué se supone que haga ahora? ¿Qué quiere ella de mi? Porque si de algo estoy seguro, es que yo no sé qué quiero de ella. ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los personajes pertenecen a EL James de su Trilogía "50 sombras de Grey". Regist...