— Recuerda lo que hablamos, Melanie. Identifica situaciones de riesgo y elabora planes de acción para evitar que la conducta se presente.
— ¿Y si no soy capaz de hacerlo?
— Me llamas el lunes y trabajaremos en tu autoconfianza. Aunque si somos positivos, solo cuatro chicos a la semana se considera un progreso.
— Oh, bueno. Gracias doctor Flynn.
Melanie toma su bolso y baja la minifalda antes de levantarse. Le hago una seña a modo de despedida mientras termino de anotar en la hoja de evolución, y ella sale dejando la puerta entreabierta.
Escucho el carraspeo de una voz profunda del otro lado de la puerta, anunciando que mi siguiente paciente está aquí.
— ¿Se te perdió algo, zorra?
La voz femenina atrapa mi atención, no solo por el tono sino por las altisonantes palabras. ¿Una pelea en mi sala de espera?
— Ana...
Ver, para creer. Camino hasta mi puerta solo para asegurarme que es mi pareja favorita la que se encuentra esperando y me recuerdo a mi mismo no volver a citar a mi paciente adicta al sexo antes de Christian Grey.
— ¡Camina! — Le gruñe la señorita Steele a Melanie, quién no pierde de vista al hombre de cabello cobrizo.
— Maggie, ¿Acompañas a Melanie a la puerta? — Le hago una seña con la cabeza para que separe a ambas mujeres. — Bienvenidos, pasen por favor.
Señalo la puerta de mi consultorio para ellos, Christian empujando a Ana porque se niega a caminar con él.
— Lamento el inconveniente, pero me alegra verlos hoy. ¿Cómo están?
Ana cruza los brazos sobre su pecho y Christian sonríe como si hubiera descubierto la cura para el cáncer. ¿Por qué está de tan buen humor?
— Nos llevamos mejor ahora. — Sigue sonriendo. — Y creo que Ana dejó atrás los ataques de pánico.
— ¿Solo así?
— Si, supongo que algo de lo que dijiste funcionó.
— Me alegro. — Me dirijo ahora hacia la chica que me ignora. — ¿Christian también logró cambios en su conducta?
— ¿Cambios? ¿Quiere saber si dejó de ser un idiota?
Una sonrisa de burla se estira en sus labios, haciendo que el hombre a su lado frunza el ceño en respuesta. ¿Será que este par no puede sonreir al mismo tiempo?
— ¿He sido un idiota? — Se queja él. — Estoy seguro que tenías una opinión diferente hace rato.
— Si, hace rato. — Ella arquea las cejas. — Cuando estábamos solos y felices en nuestra casa.
— Hmm. — Presiono mis labios para evitar reír. ¿Ella dijo “nuestra casa”?
— Tienes que venir a las citas, te lo advertí pequeña tramposa, es por tu propio bien.
— ¿Y el tuyo?
— Yo estoy perfectamente bien, solo estoy aquí acompañándote.
Si, definitivamente no llego a ningún lado manteniéndolos juntos, pareciera que su único objetivo en la vida es objetar las palabras del otro.
— Veo que la vida de casados les está sentando bien. Christian, ¿Te importaría darme unos minutos a solas con la señorita Steele?
— Por supuesto.
Observo a Ana, pero ella no deja de mirar a Christian con ojos suplicantes hasta que él sale del consultorio. No soy tan desagradable, ¿O si?
— Veo que estás enamorada. — Pone los ojos en blanco.
— ¿Lo dice porque aún sigo con él?
— Hmm, si, y por el hecho de que casi inicias una pelea con una mujer hace un rato. ¿Te sientes insegura de tu aspecto físico?
— ¿Qué? ¡No!
— ¿Dudas del amor de Christian?
— ¡No! Es decir, ¿De qué habla?
— Es obvio para mí que ustedes tienen sentimientos el uno por el otro, y a pesar de tu actitud hostil, estoy seguro de que sabes que estás enamorada de él.
— Tal vez solo tengo miedo a estar sola porque no tengo familia.
— ¿Y estás dispuesta a quedarte con Christian por el bien del bebé?
— Si.
— ¿Qué pasaría si las cosas no funcionan? ¿Estás de acuerdo en que cada uno siga con sus vidas por su lado?
— Bueno, si tuviera que hacerlo, por supuesto que sí. Pero estoy apostando por el hecho de que sigamos juntos después de que nazca el bebé.
— Entonces quieres formar una familia con Christian.
— Si. — Sus mejillas se sonrojan y baja la vista a su regazo.
— Me parece maravilloso, Ana. Y me alegra saber que Christian corresponde a ese sentimiento, porque lo hace ¿Verdad?
— Usted es el experto, ¿Qué cree? ¿Quiere estar conmigo?
— Si. Pero también tengo la impresión de que tiene miedo de que las cosas se pongan serías. Christian no es precisamente un hombre entusiasta de la familia.
— Yo... He aceptado a hacer cosas que a él le gustan...
— ¿Qué tipo de cosas?
— Sus... Gustos. Tiene una habitación para tener sexo en la que...
— No me digas... — Finjo sorpresa. — ¿Te arrepientes de haber aceptado?
— No del todo, fue divertido pero no puedo dejar de pensar en si él sería capaz de lastimarme.
— Creo que tienes que expresar tus dudas con él, tengo entendido que todo lo que se hace en términos de prácticas sexuales debe ser consensuado.
— De verdad quiero intentarlo, pero podría jurar que la chica loca que me disparó hizo todo eso con él y aún así la dejó.
— ¿Sabes por qué la dejo?
— No.
Quiero darle un consejo que le sea de utilidad, pero no puedo romper la confidencialidad terapeuta/paciente, y sobre todo no quiero tocar el tema de las sumisas porque no me corresponde.
— Supongo que mi verdadero miedo es saber que ella y no sé cuantas más, hicieron todo para satisfacerlo y aún así las sacó de su vida. ¿Y si hace lo mismo conmigo?
— Me temo que ni yo puedo darte certeza. ¿Por eso te gusta retarlo? ¿Quieres provocarlo para saber si te dejaría?
— No. Esa soy yo todo el tiempo, no soportando mierda de nadie... — Sus ojos se mueven rápido hacia mi, apenados. — Lo siento, malas costumbres.
Una sonrisa genuina aparece en su rostro y yo río divertido. Eso es justo lo que el señor Grey necesita.
— Ésta es quien soy, con todos mis traumas y mis problemas. ¿Podría quererme él como soy?
No puedo evitar encoger los hombros.
— Estoy seguro que si, después de todo, él también está un poco roto.
— Jesús, ¿Y así tendremos un bebé para criar?
— Eso parece. Pero van por buen camino. Si no se matan el uno al otro en los próximos días, los espero para otra interesante sesión.
— Gracias, doctor Flynn.
— Es un placer recibirlos, señorita Steele.
Se acerca para estrechar mi mano y sale del consultorio visiblemente menos tensa que al inicio y yo observo con curiosidad cómo ella se acerca a Christian y lo besa.
— Dice el doctor que estoy bien, pero que no me provoques.
¿Eh?
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Oscuro (Libro #2)
Fanfiction¿Qué se supone que haga ahora? ¿Qué quiere ella de mi? Porque si de algo estoy seguro, es que yo no sé qué quiero de ella. ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los personajes pertenecen a EL James de su Trilogía "50 sombras de Grey". Regist...