Oscuro (Libro #2)

Capítulo Extra 🖤 (7)

— Estás actuando como una loca.

— Cállate. — Gruñe en respuesta.

¿Por qué mierda sigo intentando? Esta mujer sigue siendo una pequeña necia a pesar de los años.

— Ana...

— Christian...

— ¡Bien! Haz lo que te dé la jodida gana.

Tomo los documentos y salgo de la sala de juntas mientras mi esposa sigue aterrorizando a las chicas del nuevo programa de prácticas en GEH. Pero por supuesto, ella viene detrás de mí para seguir discutiendo.

— ¡Es que no lo entiendes! Esas pequeñas zorras se lanza sobre ti descaradamente.

— Son niñas. — Gruño dejando los documentos en el escritorio y sentándome en la silla. — Y te recuerdo que fue tu idea lo del programa de prácticas.

— ¡Lo hice para Phoebe! No para esas pequeñas brujas que tiene por compañeras.

Hace un par de años cuando Phoebe entró a la universidad, mencionó que deseaba estudiar una carreta afín que le permitiera seguir mis pasos en GEH. No lo había considerado, pero puesto que Ted no muestra ningún interés por mi negocio, no tuve otra opción.

— Si tanto te molestan, asígnalas a otras áreas y solo deja a Phoebe para que te ayude. No me importa lo que hagan las otras chicas.

— Lo haré.

Gira sus costosos tacones y sale de mi oficina, la escucho hablar con Andrea pero no presto demasiada atención porque aún tengo reportes por revisar, incluso algunas firmas pendientes.

Al cabo de unos minutos, las puertas del ascensor se abren y múltiples voces femeninas murmuran afuera, la voz de Ana sobresaliendo.

— Queridas, las llamé aquí para hacer un anuncio oficial en nombre de mi amado esposo. Él me ha pedido a mi, la vicepresidenta de esta compañía, que les comunique su desición de reubicarlas en áreas estratégicas para la compañía y haciendo rotaciones cada dos meses.

Un jodido momento.

¿Ella es qué?

¿Vicepresidenta?

Dejo los documentos sobre el escritorio para prestar atención a las palabras de mi esposa.

— Andrea les entregará la información de sus nuevos puestos para que puedan reportase con los jefes de departamento. Eso es todo, gracias.

Los susurros no se hacen esperar, hasta que una vocecilla se atreve a hablar.

— Pero el señor Grey dijo que todas...

— Están aquí para aprender, no para seguir al señor Grey como dulces cachorritos. ¡Andando!

Mierda.

No debería reír pero igual lo hago, imaginando a mi esposa vigilando a esas niñas. Aunque no es ni por poco la cosa más loca que ha hecho.

Pasa la puerta de mi oficina luciendo una gran sonrisa y se detiene en el borde de mi escritorio, sentándose tan cerca que puedo ver sus largas piernas.

— ¿Vicepresidenta? — Mi ceja se arquea esperando una respuesta.

— Por supuesto. Soy quien toma las desiciones importantes después de ti, ni siquiera Jefferson está tan involucrado como yo.

— La parte operativa y la administrativa son asuntos diferentes, — Le recuerdo. — Tú no puedes hacer la parte operativa de la que se encarga Cohen.