XV. Mudanza

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Shizune y Tsunade se quedaron dormidas sobre la cama de Dan, despertaron hasta que unos nítidos rayos de sol, impregnaron la habitación.

La primera en levantarse fue la menor, se dio vuelta y frente a ella encontró el fino rostro de su maestra, el maquillaje que usaba la noche anterior, estaba corrido debajo de sus ojos, probablemente Tsunade había llorado toda la noche.

La pelinegra se puso de pie y se dirigió al baño, se dio una ducha, cepilló sus dientes, se peinó y se vistió de un vestido negro, similar al que usaba el día anterior. Bajó hasta la cocina y poniendo una serie de ingredientes sobre la mesa, comenzó a preparar el desayuno.

(...)

Pasados unos minutos, Tsunade se levantó, sin darse cuenta, se había vuelto a dormir. Sin embargo, la despertó el delicioso olor que impregnaba el hogar, le dolía la cabeza, producto de todos los eventos ocurridos en los últimos días, a decir verdad, esa fue la primera noche en semanas, que dormía plácidamente en una cama.

Se puso de pie, lavó su rostro y se cambió de ropa, buscó en el armario del que fuera su novio, algo que le quedara bien, normalmente, Dan le prestaba ropa luego de pasar la noche juntos, así que sabía perfectamente donde encontrar cada cosa.

Bajó las escaleras hacia el comedor, y se encontró con la pequeña Shizune, sirviendo unos panqueques calientes, la mesa estaba puesta perfectamente, con unos manteles color rosa pastel y un lindo florero en el centro.

- Buen día Tsunade-sama - saludó la niña - tome asiento, en un momento le sirvo el té - añadió, y en seguida tomó una taza, vertió el líquido en ella y lo puso frente a la sannin.
- Gracias Shizune - contestó aún sorprendida de la diligencia que poseía esa pequeña.

-Cómo durmió? Espero que la cama no haya sido incómoda para usted, mi tío Dan nunca quiso cambiarla -
- Eh... (Cómo te explico que ya he pasado la noche en esa cama?) Para nada, dormí bastante bien - terminó por decir con una sonrisa.

Una vez terminó de poner todo a la mesa, Shizune se sentó también y dieron gracias por los alimentos.
- Está delicioso - agradeció la médico - no tenías por qué hacerlo, tu debes sentirte peor que yo -
- No podemos comparar el dolor Tsunade-sama, usted ha perdido a toda su familia, y yo también, pero a diferencia de mí, el amor de su vida falleció, y yo aún no lo he encontrado, soy muy joven para eso -

Dichas estas palabras, Tsunade no pudo evitar sonreír con ternura, "De dónde sacas palabras tan apropiadas? " Pensaba.
- Estoy segura de que encontrarás al amor de tu vida, en unos años, ya verás, y creo que ese hombre será muy afortunado de tenerte - le aseguró su maestra.
- Sólo el tiempo lo dirá - finalizó la niña, esos temas no eran algo que le interesara mucho, después de todo, a sus seis años lo único que llamaba su atención era entrenar hasta ser una gran ninja médico.

- La casa se sentirá muy sola sin mi tío - suspiró.
- Entiendo, yo me sentí así después de la muerte de mi hermano, todo silencioso...-
- únicamente el eco de su voz... -
- Shizune... -
- Dígame Tsunade-sama -
- te importaría si me mudo contigo? -

Esa pregunta sorprendió a la niña, recordó las palabras del tercer Hokage:

"tengo entendido que eres discípula de Tsunade-chan, estoy seguro de que ella, en memoria de Dan, buscará cuidarte, y si no lo hace, no estás sola, cuentas con mi apoyo"

- Para nada, estaría agradecida si así lo quisiera - exclamó con un especial brillo en sus ojos.
- Ambas estamos solas, pero podemos hacernos compañía - afirmó la kunoichi.

(...)

Cuando finalizaron su almuerzo, ambas salieron rumbo al departamento de Tsunade, al entrar todo era un caos, al parecer la nieta del primer hokage no era una persona de orden o que se interesara en la limpieza.

- Disculpa, tuve que salir de emergencia y el departamento quedó así - se sonrojó la médico.

- Descuide, busquemos sus cosas para comenzar la mudanza - a Shizune parecía importarle poco, en su interior, conocía esos pequeños defectos de su maestra.

(...)

Al término de unas horas, todo estaba en cajas y listo para ser llevado a la casa de los Kato, Tsunade contrató a algunos ninja para ayudar en la mudanza, así que todo ocurrió más rápido de lo planeado.

El resto de el día lo dedicaron a organizar todo, Tsunade se quedaría en la habitación de Dan, y todas las pertenencias del jounin fueron cuidadosamente guardadas y llevadas a la habitación especial que en su momento había dedicado para los artículos de los padres de Shizune.

- Vaya, mudarse es demasiado cansado - se quejó la mayor - muero de hambre -

- Iré a Ichiraku por dos tazones de ramen, qué le parece? -

- Tu no estás cansada? -

- Un poco, pero no es tan lejos y también tengo hambre, prefiero ir a comprar que cocinar - se excusó.

- Bien, pero yo invitó - dicho esto, Tsunade tomó su bolso y le entregó el dinero a su alumna.

- Ya vuelvo - se despidió rápidamente Shizune y salió de casa.

Recorrió unas calles, con un andar un tanto veloz, hasta que una figura en el camino hizo que se detuviera. Ese cabello, y esa mirada...

- Eres tú Kakashi-kun? - se sorprendió.
- Hola Shizune - contestó el genin mientras se acercaba a ella. - Estoy de vuelta -

Próximo capítulo: Especial Hatake Kakashi - La promesa.

𝙴𝚕 𝚟𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚍𝚎 𝚂𝚑𝚒𝚣𝚞𝚗𝚎 | ᴋᴀᴋᴀꜱʜɪᴢᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora