LXV. Tengamos una cita.

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- Shizune, ¿Es posible que vuelvas a sentir algo por mí? ¿Tengo una oportunidad de volver a tener un espacio en tu corazón? -

- Nunca lo ha dejado de tener... Sin embargo, le había pedido que me dejara seguir adelante -

El Hokage se quedó helado ante las palabras de Shizune, su voz era dulce pero sus palabras determinadas.

La opción de rendirse se presentaba nuevamente ante sus ojos.

Aunque,

Verla sentada frente a él, tan linda y frágil, con las manos temblorosas y el ceño fruncido.

Definitivamente, eso no era una opción.

- Sé muy bien que deseas ser feliz, y sé que es probable que esa felicidad la encuentres lejos de mi, pero me niego a conformarme, te quiero Shizune, no hay ninguna mujer en el mundo que me haga sentir tan vivo como tú -

- Kakashi-sama... -

- Solo te pido una última oportunidad para hacer las cosas bien, tengamos una cita -

- ¿Una cita? -

- No hablaremos nada relacionado con la oficina, el papeleo o problemas de la aldea, seremos los dos, disfrutando de un momento agradable y relajado, ¿Qué opinas? -

Shizune lo pensó por unos segundos, pero al ver el rostro expectante del hokage, terminó aceptando.

- De acuerdo, tengamos una cita- respondió sonriendo.

- ¡Bien! Te veo mañana a las 7 pm, pasaré a recogerte para nuestra cita -

- ¿Puede decirme a donde iremos? -

- Es una sorpresa, si de algo sirve, mañana me verás usando ropa formal- contestó Kakashi con un guiño mientras se ponía de pie.

Hacía mucho que Shizune no veía al peliplata tan animado.

- Debo irme antes de que la tormenta sea más intensa, nos vemos mañana Shizune - se despidió y salió del apartamento de su asistente.

Shizune continuaba en el sillón, procesando todo lo ocurrido, entonces giró su rostro a la ventana.

Está lloviendo...

¡Kakashi-sama se va a resfriar!

Rápidamente se levantó y tomó un paraguas, salió del apartamento y bajó corriendo las escaleras.

- ¡Kakashi-sama! - exclamó.

El rokudaime se dio vuelta sorprendido de escuchar la voz de su asistente.

- Shizune, ¿Qué pasa? -

Ella terminó de bajar y le entregó el paraguas.

- Tenga, no debe resfriarse --

- Oh, gracias Shizune, pero tú también te estás mojando - en seguida abrió el paraguas y lo colocó sobre ambos.

𝙴𝚕 𝚟𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚍𝚎 𝚂𝚑𝚒𝚣𝚞𝚗𝚎 | ᴋᴀᴋᴀꜱʜɪᴢᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora