XXXXIV. Regularidades y una sensación extraña.

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Shizune cubría su cuerpo con una manta ligera,Kakashi clavaba la vista hacia el techo cuando en realidad deseaba verla a ella, una vez más habían estado juntos, y cada vez que unían sus cuerpos, sentía que su mundo cambiaba, con el tiempo experimentaron hacerlo en diferentes lugares de sus casas, todo comenzó un día que Kakashi invitó a Shizune a comer, ella llegó a la hora acordada, llamó a la puerta un par de veces pero nadie abría, luego colocó su mano sobre la manilla abierta.

"Voy a pasar" anunció, quitó sus tacones y entró a la casa. Intentó llamar a Kakashi, y nuevamente no tuvo éxito. "Tal vez le ocurrió algo en el camino" pensó, y decidió ir a lavar sus manos para comenzar a hacer la comida, así cuando el ANBU llegara, podrían comer juntos. 

Entró al cuarto de baño y casi dio un grito cuando vio a Kakashi Hatake dentro de la tina con su libro naranja sobre el rostro, sigilosamente caminó hacia él, acercándo su rostro quitó el libro dejando al descubierto el apuesto semblante de su novio. 

Lentamente acarició la piel morena, haciéndo énfasis en el atractivo lunar que daba el toque final a la belleza del Hatake; cuando se disponía a dejarlo descansar, sintió como él sujetó su mano y la acercó para besarla, 

De un momento a otro, Shizune no llevaba más su kimono, ahora el sostén de encajes color beige y sus bragas a tono, robaban la atención del ninja que como siempre, se exitaba rápidamente al tratarse de ella. 

Terminaron teniendo sexo en la tina de baño, y después disfrutaron de una cena preparada por ambos. 

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Desde ese día inconsientemente, creaban oportunidades para hacerlo en la cocina, en el sofá más pequeño de la casa de Kakashi, en el suelo, sobre una cama, en una silla, no había límites.

Sus miradas llenas de complicidad casi los delataban al compartir el rato con sus amistades, o simplemente al encontrarse de casualidad en la aldea.

Todo era paz para Konoha, y por consiguiente las cosas marchaban bien,

 Los dos compartieron esa rutina por algunos meses hasta que llegó el invierno...

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- En dos días me iré a una misión que durará al rededor de dos semanas - comentó Kakashi incorporandose en la cama, comenzó a acariciar la sedosa piel de la pelinegra.

- Se sentirá como dos años - suspiró Shizune, que hace mucho no se separaba del peliplata. 

- Pero volveré, y recuperaremos ese tiempo perdido - aseguró plantando un beso sobre su frente. - Quédate ahí, yo prepararé el desayuno - 

Shizune asintió. 

Kakashi salió de la habitación cerrando la puerta tras sí; entonces ella deicidió levantarse para ducharse pues debía ir a trabajar. 

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- Los huevos están listos, sólo falta el tocino, ¿Puedes ayudarme? - indicó Kakashi desde la estufa al ver que Shizune llegaba. - Debo ducharme, tengo una reunión con el Hokage - 

- Claro - respondió ella y tomó la sartén, sacó unos trozos de tocino de la nevera y las puso a freír, el olor comenzó a despedirse con rapidez, y llegó hasta su nariz. 

Y se llevó la manga del kimono para impedir que el olor siguiera invadiento su olfato, nunca antes el aroma del tocino le desagradó tanto como esa mañana, y con todo el esfuerzo del mundo terminó de cocinar para Kakashi. 

- ¡Gracias por la comida! - dijeron ambos. 

- Oye, ¿Sólo comerás huevos? - preguntó el ANBU al contemplar el plato casi vacío de su novia. 

- Creo que hoy no tengo ganas de tocino - se excusó llevando su mirada hacia otro lado, el sólo escuchar hablar de carne de cerdo le daba nauseas, y no entendía por qué, ella nunca fue quisquillosa con la comida. 

Una vez terminaron de almorzar, salieron de casa.

- ¿Vas a la oficina del hokage? - 

- Sí, me llamaron para ajustar detalles sobre la misión de pasado mañana, pero antes, me gustaría que me acompañaras -

- ¿A dónde? - 

- Sólo sígueme - 

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Kakashi la llevó por una calle de la aldea, donde nunca antes estuvieron, subieron al segundo piso de unos departamentos y Kakashi llamó a una puerta de un color azul oxidado; una mujer de cabellos café claro bastante joven apareció frente a ellos. 

- Kakashi-san, hace mucho que no venía por aquí - parecía sorprendida.

- Sí, he estado ocupado, ¿Puedo verlo? Traje a Shizune para que le de un vistazo - 

La mujer asintió y les abrió espacio para entrar, el departamento lucía sombrío, y contaba con pocos muebles, giraron casi al instante, llegando a una habitación con una pequeña cuna, dentro un lindo bebé de cabellos rubios dormía plácidamente. 

La médico estaba confundida, nunca antes había visto a ese pequeño, además, ¿Por qué Kakashi la llevaba a verlo? ¿Sería un hijo suyo? 

- ¡Ha crecido mucho! Está por cumplir tres años, ¿Cierto? - intentó hablar con suavidad para no despertarlo. - Ven, quiero que conozcas a Naruto - su voz sonaba orgullosa.

- ¿Naruto? - Shizune lo supo cuando vio el rostro del niño - ¿Acaso él...?

- Uh, es el hijo de Minato-sensei y Kushina-sama - sus ojos se cristalizaron una vez habló.

- ¿Por qué está en un lugar así? -

- Fueron ordenes del Yondaime, quiso protegerlo, pocos saben que Naruto es su hijo, de hecho está prohibido hablarlo con otras personas, sin embargo, quiero que le des un vistazo, eres la mejor médico que conozco -

- Cuando lo hemos llevado al hospital los doctores no son tan amables con él - interrumpió la mujer castaña.

- Entiendo... pero probablemente deba despertarlo - 

Shizune comenzó a examinar al pequeño, quien al paso de unos minutos despertó y observó fijamente a la kunoichi con sus grandes ojos azules.

- Buenos días Naruto-kun, soy Shizune, disculpa, te desperté, pero estoy haciendote una evaluación médica, aunque debo decirlo, estás en buen estado de salud - 

El rostro de Naruto se iluminó, esa chica, sus ojos no lo veían como los otros médicos, ella lo miraba con bondad, y sus palabras eran tan cálidas y amables...

Sólo sonrió. 

- Bien, hemos terminado por ahora, no tengo nada que decir, Naruto-kun está excelente - 

- Gracias, Shizune-san, espero que pueda venir a visitarlo regularmente, ¿No es así, Naruto? -

- ¡SI! Vuelve pronto Shizune-san - 

Kakashi y Shizune se despidieron de ambos y volvieron al trayecto habitual por la aldea.

- ¿Estás bien? Te noto muy callada - se preocupó Kakashi. 

- No puedo creer que el hijo de Minato-sensei viva en esas condiciones - dijo con la voz apagada, sintió como el pecho le ardía.

- Es la vida de un shinobi, tu y yo lo sabemos bien -

- Es que, él es tan pequeño, tú y yo teníamos edad suficiente para cuidarnos cuando nos quedamos solos... -

- Tienes razón, en comparación con él, ambos fuimos afortunados -

Shizune permaneció en silencio.

- Por eso, decidí que no tendré hijos, no hasta que el mundo esté en paz, y si no puedo lograrlo, es mejor así, no sería justo traer a más personas inocentes a sufrir a este mundo, ¿No lo crees? -

Y ella no supo que responder, pues si sus conocimientos médicos no fallaban, los planes de Kakashi podían verse afectados muy pronto. 

 ღ Continuará...





𝙴𝚕 𝚟𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚍𝚎 𝚂𝚑𝚒𝚣𝚞𝚗𝚎 | ᴋᴀᴋᴀꜱʜɪᴢᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora