XXXXII. El libro

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Shizune dio un vistazo al reloj de su consultorio: 7:45 PM
Se había sumergido tanto en la revisión de los expedientes de los nuevos genin, chunin y jounin, que olvidó la hora de la comida.

Sintió su estómago quejarse por el hambre, así que guardó todo lo que había en el escritorio dentro de los respectivos archiveros. Tomó su bolso, y salió del hospital.

Tomó el atajo a casa, pues aún recordaba la promesa de ir a cenar con el Hatake, pero antes debía ir por su pijama y cosas personales.

Cuando tuvo todo listo se encaminó a la casa de Kakashi, se sentía nerviosa, y a la vez expectante por pasar una noche nuevamente junto a él.

- Pasa, la cena está casi lista - la saludó Kakashi abriendo la puerta, llevaba una playera sin mangas que dejaba a la vista sus brazos, y un mandil encima.

Al ingresar, el delicioso aroma de la cena, invadió su nariz.

- Algún día de estos yo seré quien prepare la cena - dijo Shizune acercándose a la cocina, donde Kakashi trabajaba con ese estilo relajado.

- Descuida, me gusta cocinar para ti -

- Pero me siento incómoda haciendo nada -

- Puedes preparar el té, a ti siempre te sale delicioso - indicó.

Pasados unos minutos, sirvieron la esperada cena, y se quedaron hasta tarde conversando mientras tomaban el té y comían galletas de mantequilla.

El sol ya se había metido hace mucho, y comenzaba a sentirse la frescura del otoño, que llegaría al cabo de unas semanas.

Kakashi comenzó a recoger las cosas de la mesa, y juntos lavaron la vajilla, el lugar quedó impecable.

- Me voy a dar una ducha antes de dormir, ponte cómoda- indicó el peliplata dirigiéndose a la ducha.

Shizune era curiosa, sí. Pero siempre respetaba la privacidad de los demás. Caminó hacia la sala, donde había un sillón largo color gris, frente a él un mesita de madera con un libro sobre ella. Un libro color naranja con una portada curiosa.

"A Kakashi siempre le ha gustado leer" pensó con una sonrisa.

Probablemente hubiese seguido su expedición sin prestar atención a dicho objeto de no ser por las letras que llamaron su atención.

¡Jiraiya-sensei ha escrito un libro!

Sí, en efecto, el nombre del gran Jiraiya estaba grabado sobre la pasta.

Así que le dio curiosidad saber qué clase de cosas podía escribir, tal vez romance donde desahogara la agonía del eterno amor por Tsunade, o un libro de aventuras, claro, Kakashi no leería algo romántico, ¿O sí?

Sin pensarlo más, se sentó cómodamente y abrió el libro apartando el separador de su sitio, comenzó a leer desde ahí, sólo quería saber si el estilo de escritura del sannin, sería de su agrado.

De un momento a otro, su rostro se ruborizó.

¡Qué material tan explícito!

𝙴𝚕 𝚟𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚍𝚎 𝚂𝚑𝚒𝚣𝚞𝚗𝚎 | ᴋᴀᴋᴀꜱʜɪᴢᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora