LXXII. La noche en que Anko lloró.

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- Más vale que no sea otro de tus desafíos raros de media noche... - el hokage volvió a entrar al departamento, mientras Gai iba tras él.

- ¡Shizune-san! No sabía que estabas aquí.

- Descuida, yo ya estaba por marcharme...

La kunoichi fue por su bolso y se dirigió a la puerta.

- ¿De verdad no puedes quedarte? - insistió el hokage una vez se despedía de ella en la entrada.

- Será en otra ocasión, al parecer Gai-san te necesita.

- De acuerdo...

Una vez Shizune se marchó, Kakashi se dirigió a la cocina.

- ¿Estás seguro que no interrumpí algo importante? Te noto un poco ansioso...

- ¿Tú crees? - el sexto arrojó una lata de cerveza a espaldas de su rival, quién se dio vuelta para atraparla antes que se estampara contra su cabeza.

Gai mostró su sonrisa de triunfo y levantó el pulgar.

- Bien, ¿Y qué es eso tan urgente que querías decirme?

Preguntó Kakashi sentándose a lado de Gai.

- Creo que la mizukage está actuando de forma extraña conmigo, mi intuición me dice que... Intenta reclutarme para dejar Konoha y llevarme a su aldea, ¡No lo puedes permitir Kakashi! ¿Qué será de ustedes sin mí? -

Shizune comenzó a andar por las calles de la aldea, vacías y silenciosas ya que casi era media noche.

Unos metros después, divisó un par de siluetas conocidas, parecía que el de la izquierda sujetaba al de la derecha, ayudándole a caminar.

- ¿Esos no son?...

Genma se sorprendió de ver a Shizune, levantó su mano disponible en forma de saludo, ya que con el otro brazo apoyaba a Anko que estaba demasiado ebria para mantenerse de pie sola.

- Shizune-san, qué sorpresa encontrarte...

- Este camino me lleva a un atajo que da cerca de mi departamento. Y... ¿Por qué dejaste que bebiera tanto?

La pelinegra se ofreció a ayudar a Genma con el lado izquierdo de Anko.

- No me di cuenta, me distraje tanto hablando de mis problemas que cuando me di cuenta ella ya estaba dormitando y balbuceando cosas sin sentido, decidí que lo mejor era llevarla a su casa.

- Ya veo... Entonces permíteme ayudarte.

Genma, Shizune y Anko a rastras, continuaron su camino hacia el departamento de la Mitarashi que estaba a unos metros de distancia.

- Shizu-chan... - balbuceó la mujer.

- Anko-san, buenas noches, espero no te importe pero los acompañaré el resto del camino, estás en muy mal estado.

Anko sólo asintió y apoyó su cabeza en el hombro de Shizune, quién sentía que algo andaba mal.

- ¿Mamá? -

𝙴𝚕 𝚟𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚍𝚎 𝚂𝚑𝚒𝚣𝚞𝚗𝚎 | ᴋᴀᴋᴀꜱʜɪᴢᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora