𝙴𝚕 𝚟𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚍𝚎 𝚂𝚑𝚒𝚣𝚞𝚗𝚎 | ᴋᴀᴋᴀꜱʜɪᴢᴜ

I. ¿Cómo comenzó todo?

En una lluviosa mañana para la aldea de Konoha, Shizune Kato estaba de pie frente al espejo del baño, observando detalladamente su rostro, era su cumpleaños número treinta y cinco y había sido la primera en despertar, algo inusual, sin embargo, una extraña sensación estomacal le había hecho abrir los ojos y correr al baño.

— Shizune, ¿Estás ahí? —  era la voz de Kakashi.

— Sí, salgo en un momento — respondió a la brevedad.

—¿Todo bien? —

— Sí — afirmó, deseando que el ninja volviera a la cama.

En una toalla de manos envolvió el artefacto que segundos atrás yacía sobre el lavabo, la alarma había sonado segundos atrás, pero, ella era incapaz de observar el resultado. Finalmente, se llenó de la fuerza suficiente y a la cuenta de tres giró la prueba de embarazo, con las manos y piernas temblorosas, mas el corazón latiendo a toda velocidad confirmó la noticia. 

¡Estoy embarazada! La voz de su cabeza gritó. 

Sostuvo la prueba en la mano derecha escondiéndola tras su espalda, abrió lentamente la puerta del baño y observó al peli plata recostado en la cama que compartían, leía, -como siempre- su pequeño libro naranja con bastante interés tal cual fuera la primera vez. 

Al escuchar los pasos de Shizune, puso el libro sobre su pecho y se detuvo a contemplar el rubor en su rostro. 

— ¿Estás bien? — preguntó al momento que ella se sentaba en un costado de la cama frente a él.

— Tengo algo que decirte — contestó nerviosa sin mirarlo a los ojos.

— ¿Qué pasa? 

—Ah, está bien, yo puedo — murmuró.

Kakashi arqueó una ceja, la espera lo ponía nervioso. 

— Vamos, puedes decirme lo que sea, cariño — intentó animarla. 

— Estoy embarazada — soltó de golpe mientras mostraba la prueba de embarazo.

— ¿Eh? — se sorprendió el sexto hokage boquiabierto —¿Un bebé? — rascaba su cabeza nervioso. 

Antes de que Shizune pudiera decir algo más sintió como Kakashi se abalanzaba sobre ella y le rodeaba con sus brazos, el blanco rostro de la médico quedó sobre su pecho y pudo escuchar como el corazón del ninja se salía de emoción. Cerró los ojos con algunas lágrimas y en la habitación silenciosa Hatake Kakashi le dijo "Gracias Shizune".

Ella sólo asintió, intentaba recordar cómo habían iniciado con tan peculiar historia, siendo honestos, cualquiera que los conociera desde niños, sabría que son polos opuestos, cualquier chico de la academia pudo llamar la atención de Shizune, pero Kakashi fue el primer amor de la pelinegra, y ella recordaba muy bien porqué...

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Una cálida mañana de junio, Shizune Kato despertó cuando el sol aun no salía, para alistarse, pues su primer día en la academia estaba por iniciar, hizo la cama, se vistió con su típico vestido color lavanda acompañado de una cinta carmesí, su cabello nunca fue problema, siempre lo dejaba suelto y como era bastante corto, le tomaba menos de cinco minutos estar lista.

Al bajar al comedor, se encontró con una imagen bastante graciosa; el tío Dan usaba un mandil color blanco sobre su uniforme jounin, tenía un recipiente con mezcla para panqueques, y rastros de ella en el rostro.

-Buenos días Shizune – saludó alegremente agitando la espátula, esto hizo que se derramara un poco de la masa al piso.

- Buenos días tío Dan – respondió la niña, a pesar de que la escena era bastante graciosa, no podía permitirse hacer comentarios al respecto, no quería avergonzar a su tío.