XXXII. Fuegos Artificiales.

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- A mí me parece que ese color te queda muy lindo - decía Kurenai Yuhi sentada en el suelo, sosteniendo un espejo mientras se colocaba un lápiz labial color rojo.

- Estoy de acuerdo, te ves bellísima - soltó Anko.

Shizune se ajustó el kimono recién comprado, a ella también le encantaba pero había un problema, al comprarlo, no se percató de una abertura en la pierna izquierda, la cual era bastante discreta, de hecho podía pasar desapercibida, si Anko no lo hubiese mencionado, haciéndo a la Kato dudar de su elección. 

- El color me agrada, pero no soy fan de mostrar mi cuerpo... - 

- Nadie lo notará - y levantó un poco la tela, dejando a la vista una de las piernas de Shizune. - Aunque, siendo honesta, si yo las tuviera tan atractivas como tú, no dudaría en mostrarlas - añadió la Mitarashi con unañ intento de mirada pervertida.

Anko y Kurenai comenzaron a reír al ver la mueca que Shizune hizo. 

- Así es Anko, discúlpala - exclamó la de ojos carmesí, secando unas lagrimillas.

- Bueno, creo que lo usaré, no tengo otra cosa que ponerme - se rindió la ninja médico.

Kurenai la tomó por el brazo y sentó a Shizune frente a ella para comenzar a maquillarla. Primero aplicó un poco de máscara sobre sus pestañas, pasó un cepillo diminuto para peinar las cejas, colocó rubor color durazno sobre las pálidas mejillas de Shizune. 

Anko se acercó con un labial color rojo igual al del kimono y lo puso en los labios de Shizune.

 - ¿No crees que es muy llamativo? - replicó la Yuhi, que ahora se encargaba del cabello.

- Espera- ordenó Anko y con un pañuelo desechable quitó el exceso, el color lucía ideal, lo que ahora llamamos "efecto labios mordidos".

- ¡Qué bonita te ves Shizune! - chilló Kurenai, y dicho esto puso el toque final al peinado, un kanzashi negro con detalles dorados y rojos, había recogido el cabello de Shizune, dejando un mechón a cada lado.

- ¡Listo! - agregó y se incorporó, ayudandole para que la acompañáse frente al espejo. 

Y por primera vez en su vida, Shizune fue consciente de lo linda que era, no sólo por la ropa, el peinado, o el maquillaje, sino por esa gran sonrisa que acompañaba el atuendo, sin duda, su arma más poderosa.

(...)

Las 6:30 pm.
Guardó todas sus cosas en la pequeña mochila que había llevado a casa de Kurenai, ya que, al igual que Anko, dormirían ahí esa noche, pues era el sitio más cercano al área donde se llevaba a cabo el festival. 

- ¿Ya nos dirás con quién tienes esa cita? - preguntó una curiosa Anko.

- No la presiones - la regañó Kurenai - aunque admito que a mí también me gustaría saber - añadió en voz más baja.

- Bueno... Yo, saldré con... Kakashi-kun - contestó casi murmurando, las otras chicas se quedaron boquiabiertas.

- Con Kakashi Hatake, ¿El  mismo que ha rechazado a una multitud de chicas desde la academia? - Anko se llevó las manos a la cabeza.

𝙴𝚕 𝚟𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚍𝚎 𝚂𝚑𝚒𝚣𝚞𝚗𝚎 | ᴋᴀᴋᴀꜱʜɪᴢᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora