Capítulo 53

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Su corazón estaba desbocado y sentía calor en partes del cuerpo que pensaba que estaban muertas. Jackson inclinó su cabeza y recorrió su cuello con la lengua. Helen se estremeció y un gemido escapó de sus labios.

Jackson quería darle una noche mágica a Helen. Es por ello, que quiso ir lento. Necesitaba verla suplicar.  Tomó su corbata y le vendó los ojos.  En un principio, Helen sintió miedo, estuvo tentada de quitarse la venda.

Sin embargo, tenía que dejar sus temores fuera de esta relación y darle a Jackson la oportunidad de demostrar que tipo de hombre era. 

Jackson la guía con cariño a la cama, donde la ayudó a recostarse.  Se alejó , esperando reconocer si estaba incómoda. Helen tenía la piel rosada, su pecho subía y bajaba muy rápido. Su boca estaba entre abierta, mientras su lengua recorría sus labios.

Jackson se endureció al observar e imaginar, su boca recorriendo su miembro. ¡Dios, como la deseaba! Pero necesitaba controlarse, ella era la prioridad está noche.

Helen estaba ansiosa. Sintió frío al momento que Jackson la dejó sola en la cama. De pronto cayó  en cuenta que estaba desnuda y vendada en la cama. Sintió pudor, después de todo era una mujer mayor. ¿Estaría Jackson estudiando su cuerpo? ¿y sí descubría esas estrías que tenía en su bajo vientre?

Se sintió tentada a levantarse y huir. Sin embargo, otra emoción la controlaba por encima del miedo. Estaba excitada, su cuerpo controlaba sus emociones.

Aún estando sola en la cama, podía sentir la mirada de Jackson recorriendo su silueta. Comenzaba a creer que estaba enloqueciendo, pues podía sentir calor en algunos puntos de su cuerpo, en donde suponía Jackson posaba su mirada.

- ¡Jackson!- Helen se rompió finalmente dejándose llevar por su deseo. Esa fue la señal que necesitaba Jackson.

Se subió a la cama, Helen sintió el momento en que Jackson entro a la cama. Jackson comenzó a recorrer sus piernas con exquisita delicadeza. Helen se sintió turbada. Sus piernas se abrieron al contacto. Escucho sonreír a Jackson, eso la excitó más.

Jackson estaba necesitado, quería probar cada rincón de su cuerpo. Como un codicioso, se inclinó y dio rienda suelta a su deseo. Saboreando la piel de su esposa. Ella se estremeció, pero no sé aleja del contacto. Al contrario acercó más su cuerpo a la lengua de Jackson.

Jackson se dio banquete con sus piernas, subiendo lentamente por sus muslos internos. Quería probar sus mieles, estaba intrigado por su sabor. ¿Sería tan dulce como ella?

Tomó sus piernas y las abrió, descubrió su capullo. Rosado y muy húmedo. Le sorprendió y emocionó, dándole la prueba de que ella estaba disfrutando tanto como él. Se le hizo agua la boca, sintió la necesidad de probar su néctar. Colocó sus labios alrededor de su capullo y succionó, cual niño que se da su primer festín en el seno de su madre.

Helen arqueó su cuerpo, las sensaciones la abrumaban. Jamás se había sentido así. Un calor se construía lentamente en su bajo vientre. Jackson lamió y succionó sin descanso. Hasta que el capullo creció y tomo un hermoso color rojo intenso. Helen suplicaba y gemía, mientras sus manos retenían la cabeza de su esposo entre sus piernas. Había perdido la capacidad de raciocinio y solo deseaba sentir placer.

Jackson estaba hambriento su néctar era dulce, como el imaginó. Jamás se cansaría de probarla. Su hermosa Helen estaba tan cerca de llegar.

Escuchó el momento exacto en el que Helen tuvo su orgasmo. Su pelvis intentó levantarse del colchón. Jackson se sentía dichoso, levantó su rostro saboreando aún las mieles de su esposa. Helen estaba desparramada, con su respiración acelerada. Su piel estaba toda roja. Y sus manos retenían las sábanas.

Jackson lamió su ombligo, un débil gemido escapó de Helen. Siguió su camino, se encontró con sus turgentes pechos.

Sus aureolas rosadas lo obnubilaron. Recorrió sus labios hambrientos con su lengua. Sus manos masajearon los senos, haciendo ahínco en sus pezones. Helen gimió, abrió sus piernas cual meretriz. Dando cabida al cuerpo de Jackson, quien se había desnudado mientras Helen estaba vendada.

Helen sintió el miembro duro de Jackson tocando uno de sus muslos. Tenía miedo, pero al mismo tiempo estaba emocionada. Quería sentirlo dentro de ella. Hasta este momento no se había dado cuenta, cuan sola se había sentido.

Tenía tanto tiempo sin conectar con nadie. Sintió la boca de Jackson tomar posesión de uno de sus pezones y súbitamente se volvió a sentir muy excitada. Jackson era gentil en tu trato pero directo. Mientras una mano masajeaba y pellizcaba su pezón. Su boca se daba deleite con el otro seno. El no poder ver lo que Jackson hacía con su cuerpo, la hacía sentir muy excitada. Él tenía el control de su placer, y aunque había estado en una relación abusiva. Reconocía que le gustaba ser poseída. Esperaba que su necesidad de sumisión no la llevará otra vez a la perdición.

Jackson subió por su pecho y poseyó sus labios como un hambriento. Helen se entregó de lleno al beso, logrando saborear su propios fluidos. Jackson ubicó su pene entre los labios vaginales de Helen, dejando que la humedad le permitiera entrar. Helen se preparó para su invasión. Harry tendía a ser brusco. Jackson fue entrando lentamente. Besando sus labios, mejillas y cuello. Susurrándole palabras de amor, que hacían a Helen estremecer.

Cuando estuvo totalmente dentro de ella, se quedó quieto esperando que ella se adaptará a su tamaño. No era más grande que Harry, pero si más grueso. Helen se sentía muy llena.

Jackson estaba intentando mantener el control, no quería lastimarla. Pero se sentía tan bien estar dentro de ella. Respiró, esperando a que Helen se acostumbrara a su tamaño. Observó su cuerpo, esperando algún rechazo o malestar. Helen tenía una sonrisa en su rostro. En ese momento supo con certeza que estaba lista para él. Comenzó a bombear, Helen curvo su cuerpo abriéndose más para él. Jackson perdió en poco control que le quedaba y se entregó al vaivén, escuchaba sus gemidos de placer. Sintió el sudor rodar por su espalda, estaba próximo a llegar. Sin embargo, no lo haría hasta que ella llegase.

Aceleró sus movimientos y su mano se adentró entre sus cuerpos, buscando su vulva de placer, la tomo entre su pulgar e indice y dio un pellizco. Que lanzó a Helen a un orgasmo enloquecedor. Jackson se dejó ir sintiéndose completo, estaba en el lugar correcto. Este era su hogar.

Holaaaaaa!!! Estoy en mis días de  menstruación

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Holaaaaaa!!! Estoy en mis días de  menstruación. Esos son los peores días del mes. Me siento de muerte y por ello no he publicado. Hoy sin embargo, me siento mucho mejor, aunque aún me faltan dos días de prisión.

Aquí les dejo el capítulo que les debía. ¿Qué les pareció la primera vez de Helen y Jackson?

Nos leemos pronto...

Nacida para Pertenecer (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora