Layne miraba al techo desde hace horas, intentando comprender la situación. El Doc había estado como cada tarde en casa, para revisar su estado. Le había alegrado, ver que ya había salido de la catatonia.
Pero no fue tan placentera la visita, pues el Doc insistió en saber a detalle, lo que le llevó a ese estado. Para ella fue muy duro explicárselo sin entrar en divagaciones.
- Layne, tu vida ha sido difícil. Pero huír no es la solución a los problemas- dijo quitándose sus lentes- eres una chica muy fuerte, no necesitas esconderte. Además los problemas no se resuelven solos. Ahora hablemos de esos chicos que vinieron a verte.
La sola mención de Daniel y Dante, la sonrojo haciéndola sentir caliente y muy excitada. El Doc noto el cambio, le miró con atención. Desde el ataque nunca había visto que reaccionara así al sexo opuesto. De hecho pensaba que Layne, nunca llegaría a tener una relación con el sexo opuesto.
- ¿Cuál de los hermanos te gusta? - pregunto, ella ocultó su rostro con sus manos. Le avergonzaba decirle la verdad- ¿Layne?
- Los dos - dijo en un suave susurro, esperando que él no pudiese oír con claridad.
El Doc se asombro de su declaración, intentó calmarla y hacerle saber que estar confusa era normal. Pues ella no había tenido ninguna relación anterior. Le prometió que eso cambiaría, pronto escogería entre alguno de los dos hermanos.
Ahora mirando al techo, ponía en duda esa declaración. Porque sentía por ambos lo mismo. Con la misma intensidad. Al parecer a ellos no les disgustaba compartirla. Así que ¿Porqué debería elegir?
-¿Nane? - la hermosa carita de Jayden, asomó desde la puerta. Estaba muy emocionado que ella volviese a estar bien, aunque había adelgazado mucho, le costaba estar de pie y se mareaba.
El Doc le había indicado reposo absoluto, así que su hermano se había autonombrado su enfermero. Su sola presencia era salvia para sus heridas.
- Te hice quecas - dijo emocionado. Entró con un plato de panquecas con sirop de chocolate. Layne amaba el chocolate.
Desde que reaccionó le había sido difícil comer, al pasar tantos días sin hacerlo. La comida se le hacía pesada. Pero sabía que debía sentirse bien, para que ellos vinieran a verle.
- ¡Ummm!¡Que rico, cielo! Gracias- Jayden se sentó en la cama, tomo el tenedor y pico un trozo de panqueca.
- El ayioncito- convirtió el tenedor en un avión, que iba aterrizar en la boca de Layne. Está era la forma como se le daba de comer a él.
Una media hora más tarde, él plato estaba vacío. Layne tenía el pecho lleno de sobras o manchas de comida. Su enfermero no era muy buena dando de comer, pero la intención era lo que contaba.
- Layne- dijo Ángel entrando a la habitación- ¿podemos hablar?
Desde la tarde anterior, le había huido a esa conversación. Él quería entender lo que sucedía y la verdad ella no lo comprendía. Pero no podía seguir dando largas a la conversación.
- Déjame limpiarme primero- dijo Layne dirigiéndose al baño.
Los siguiente minutos, estuvieron llenos de excepticismo e incrédulidad. Explicarle a Ángel, que en realidad no conocía a los hermanos, que sólo los había visto en sueños fue muy difícil. Por cada explicación, más preguntas salían.
Ella estaba tan o más confundida que Ángel. Al pensar en los hermanos, su cuerpo se calentaba y su mente le decía que todo estaría bien.
- Sé que suena loco- dijo agotada, después de intentar explicar tal locura- pero es lo que pasó. Y yo estoy muy confundida. Ellos en mis sueños no se ven como en la realidad.
- ¿Qué quieres decir? - pregunto preocupado, Ángel.
- Los soñé por muchos días, pero no como humanos. Ellos en mis sueños eran... lobos- dijo mirando fijamente la reacción de Ángel.
- ¿Cómo puedes saber que son ellos si no les has visto el rostro?
- la noche antes de lo de la disco, los soñé. Ellos eran humanos- se quedó sin aire, al recordar las sensaciones del sueño- por eso sé que son ellos. Era sólo un sueño y luego paso lo de la disco. Ahora no sé que es real y que no. Porque si ellos son reales, ¿Quiere decir que son lobos?
Quedaron en silencio, ella debía saberlo. Sin embargo, ellos le hicieron prometer que serían ellos quienes le contarán la verdad. Ángel tomó sus manos entre las suyas e intento darle calma ante tanta emociones.
- ¿te gustan? - pregunto sintiéndose mal por meterse en su vida. Estaba preocupado, no quería que saliera herida.
- Es muy extraño- respondió
- ¿Porqué?
- Es como si les conociera de toda la vida- le miró buscando la aceptación - ellos me dan seguridad, es una locura porque no los conozco. Hasta ayer no sabía sus nombres. Pero es lo que siento. Creo que estoy enloqueciendo.
Se levantó de cama, lo hizo tan rápido que se mareo. Ángel la tomo en brazos antes de caer.
- ¿ Qué le sucede? - escucharon preguntar desde la puerta a Dante , preocupado. Habían llegado. Layne sintió como su corazón se desbocó de la emoción.
Dante se acercó, tomo a Layne de los brazos de un, muy asombrado Ángel. Se sentó en la cama, con ella en su falda. Le acaricio con dulzura su cabello, detallando su rostro.
- Sólo me maree- contesto Layne. Abrumada por la situación.
Daniel entró unos minutos más tarde, con Jayden en los brazos. Al parecer el enfermero ya había sido comprado. Al ver esa imagen, Layne se sintió tranquila. Deseaba que los hermanos pudiesen llevarse bien con su familia.
- Buenas, Buenas- dijo Harold entrando intespectivamente - ¿Cómo sigue mi bella Layne?- pregunto, mirando por toda la habitación- veo que vas mejorando.
Harold era siempre una pequeña linterna, alumbrando la oscuridad. Layne podía ver la razón por lo que Alan se estaba enamorando. A Layne le preocupaba la forma tan libre como se comportaba. Temía que le rompería el corazón a su amigo.
- Hola, bella - saludo Alan. La habitación estaba a desbordar.
- nos gustaría hablar contigo- dijo Harold. Eso extraño a Layne. ¿qué tenía él que hablar con ella?
- ¿nos? ¿quienes? - inquirió dudosa.
Hola, ¿Cómo creen que termine esta conversación? ¿Qué creen que le dieron al enfermero para comprar su amor?
Nos leemos pronto...
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Nacida para Pertenecer (Borrador)
Hombres LoboEl mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...