Capítulo 4

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Ángel

Estoy muy enojado, mi pobre nena ha pasado por tanto. Y ahora que le pase esto. Cuando recibí la llamada del trabajador social, quería morir. No la pude proteger, ese animal abuso de ella y la sodomizó.

Me siento muy culpable, para colmo no le puedo hablar de lo sucedido. Sabía lo que él estaba haciendo y no hice nada. Ella había huido, alejándose de ese animal. Cuando me llamó servicios sociales, quise ir y matarlo con mis manos.

Si no hubiese sido por los otros niños, ella estaría muerta. Los niños se habían regresado temprano a casa, al llegar escucharon como él se reía, mientras sodomizaba a Layne. Ellos lo atacaron, amarraron y luego llamaron a la policía.

Ahora estaba en prisión, pero el daño ya estaba hecho. El psiquiatra estaba alerta, porque no sabía como iba reaccionar Layne, al volver a recordar todo. Melanie estaba angustiada, le había tomado cariño.

Estábamos llevando sus cosas a mi casa, ahora que ella podía vivir allí sin problema. El estado me había dado su custodia sin problema, después de todo lo que pasó. El escándalo y la opinión pública, los estaba persiguiendo.

Layne es muy fuerte, sé que saldrá de está situación. Lo que no me queda claro, es si podrá tener una vida normal.

- Bueno- dijo Melanie, sacándome de mis pensamientos - ya está listo su cuarto.

Nos habíamos dedicado dos días enteros, pintando la habitación y decorando el cuarto. Me costó la decoración, Layne no era una adolescente normal y en el tiempo que estuvo en el bar, no había llegado a conocer que le gustaba.

Miré la habitación, era sencilla. Melanie decidió que la pintaramos de azul celeste. Ella no tenía mucho, imagino que con el tiempo iría personalizando su cuarto.

- ¿Crees que le guste? - indagó

- Sí, sabes que ella no es exigente.

- ¿Qué tienes? - se acercó y me miro a los ojos.

- Es sólo... que estoy muy asustado- Ella me abrazó, para darme aliento. Comencé a llorar - No sé, que voy hacer cuando recuerde, como se va a comportar. Además el médico dijo...

- ¿Qué? - me miro con intensidad, sus lágrimas decoraban su rostro.

- Ese animal la reventó, él no creé que pueda llegar a ser madre algún día.

- ¡Dios! - tapó su boca con las manos, mientras sollozaba. Le abrace, mientras llorabamos, por lo perdido. Debíamos ser fuerte para todo lo que vendría.

Como soy hombre soltero, sabía que lo mejor era casarme con Melanie, ahora que Layne viviría conmigo. Estaba ansioso por proponérselo, pero no ahora. No quería que ella creyera que la usaba. Porque no es así. La amo, la quería a mi lado.

- Debemos ser fuertes por ella- dice mientras se limpia el rostro- darle el amor que le faltó.

Melannie, es una mujer hermosa. Llena de vida. Al principio, cuando Layne llegó, estuvo celosa y dudaba de mi amor. Entendí su comportamiento, pero Layne se la había ganado. Con el tiempo, sus dudas desaparecieron, adoptó a Layne como una hermana.

Hoy sería dada de alta, ella igual debía ir a consulta psiquiátrica hasta que recordara lo que pasó. No era algo que a Layne, le emocionara. Odiaba no saber lo que le había pasado. Ya me había hecho varias pataletas, molesta porque no le decía.

Estaba ansiosa por llenar los espacios en blanco. Su carácter risueño se estaba convirtiendo en iracundo. Su cara, estaba aún hinchada y llena de hematomas. El animal le había roto la nariz y la mandíbula. Le había roto varias costilla, una de ella se le había incrustado en el pulmón. Por lo que tuvo que usar respirador. Aún hoy había momentos en que le costaba respirar. Una pierna rota, tendría que hacer terapia para la movilidad.

Nacida para Pertenecer (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora