Capítulo 64

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- cuanto daños se han hecho unos a otros, por avaricia, machismo y control- dijo mientras las lágrimas recorrían su rostro- pero tú eres el inicio del cambio, tú serás la que de fin a este ciclo tan tóxico. Pero pequeña no será un trabajo nada fácil, sin embargo yo te acompañaré en cada paso. Te daré lo que no le he dado a ninguno de mis hijos.

Layne la observó aún sin comprender que pasaba. Madre continuó, mirando fijamente a su creación.

- Te daré, parte de mi poder, serás parte diosa y parte mortal- Layne se asustó con esa declaración.

- Mi señora, ¿Porqué? No soy nadie, solo una niña abandonada. No merezco tal confianza de su parte- dijo con el corazón latiendo como un tambor de guerra.

- Eres mi creación- sus manos se pasarán en el rostro de Layne, la observó con ternura. Como una madre mira a su pequeña- se lo que eres y lo que no. Tus fortalezas y debilidades, todas las hice parte de ti. Eres mi niña, mi consentida. He puesto en ti todas mis esperanzas. Porque Layne estamos al borde de la destrucción de tu raza.

Layne se mantuvo en silencio, no sabía cómo reaccionar. Se sentía temerosa y al mismo tiempo, quería proteger aquellos que conocía y ya amaba.

- por eso eres perfecta para la misión- expreso madre- porque antepones las necesidades de otros ante las tuyas. Mi pequeña, el mundo te ha hecho creer que eres débil, que necesitas de otros. No, la verdad es que sola podrías con esta misión. Te he creado con un gran poder, y te di a dos compañeros. No porque sin ellos eres débil, sino porque te quería acompañaba y amada.

Layne levantó su mirada interrogante. Madre la miró con ternura y sonrió.

- Sí mi pequeña, ellos te aman. No he sido yo- dijo tomando sus manos entre las suyas- los creé para ti, eso es cierto. La química, como ustedes le llaman, los hizo perseguirte esa noche de la fiesta. Pero el amor por ti, los hizo esperar a que estuviese preparada para ellos. Un lobo, le hubiese costado mucho, dejar de lado sus necesidades físicas, sino tuviese sentimientos por esa persona. Ellos te aman, mi niña. ¿Y quien no lo haría?

- ¿Que poderes me estás otorgando? - indago Layne para distraer a madre.

- Veo que el tema te incomoda- soltó sus manos y camino alrededor de Layne- tus poderes los irás descubriendo a según como los necesites. Y recuerda que tú no necesitas de tus compañeros, pero ellos si de ti. Por lo que, con el pasar del tiempo y la consumacion de su unión, tus poderes también ellos los irán adquiriendo, solo que no los dos. Lo que uno tenga, el otro no. Es mi manera de mantenerlos unidos y fuertes como hermanos y tus compañeros.

Layne se sintió en calma.y con paz. Inspiró profundo, el aroma de madre era exquisito una unión a roble y madre selva.

- bien debemos despedirnos pequeña.

- ¿Te volveré a ver? - pregunto ansiosa Layne

- cada vez que me necesites, nos encontraremos aquí- comenzó a caminar de regreso por donde había llegado- por cierto, nuestros encuentros deben quedar en secreto, de la misma forma que tus poderes. Solo tu y yo, lo vamos a conocer. Nadie debe saberlo nunca. Te volverías un riesgo mayor al que ya eres, pero esta vez también para pa humanidad. Eres una diosa, recuérdalo. En una época pasada, eran perseguidas por brujas y hechiceras.

Y sin más, la bruma volvió. Dejándola sola...

Despertó, su cuerpo estaba sudoroso. Un calor intenso se propagó por su cuerpo. Layne levantó la vista y miro con horror con esa sensación, tenía luz. La luz la recorría por todo el cuerpo, con cada espacio tocado por la luz, su cuerpo se sentía lleno de vigor y fuerza.

Miro su cama, estaba vacía. Pero esta vez no sintió, dolor o miedo. Solo lamento el alejar a sus compañeros. Debía conversar con ellos.

Se levantó y vistió, necesitaba correr y drenar un poco la energía, que al parecer madre le había dado.

Al salir de su habitación, se sorprendió al encontrar a  Dante y Daniel, sentados a cada lado de la puerta. Su corazón se exaltó. Le miraron con miedo, al parecer  sabían que algo ocurría.

Comenzó a caminar, necesitaba correr en su forma de loba. Tenía muchos días sin haberlo y podía sentir a su loba ansiosa. Escucho como ambos la seguían.

Salieron de casa, su loba tomo control. Y en un salto se convirtió, comenzó a correr. Su sangre lo exigía. El corazón bombeaba con fuerza. Rápidamente se introdujo dentro del bosque. En algún punto su lobo aulló, logrando que le dieran respuestas todos los lobos que vivan alrededor.

Su loba se sintió territorial, está era si manada. Lucharía hasta la muerte por protegerla. Sus mates la acompañaban en silencio. Ella agradeció que lo hicieran así. Necesitaba pensar en todo lo que madre le había indicado. Ella estaba aquí con un fin, debía salvar su raza. Enseñarles a convivir en armonía. ¿Cómo haría eso? ¿Cómo ganaría el respeto y cariño de su manada?

Estuvieron corriendo por horas, por fin encontró un claro y se echó sobre una piedra, ya amanecía. Observó embelesada como el cielo se teñía de colores. Como la oscuridad era vencida por los rayos de sol. E imagino que así debía ser su trabajo en este momento. Debía traer luz a su raza, ser representación de la madre. Con eso en mente, se levantó y corrió de regreso a casa. Tenía una conversación con sus compañeros.

Hola y muy ¡feliz día de la mujer!!!

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Hola y muy ¡feliz día de la mujer!!!

Aquí les dejó, mi regalo a todas esa mujeres maravillosas que me leen. Deseo que sigan detrás de sus sueños y los hagan realidad.

Nos leemos pronto...

Nacida para Pertenecer (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora