Capítulo 49

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Corrió, corrió y corrió. El día le estaba pasando factura, es por ello que luego de terminar sus reuniones. Salió a permitir que su loba fuese libre. Ella sabía muy bien, que en su nuevo hogar no podría hacerlo sola sería un riesgo.

Al correr se sentía libre, era uno de los pocos momentos dónde disfrutaba de la soledad. Cómo Alfa tenía autoridad sobre sus súbditos. Aquel que no la quisiera, debía pelear con ella para matarla y obtener su puesto. Era simple y sencillo, matar o morir.

Sus compañeros quisieron acompañarla, pero les ordenó no hacerlo. Necesitaba reorganizar sus ideas y equilibrar su comunicación con su loba. Se sintieron mal al ser excluidos. Ella lo pudo sentir y oler. Hace unos días, descubrió que podía bloquear sus pensamientos y sentimientos de sus mates. Es probable que ellos no lo supiesen, ella no les iba a decir. Quizás la naturaleza le había dado este poder, para protección de sus compañeros.

Llegó a la casa, con sus energías renovadas. Entró en su habitación, quería darse un baño e ir por sus mates. Pero ellos tenían un plan distinto. Pudo sentirlos incluso antes de que ellos se acercaran. Sin embargo, quiso dejarlos obtener su venganza. Después de todo, no quería ser su alfa en la intimidad.

Daniel la arrinconó contra la pared. Se adueñó de sus labios, con rabia y pasión. Ella recibió su ataque, mientras su necesidad crecía por dentro.

- No nos gusta que nos alejes de ti- dijo Dante en todo severo. Ella le escuchó de lejos. Daniel había tomado control de sus manos. Retuvo sus manos con una de las suyas- somos tus compañeros, Layne.

Daniel la empujó contra su hermano. Dante agarró su cabello e inclinó su cabeza, descubriendo su cuello. Hizo un camino de besos. Daniel se adueñó de su pezón, con sus colmillos lo mordió. Layne se quejó, disfrutando del dolor que se convertía en placer.

- Eres nuestra para cuidar y proteger- dijo Daniel, colocando sobre su hombro la pierna de Layne.

Se sumergió en sus muslos, necesitaba probarla y saciar su sed. Lo hizo de forma rápida y agresiva, Layne quiso escapar. Pero Dante la fijo entre los dos para que no se pudiese escapar. Daniel y su lengua la estaban enloqueciendo, su cadera comenzó a moverse hacia su atacante. Suplicando por más, aunque ya tuviera demasiado. Justo cuando ya estaba a punto de llegar, Daniel se detuvo.

Ella no entendía, no podían dejarla así. Los hermanos la llevaron a la cama, la colocaron sobre sus manos y de rodillas. Layne sentía como su clítoris palpitaba, necesitado.

Daniel colocó su miembro en su boca. Tomando su cabello para controlarla. Este no era sexo oral, él deseaba  disfrutar de su boca, en sus términos. Penetró su boca con fuerza, controlando sus embestidas.

Layne le constaba respirar, su miembro llegaba casi a su garganta. Dante penetró su vagina, ella grito por la fuerza que usó.

Se sentía poseída por los hermanos y amaba la sensación. Ambos la dominaron, con su danza salvaje. Layne estaba hipnotizada entre los dos, sumergida en sus deseos.

Daniel se corrió en su boca, para no ahogarse, Layne tragó todo lo que pudo. Estaba muy excitada, pero aún no podía llegar. Algo faltaba, no entendía que exactamente. Dante llegó minutos después.

Quedó tirada en la cama, como un trapo usado. Aún sentía como su centro de placer palpitaba. No se había corrido. Pero sabía que esto era un castigo, así debía de ser. Era la mejor forma de equilibrar sus fuerzas.

Dante la llevó al baño. Daniel iba por delante para preparar la bañera.

Se dedicaron a bañarla con dulzura. Después del ataque anterior, Layne se sentía fuera de si. Era la primera vez, que sus mates se comportaban tan agresivos con ella. Le gustaba esta faceta de ambos.

La llevaron a la cama, estaba agotada. Su día fue difícil, liderar y tomar decisiones por otros no era fácil. La acostaron entre los dos, ella seguía excitada. Los necesitaba.

Ambos sonrieron con picardía, su castigo había terminado. Dante la beso dulcemente. Daniel se colocó entre sus piernas y sin perder tiempo se adentró en ella.

Layne curvó su cuerpo, esta vez la entrada fue suave y muy lenta. Era una tortura. Una de sus manos se coló entre sus labios y masajeo para darle la liberación que tanto necesitaba.

Ella se descontroló al llegar. Su cuerpo tomó control de todo. Saco a Daniel de entre sus piernas, se acercó a Dante y lo acostó en la cama. Después como una hambrienta de sentó sobre su pene. El placer fue tal que su cabeza cayó hacia atrás y un grito salió de sus labios.

Daniel aprovechó y se hundió entre sus labios. Layne comenzó a cabalgar cuál amazona a Dante.  Este agarró sus caderas para darle mayor impulso a sus movimientos. En la habitación solo se escuchaba, el choque de los cuerpos y los gemidos de placer. Dante tomó su cabellera y  la atrajo a su boca.

Layne sintió como Daniel se colocaba detrás de ella. Ya sabía lo que venía. Eso la calentó mucho más. Daniel la penetró por detrás, mientras Dante la sostenía. Y aunque Layne ya se había corrido, necesitaba volver hacerlo.

Los tres alinearon e iniciaron un baile erótico. Dónde uno entraba y el otro salía. La sensación de llenura, enloquecía a Layne. Jamás creyó que el dolor pudiera ser erótico, pero lo era.

Los tres llegaron al mismo tiempo, Ambos hermanos clavaron sus colmillos en Layne. Necesitaban mostrar su señal de pertenencia. Ella era suya.

Hola!!! Me sentía un poco caliente y quería que se unieran al club

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Hola!!! Me sentía un poco caliente y quería que se unieran al club. ¿Lo logré?

Nos leemos pronto...

Nacida para Pertenecer (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora