Layne estaba exhausta, en pocas semanas había pasado de ser una niña abandonada y violada. Ha ser el líder de un pueblo a quien querían asesinar. Debía proteger a sus parejas, que a su vez querían protegerla a ella. Sin contar que debía prepararse para el rechazo del futuro pueblo que tendría que gobernar.
Se había despertado muy temprano. Dante estaba aún inconciente, pero con un mejor semblante. Sus heridas estaban sanando bien y los golpes empezaban a tornarse amarillentos.
Mientras observaba a su compañero, la puerta se abrió. Daniel entró con una bandeja de comida. Con el estrés, Layne no había comido desde la mañana anterior. Al llegar el aroma de los alimentos, su estómago cobró vida gruñendo con energía.
- Buenos días, nena- se acercó Daniel a la cama y prodigó a Layne de un dulce beso- ¿lograste descansar?
- Un poco- dijo distraída.
- Nena, sé que estos días no han sido fáciles- Daniel se sentó a su lado, tomando su rostro en la mano- pero debes cuidarte, lo menos que necesitas es enfermarte.
- Lo sé, es que todo ha sido tan rápido. Aún me cuesta aceptar ciertos aspectos de mi vida - declaró desanimada. Daniel se acercó, su dedo recorrió su labio superior. Layne suspiro sintiendo como su tacto la quemaba. Aún estaban en los días de apareamiento y desde el ataque no habían estado juntos.
El beso rápidamente se convirtió en pasión. Layne se montó sobre las faldas de Daniel, sintiendo su miembro ya listo para la acción. Comenzó un baile sobre su pene, Daniel tomó su trasero entre sus manos y comenzó a controlar sus movimientos.
-¡Te deseo!- suspiro Layne, necesitada.
- Lo sé, pero debes comer. Además mi padre te espera en su oficina- Layne suspiro frustrada. Se quiso bajar de sus faldas, pero Daniel lo impidió. Acercó la bandeja para comenzar a alimentar a su compañera. Era su deber cuidarla.
La oficina del Alfa, era muy distinta de lo que pensaba que era una oficina de un lobo. Para empezar era una oficina muy estilizada. Tenía un gran ventanal de techo a piso, que permitía que la oficina estuviese llena de mucha luz. El mobiliario era de acero, parecía una oficina médica.
En medio de la oficina un juego de sofá de cuero negro ocupaba gran parte del espacio. Al fondo del lugar, estaba una mesa de vidrio para al menos diez personas.
Arthur estaba sentado en su escritorio de líneas metálicas y mesa de vidrio. Frente a él, estaban dos hombres a quienes Layne no reconocía.
- Layne, buen día- se levantó del escritorio a recibirla- ¿lograste descansar?
- Un poco- Respondió dudosa.
Los hombres se levantaron y la miraron curiosos. Sin duda reconocían la fortaleza de su presencia, pero no entendían el porqué sentían la necesidad de someterse ante su presencia.
- Layne, te presento a Lorenzo y Mario- Layne los observó con atención, Lorenzo era un hombre mayor. Su cabello estaba lleno de canas. Su rostro era cuadrado y estoico. Se notaba que había vivido una vida dura.
Mario también era un hombre mayor, pero mientras Lorenzo se notaba que estaba en buen forma física. Mario era retaco y barrigón, algo que a Layne llamó la atención, pues los lobos tenían un excelente metabolismo y al parecer no sufrían de sobrepeso.
- Ellos son personas de mi confianza absoluta. Debajo de mis hijos, ellos son los siguientes en jerarquía. Son mis consejeros particulares.
- Layne será nuestra nueva alfa, una vez que se realice la ceremonia de unión con mis hijos- explicó a los hombres, ambos se sorprendieron. Al parecer no les había contado, su condición de Alfa.
- Desde hace mucho tiempo, no había nacido una mujer alfa- informó Mario- esto no va ser nada fácil.
- Sí tienes algún problema con ella- interrumpió Arthur- puedes irte de la manada. No pienso permitir que mi círculo cercano se levante contra nuestro líder. Un líder que no solo está aprobado por mi persona, sino que además es familia. No les pido - los miró- que la aprueben y la sigan. Les pido que si no están de acuerdo con ella, se hagan a un lado y la dejen seguir su camino. Quiero que hagan lo que han hecho durante más de tres décadas. Confíen en mí.
- Arthur, ni debes preocuparte- expresó Mario- yo te entregué mi lealtad hasta la muerte y no pienso incumplir mi palabra.
- Gracias, amigo - Arthur se acercó a Mario y le dio la mano, volviendo a sellar el pacto entre ambos. Luego se acercó a Lorenzo, esperando su decisión.
- Que conste en acta- le dijo Lorenzo a su amigo- que jamás he dudado de ti y está no va ser la primera vez. Te seguiré a donde vayas y llegado el momento- miró a Layne a los ojos - Te seguiré a ti sin dudarlo.
- No saben lo feliz que me hacen. Ustedes son mis amigos más cercanos y temía perderlos- Arthur les invitó a sentarse en los muebles- ahora vamos a comenzar a informar a Layne sobre su manada. Necesitamos que ella este informada de todo. Ya vamos a tener muchas sorpresas, no necesitamos que la desinformación nos de más.
Durante todo el día, Layne estuvo atenta a todo. Le explicaron quienes eran las familias más antiguas de la manada. Algunas de ellas habían reinado con anterioridad. Podrían venir de su parte problemas. Le comentaron sobre los problemas actuales y de como debían preparar una fiesta para presentarla formalmente. Para luego realizar el enlace con sus mates.
Layne se le paso el día, sin darse cuenta. De pronto escuchó como Daniel le hablaba por su enlace privado. Se levantó de su silla, todos quedaron en silencio. Arthur la vio asustado.
- Dante se ha despertado- informó mientras se retiraba de la reunión. Dejando a Lorenzo y a Mario muy confundidos.
Hola!!! Aquí les dejo un nuevo capítulo, intentaré actualizar este finde semana al menos unos dos capítulos más.
Dante ya despertó....Que emoción 😘😘😘
Nos leemos pronto...
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Nacida para Pertenecer (Borrador)
Hombres LoboEl mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...