El mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...
- ¡NANE!!!- escucho el grito. Estaba sentada leyendo en el jardín, pues había estado mucho tiempo encerrada en la biblioteca y decidió que necesitaba un poco de sol. Al oir el grito, busco de donde provenía. Logró vislumbrar a su hermanito, quien venía corriendo. Se asustó que pudiera caerse y se levantó para ir a su encuentro.
Jayden se lanzó a sus brazos, Layne sintió sus pequeños brazos dándole un abrazo. Eso fue suficiente, para que se pusiera a llorar. Lo había extrañado mucho. Le dio un beso de bienvenida, Jayden comenzó a contarle a una velocidad alarmante sobre el viaje y las aventuras que había vivido.
Hablaba muy rápido, pero algo llamó la atención entre las muchas palabras. Él estaba hablando de unos hermanos que le habían cuidado. Su corazón se aceleró, levanto la vista intentando encontrar a quienes le habían traído. Con la esperanza de encontrarlos.
Jayden seguía hablando sin ninguna pausa. Layne estaba emocionada por al menos tener una parte de su hogar aquí. Estaba muy triste por no tenerlos cerca.
De pronto se dio cuenta de que su hermano ya no hablaba. Lo observo para ver que llamaba su atención. Su corazón se detuvo, Dante le miraba con intensidad.
Jayden se levantó y camino hacia a él. Éste le levanto en brazos y jugó con su nariz, haciendo sonreír al chiquillo. A Layne le incomodó la familiaridad de la situación. Dante se acercó a ella, aún con el niño en brazos.
- Hola- le saludo, sonriendo.
- ¿Qué haces aquí?- fue lo que salió de sopetón, de la boca de Layne.
- ¿Te molestas que hayamos venido? - respondió Dante dolido por su reacción.
- Es sólo... - y bajo la mirada avergonzada- no me siento cómoda con ustedes alrededor. Me cuesta pensar...
Dante la observó con detenimiento, tenía las mejillas llenas de color. Había aumentado de peso y un aura de poder comenzaba a irradiar sobre ella. Sabía por los consejos de su padre que no era bueno seguir haciendo la sentir incómoda.
- Nosotros trajimos a Jayden, queríamos verte. Pero si te incómodamos podemos irnos, hoy mismo- declaró triste. Su mate los rechazaba y aunque sabía que era por su experiencia pasada, eso no menguaba el dolor. Y sabía que Daniel lo tomaría muy mal.
- ¿Nosotros? - pregunto ansiosa Layne. De los dos hermanos, Dante era el hermano con quien se sentía más comoda o segura. Daniel era muy dominante y esa forma de ser le hacia sentir temor.
- Sí, Daniel está hablando con Aheorio- informó, Dante- además no queremos abrumarte, así que pensamos que lo mejor era verte por separado. Pero al parecer no funcionó- dijo decepcionado y herido.
- Yo - Layne bajo nuevamente la mirada y las fijó en sus manos. Ellos eran sus mates, ella los quería cerca. Era sólo que no sabía como comportarse cerca de ellos- Lo siento, no era mi intención lastimarte. Yo... nunca he tenido. Bueno... yo nunca... una relación... yo... sólo...
Dante, bajo de sus brazos a Jayden. Se acercó a ella, tomó su rostro y le dio un sencillo beso, sólo rozando sus labios.
- Esta bien - le dijo sonriendo- nosotros tampoco sabemos como manejar está situación. Pero si somos honestos y conversamos vamos a poder salir adelante, Layne. No estás sola.
Layne se sintió sobrecogida, esas palabras eran más de lo que esperaba escuchar. Los quería cerca, pero a la vez no. Tenía miedo y no sabía como actuar ante ellos.
- ¿Nane? - su hermanito llamó su atención- mamo gugar.
Ella lo levantó entre sus brazos, le dio un beso en su mejilla y camino hacia el bosque. Sabía que juego disfrutarían ambos, el escondite. Así podía aprovechar y practicar su cacería.
- ¿Vienes?- le pregunto a Dante, mientras caminaba al bosque. Éste no se hizo de rogar y la siguió en silencio.
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- Ella es un Alfa- indicó Aheorio, moviéndose con parsimonia por toda la biblioteca. Daniel había llegado con ínfulas de macho. Él no permitiría, que su dominio le hiciera daño a Layne.
- ¡ES MI PAREJA!!!- grito Daniel, fuera de sí. Estaba harto de no poder estar con su mate. Y que todos tuvieran opiniones sobre cómo y qué hacer- Es mi responsabilidad cuidarla, no puedes alejarla de nosotros, sin hablarnos.
- Tú deber como su beta es protegerla, pero tu deber como su mate es ser su apoyo- dijo el mago, perdiendo la paciencia- ella no se siente cómoda con ustedes. Y nos queda poco tiempo para su entrenamiento. Necesitábamos que estuviera centrada. Pero nunca fue nuestra intención alejarla de ustedes. Es por ello, que les pedí traer a su hermano.
Daniel, observó por la ventana a su mate. Estaba feliz de ver a su hermano, pero no así de ver a Dante. Sabía que el mago tenía razón, sin embargo le molestaba que todos le recordarán la animadversión de su mate para con ellos.
- déjame ver si te entiendo mago, soy su pareja y mi deber es apoyarla más no defenderla. Y soy su beta y mi deber es defenderla- le miró mientras este asentía a su declaración- ¿cómo separó ambos puestos?
- Layne, es la líder de tu pueblo. Como pareja estas a su mismo nivel. Como beta no, lo que significa que en privado, pueden ser protectores o incluso intentar llevarle la contraria. Pero en público, aún cuando no estén de acuerdo, no. Ella es su alfa, le deben respeto y deben ayudarla a que la respeten. Sus comportamientos de machos posesivos, la harán ver mal. Para ella, ya va ser difícil guiar una manada. Pero imagina, que ustedes estén pasando por encima de sus decisiones, delante de la manada. Parecerá un monigote. Éste acto de macho alfa que estas haciendo es un ejemplo claro. Debiste llegar, saludarla y hablar sobre el tema con ella. Pero por el contrario viniste a mi, para mostrar tu desacuerdo. Dejándola como una niñata estúpida.
El mago dio por finalizada la conversación y se retiró. Dejando a Daniel herido. Pues sus palabras le habían mostrado lo mal que estaba actuando al intentar proteger a su mate. Regreso a la ventana, pudo observar como su mate le daba la espalda a su hermano. Ellos debían de encontrar la forma de conectar con su pareja y a la vez cumplir su misión como betas. Sólo pensarlo ya le producía un dolor de cabeza.
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Hola ¡feliz fin de semana!!! Estoy sin luz en casa. Pero no quería dejar de publicar aunque fuese un capítulo más de esta historia.
